Sexo, Sudor y Lágrimas (Versión Sesshome) TERMINADA

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UNA SEMANA DESPUÉS

NOMBRE : Higurashi Kagome
EDAD: 20 años
PADRE: No especificado
MADRE: No especificado

Sesshomaru frunció el ceño.

LUGAR DE NACIMIENTO : Hospital regional (Kyoto)
FECHA DE NACIMIENTO : 5 de octubre de 1999

El peliplata alzó una ceja. El hecho de que no se haya encontrado información de los padres de la chica, captó su atención.

Guardó la carpeta en uno de los cajones de el escritorio para hojearla más tarde con detenimiento. Se recostó en el sillón moviéndose de un lado para otro.

La chiquilla había tenido carácter para enfrentarlo, acción que en vez de causar molestia en él, lo divirtió.

Aún recordaba perfectamente los enormes ojos azules muy abiertos y llenos de lágrimas. Aquellos delgados labios pintados en un rosa pálido, moviéndose rápidamente, su voz apagada por causa de el llanto.

Sí, quizá había exagerado un poco, no, un poco no ¡Actuó como un completo cretino! No permitió que la chica hiciera uso de sus derechos. Ir al baño no es transgredir los reglamentos internos de el hotel.

Se negaba a aceptar que la pelinegra tenía razón. Actuó por instinto, porque la chiquilla le hirió el ego al no darle la atención merecida.

Después de tres meses Sesshomaru volvió a sonreír, explotó a carcajadas en la soledad de su oficina.  Le habían dado en las pelotas, literalmente.

Dos horas después, abandonó la oficina llevándose consigo la carpeta. El nuevo recepcionista ya se encontraba ocupando el lugar que aún debía de ser de aquélla chiquilla malcriada.

El guarda de seguridad le saludó con una reverencia y le abrió la puerta. En el exterior, el aire lo azotó sin clemencia, alborotando su larga cabellera plateada.

La ciudad parecía nunca parar. Faltaban pocos días para navidad. Algunos locales comerciales ya se habían vestido de adornos navideños, con luces de muchos colores así como muñecos de nieve plásticos.

— Amo.

Le llamó Jaken.

— Me iré caminando.

El anciano pareció ahogarse con su propia saliva.

— Pero amo, está largo de casa.

— Lárgate Jaken.

— Como desee amo.

El anciano chófer entró en el Astong y se fue, tal como le había ordenado su amo.

En una mano sostenía el maletín y en la otra, la carpeta con la información completa de Higurashi Kagome.

Los transeúntes pasaban por su lado ensimismados en sus propias conversaciones, otros con auriculares en sus oídos y con las manos ocultas en los bolsillos de sus abrigos.

En su frente había una pequeña cafetería. Esperó a que el semáforo le permitiera el paso y cuando se activó el color rojo, se cruzó rápidamente hacia el otro extremo de la autopista.

Se sentó en una mesa que se encontraba contiguo a la ventana y colocó el portafolio en la silla que estaba a su lado pero la carpeta seguía en sus manos. No entendía el porqué, esa chica había despertado su curiosidad.

— Buenas noches ¿Qué desea tomar?

De inmediato Sesshomaru clavó sus ojos dorados en la chica que lo veía como si fuese un fantasma. Era ella.