#27

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No alcancé a darle una revisión adecuada. Estoy estresada y mi visión me falló a mitad de la revisión, así que, por favor, si ven que algo está mal escrito no duden en comentarlo <3


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Había sido toda una pesadilla, aunque una muy extraña para su parecer.

Jamás había tenido una pesadilla como esa, y eso Kirishima podía afirmarlo pues normalmente no las tenía y las pocas que debía soportar durante sus sueños usualmente las recordaba y/o se repetían. Era fácil tener un recuento de ellas, pero la de aquella noche sin duda alguna había sido algo distinto. Incluso pudo sentirlo de esa manera, ya que una vez despertó no pudo evitar sentirse... perdido.

Pudo volver a dormir después de eso, pero aquel extraño sabor de boca no pudo quitársele de encima. No fue incómodo, pero lo dejaron preguntándose qué había significado eso. Las flores, el fuego; que todo se hubiese vuelto rojo de un momento a otro.

Hundiéndose en aquel pensamiento cayó dormido. No volvió a soñar después de eso, sólo se vio inmerso en silenciosa oscuridad hasta que ciertas presencias lo despertaron.

Kirishima se sorprendió tras darse cuenta en donde se encontraba. Realmente se había quedado dormido dentro del armario y al parecer a su cuerpo no le había importado la incomodidad de los zapatos debajo de su trasero y su espalda. Ciertamente se vio con un dolor de cuello debido al mal posicionamiento de su cuello al dormir. No recordaba que el armario fuera tan pequeño.

El híbrido salió de aquel estrecho lugar aprovechando de estirarse, recordando así a los gatos del exterior y de lo fácil que sería para él y su hermano demostrarle a Midoriya que no volverían a lastimar a ninguna otra de esas criaturas.

Porque simplemente ya no quedaban.

Se levantó del suelo y caminó hasta la puerta. Podía escuchar las voces de los humanos sin siquiera salir, abriendo la puerta y confirmando que se trataba de Midoriya y Bakugou. Se le fue extraño no haber sentido a Bakugou llegar a casa, pero él mismo se explicó que quizá se debía al profundo y pesado sueño que particularmente lo había invadido esa noche.

Antes de abandonar la habitación estiró un poco sus hombros y realizó movimientos circulares con su cuello con cuidado de no lastimarlo más de lo que ya estaba, abrió la puerta, salió y se agachó al suelo para transportarse a 4 patas.

Bajó las escaleras quedándose a la mitad del camino, tomando asiento en un escalón medio y aferrándose a los barrotes esperando a que su esposo lo notara. Con tan solo de ver su postura podía notar lo cansado que se encontraba, y de lo muy sexy que era.

Los dos humanos al parecer aún no notaban la presencia del híbrido, aunque eso se debía a nada más que ellos se hallaban en la cocina y ambos daban la espalda hacia el pasillo.

Se encontraban conversando mientras preparaban café. Midoriya había tomado asiento en un extremo de la mesa del comedor y Bakugou estaba de pie y con una taza de café recién preparado en mano, comentándole al otro lo asqueroso que era tenerlo presente tan temprano por la mañana.

-Otra vez has pasado la noche con Tsuyu, Kacchan. A este punto confío en que se volverán grandes amigos.

-Amigos mis huevos, Deku. Ya estoy harto de tenerla molestando todo el puto día y todas las putas noches, sin contar que este turno de mierda termina recién el domingo... ¡y todo por culpa de este trabajo de mierda!

¡Mamá, me casé con el perro!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora