Sexo, Sudor y Lágrimas (Versión Sesshome) TERMINADA

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"El amor ,no conoce de edades, de religión, de niveles económicos... El amor simplemente llega, te traspasa el corazón y te lanza a las profundidades de un tornado de emociones que arrasan con todo lo que eres... Te vota, te levanta y nuevamente te vota. Porque simplemente el amor no se explica, se siente"

NARRA KAGOME

Me seco las lágrimas. Las seco porque no tiene caso que sigan hinchando el ego de un miserable narcisista. Me siento molesta, me odio. Me odio a mi misma... Creí, creí como una imbécil en cada una de sus palabras.

Me dejé guiar por el mismísimo demonio. Y cómo amo arder en el infierno.

No creo que exista amor tan grande como el que siento por ese cabrón. Confíe en este maldito sentimiento, que ahora me ahoga, me mata lentamente...

¡Dios! ¿Por qué duele tanto?

Sin tocar irrumpe violentamente en mi habitación y se posa justo enfrente de mi. Ni siquiera me había dado cuenta que solo llevaba puesto un pantalón de hacer ejercicio.

Obligo a mis ojos a apartarse de su torso desnudo y finjo desinterés cuando realmente lo que quiero es lanzarme a sus brazos. Su mirada busca la mia y lentamente avanza.

Se sube a la cama y sin decir una sola palabra atrapa mis labios con los suyos

¡Madre mía!

Su lengua experta masajea lentamente la mia mientras mis manos desienden y asienden por toda su espalda desnuda.

El sabor de su boca es tan exquisito que prefiero morir por falta de oxígeno pero no me separare de ella. El beso es lento, tortuoso.

Todas las hormonas que existen en mi ser, se despiertan y siento un nido de mariposas bailando en mi estómago.

Nos separamos por falta de aire y nos vemos fijamente, ambos respiramos agitados

¿Para qué palabras?

Las miradas son lo suficiente para expresar todo lo que en ese momento sentimos, lo que nos aqueja y lo que realmente necesitamos.

Su mano se cola bajo mi blusa estremeciendome la piel en cuanto sus dedos me tocan. Sus ojos dorados brillan intensamente y parecen pedirme un consentimiento que ha tenido desde el primer momento en que le conocí.

Me incorporo un poco para que me la pueda quitar. Me siento cohibida, es la primera vez que un hombre me ve desnuda.

Me observa atentamente y me quema, me quema la piel. Quema todo lo que yo soy...

Entonces, la tortura inicia cuando con la yema de su dedo índice recorre desde mis labios hasta el inicio de mis senos.

Mi corazón se acelera, mi respiración se vuelve entrecortada y cierro los ojos porque me es imposible sostenerle la mirada. Sus imperceptibles palabras son como un bálsamo para mis oídos.

No hay un alto, aunque no sé lo que me espera en ese túnel oscuro, no tengo miedo, lo cruzaré con profunda convicción. No pediré que frene, es lo que necesito.

Abro los ojos y con la mirada le suplico que no se detenga... Estoy preparada para ello.

Necesito renacer como la mujer que siempre he querido ser.

Es él, y nadie más. Nací para él y aún más allá de la muerte, le he de pertenecer.

Introduce ambas manos bajo mi espalda y me desabrocha el sostén, me lo quita y lo lanza a el piso.