—Tengo que decir todo.— todos miraron a Joshua— ya no puedo más.— él se puso de pie seguido de Chan— quiero irme a casa.
—Tranquilo, recuerda el plan.— Chan intentaba parecer tranquilo—no puedes arruinarlo.
—¿¡Cuál plan!?—los policías y Haneul también lo observaban—¿qué no ven que de aquí no vamos a salir? Todos somos culpables.
—Joshua siéntate.—ordenó Wonwoo.
—¡No quiero! Voy a decirlo todo y ustedes arderán en el infierno por lo que hicieron, por lo que me hicieron hacer.
—Nosotros no te obligamos a nada.—Soonyoung también se había puesto de pie—tú solito te metiste en todo esto, y sabes estaba muy sorprendido porque el rarito, el que cree que existen los hombres verdes estaba haciendo algo normal.—Soonyoung se había acercado a él— lo tuyo es un problema de inmadurez muy grande Josh, es hora de crecer.
—Mira quien lo dice.—aquella era la voz de Jihoon— el mocoso que tiene que estar gritando cada cinco minutos para que lo puedan notar porque si no lo hace ni en cuenta de que existe.
—Al menos yo tengo amigos.—Jihoon sonrió— y no quiero competir contra ellos.
—¿Amigos? ¿Cuáles? Si todos te odian por escandaloso, solo están a tu lado para que no te mueras no porque te quieran.
—¿Tu que vas a saber? Jamás a tenido amigos, eres solo un niño rico más, que jamás va a conseguir algo por si mismo.
—Tenían que hablar los dos brutos.—dijo Jeonghan desde una de las esquinas con los ojos cerrados— ambos son igual de patéticos.
—¿Y tú Yoon? ¿Crees que eres normal? Tienes algo que no te deja sentir emociones normales,¿quién no llora por su padre?—Seungcheol miraba fijamente a Jeonghan—¿nunca te enseñaron a sentir algo? ¿qué te enseño tu mamá?
—No deberías hablar así Seungcheol.—ambos se miraron— No cuando tú también tienes tus defectos, no eres perfecto como crees ni como tus padres te hicieron creer.
—Si tienes algo que decirme, ven y dímelo, no te tengo miedo Yoon.
—No eres más un tonto.—Jeonghan se puso de pie— crees que te tenemos miedo, pero realmente actuamos de esta forma porque así nos los pido el psicólogo, él pensaba que jamás ibas a superar tu trastorno.
Haneul se debatía entre intervenir o dejarlos ya que podría conseguir algo de ellos mientras discutían.
—Eres parte de los más inestables de todo el grupo y no habían esperanzas de que pudieras tener un cambio.—Jeonghan se había acercado a Seungcheol— tú siempre vas a ser el trastornado que cree que el mundo conspira contra ti, pero sabes que, a nadie les interesas.
Seungcheol tomó por el cuello de su camisa a Jeonghan, había llegado a su límite, de hecho todos estaban cerca de sus límites, ya no soportaban el comportamiento de los demás.
—¿Por qué ahora están peleando?—los policías y Haneul observaban aquella escena— hace rato parecían unidos.
Sus trastornos estaban saliendo a la luz, aquellas características que los hacían diferentes estaban acabando con la poca paciencia que tiene y aumentaban más el estrés de estar en aquel lugar.
—Vayan a separarlos.—ordenó Haneul.
Habían cosas que Haneul jamás podría entender de aquel grupo, ¿realmente se odiaban? ¿tenían un plan? ¿por qué protegían al asesino?
