Me desperté, era un sábado, cosa que me encantaba, porque ya podía ir por la mañana a la supuesta casa de Cristian y decirle algo. Quiero que me diga que es, ya que me ha dicho que soy yo, creo que me merezco que me diga qué es él.
Salí de mi casa, y me fui directamente a donde estaba el sentado la otra vez. La casa es muy grande, con un precioso jardín y una fuente. Era precioso, parecía la casa de un rico.
Fui a la puerta, y toqué el timbre.
Afortunadamente, me abrió él.
—Métete rápido, mis padres no pueden verte. —Me dijo—. ¿Qué quieres saber?
—Quién eres, por ejemplo.
—Eso no puedo decírtelo. Pero puedo decirte otra cosa. Estás siendo perseguida. Te están buscando. Los hombres lobo. Eres mitad humana mitad vampira, por ello, tienes los dos casos enemigos de los hombres lobo. Eres muy poderosa, aunque no lo creas, y te están buscando. Sólo te digo que lleves cuidado con ellos, los hombres lobo son muy fuertes aunque no lo creas.
—Estoy flipando Cristian, no sé qué hacer, ¿Y si algún día atacan? Pero espera... ¿Cómo sabes tú toda esa información? ¿Me persigues como ellos o que?
¿Eres parte de ellos?—Ali, no me hagas tantas preguntas. Lo sé y ya está, el que lo sepa no significa que sea malo. ¿O te crees que te haría daño?
—Sinceramente estaba segura con él. Sabía que a su lado no me podía pasar nada y me sentía protegida, quería saber lo que era él.
Pero... ¿Cómo saben esos hombres lobo que soy mitad vampira mitad humana?
Esto parece una pesadilla, ya no sé qué hacer.
Si huir de la ciudad, escapar, o esperar que me rescaten.
Tampoco sé si lo que dice Cristian es verdad, quizá el loco sea él y yo me estoy calentándome la cabeza, pero había algo que no había pensado estos últimos días... ¡Adrián!
Tenía que hablar con él, y decirle que ya no siento nada.
Espero que no esté enfadado conmigo estos días por no contestarle a los mensajes y hablar con él, pero seguramente lo esté.
Espero que aunque no sea de novios podemos quedar como amigos, y tampoco espero que se tome a mal lo de cortar con él, no se puede forzar algo que no siento, y por eso quiero hablar con él.
Salí de la casa de Cristian, por suerte sus padres estaban en el salón, que estaba lejos del jardín, por lo que no me podían ver, aunque seguía sin entender por qué no podían verme, ni que fuera un monstruo.
Debería protegerme, no sé qué hacer para que esos hombres lobo no hagan nada, pero también les pueden ver otras personas, y a lo mejor esas personas también corren peligro. Debería de decir algo, aunque supongo que lo que me ha contado es un secreto.
No debería decir nada, tengo que hablar con Adrián. Su casa estaba lejos, así que decidí ir a mi casa otra vez y coger la bicicleta. Después de un recorrido de media hora, llegué. Creo que luego a luego no me quería ni abrir la puerta, pero por lo menos lo intenté y conseguí que me abrieran.
Cuando abrió la puerta, él tenía unos pantalones vaqueros y un polo de color rojo, como suele ir siempre.
—¿Qué quieres? —Me dijo serio—.
—Hablar contigo, si me permites pasar.
—Pasa.
—Tengo que contarte algo, muy importante.
—No estoy de mucho humor Alison, pero como tú digas, te has tirado una semana sin responder mis mensajes pero yendo a clase, no entendía que te pasaba, y me estaba preocupando, aparte de que estos días estás muy rara, no estás normal.
—No puedo decírtelo, Adrián. Es un secreto y aparte no me creerías, quiero que lo dejemos, Adrián. Por mi bien y por el tuyo.
—¿Que..., qué? Alison, recapacita, llevamos dos años, no me puedo creer que en dos años me digas esto. Ya decía yo que te pasaba algo. ¿Es ese Cristian? Porque si lo es ya va a ver.
—No le eches la culpa a él, ha sido decisión mía, y cueste lo que cueste, tienes que respetarlo. Por favor, no sufras por mí, hay más chicas, y a tí te quieren casi todas.
Me sentía aliviada en ese momento, lo que quería decirle ya por lo menos hace dos semanas ya se lo he dicho.
Vi que tenía una expresión de decepción en sus ojos, a punto de llorar, me dio muchísima pena, así que decidí abrazarle, le dije que siempre contara conmigo para lo que necesite, a pesar que ya no lo veo como un novio porque ya no lo somos, siempre lo veré como un gran amigo.
—Vete, necesito estar sólo.
Me fui lentamente de su casa. Un poco triste por como estaba, pero sentía que me había quitado un peso de encima, después de todo esto, me merecía ir al parque, mi sitio de relajamiento y donde me siento yo.
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Las fortunas del querer
Bilim KurguDos adolescentes, juntos son uno. Diferentes de sangre, pero destinados a estar juntos. Aventuras, amigos, vampiros y hombres lobo se verán envueltos en esta historia.