Capítulo once: verdades encontradas

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Cristian. (Esto quiere decir que el que habla es Cristian, sus pensamientos...)

Estaba asustado. No sabía si esos hombres lobo compañeros míos, podrían hacerle daño a Alison. Ella es lo mejor de mi vida, mi compañero Sergio, que tiene el pelo marrón con ojos marrones, creo que me apoya. Siempre lo ha hecho, espero que no me falle ahora cuando más lo necesito.

Sabía que en algún momento podrían descubrirla e ir a por ella, espero estar en ese momento para ella. No sé si decirle sobre mi cicatriz. En verdad, es un signo de los hombres lobo. Tengo que hablar con Sergio, y decirle que estoy imprimado a ella.

Espero que me apoye.

Salí de mi casa, y me fui para el valle al que fuimos Alison y yo hace poco, no sabían nada de que la estaba protegiendo, pensaban que yo estaba con ellos. Aparte, tenía que enseñarle a Alison sobre sus poderes, son muy poderosos y todavía no sabe controlarlos. Aunque en verdad, toda la belleza de la naturaleza la tiene ella, para mí un lugar sin ella, es horroroso, ella hace todos los lugares bonitos.

No sabía cómo en un año me podía atraer tanto una persona, así que decidí irme a casa de Sergio para que sepa que estoy con ella, SIEMPRE.

De camino allí me encontré a la profesora de lengua...

Me dijo que a dónde iba, le dije que a cada de un amigo.

—Cristian, tengo que hablar contigo. Sé lo que eres tú y Alison, soy una vampira, como Alison, he visto el futuro, y hay que matar a esos hombres lobo y a enseñar a Alison a controlar sus poderes. Hay que ayudarla. Pronto nos vamos de viaje de estudios, podemos ayudarla ahí. Nos vamos a Chicago, a tu sitio. ¿Sabes un sitio en el que podamos ayudarla por ahí?

—Claro que sí. Hay que ayudarla. Podríamos llevarnos también a mi amigo Sergio. Él seguro que ayuda. Es muy listo, y seguramente él sepa más que nosotros, ha convivido con vampiros de todos los tipos menos el de tipo oscuro, esos matan a todo el que se encuentre delante.

—Hay que ir a por Alison. —Dijo—.

—Allá vamos, hay que empezar a entrenarla, tú ve a por Alison, yo avisaré a Sergio.

Las fortunas del quererDonde viven las historias. Descúbrelo ahora