CATORCE

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N O   O L V I D E S    V O T A R  , C O M E N T A R  Y  S E G U I R M E

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—Jodete.

Por alguna estúpida razón esperé que me hiciera caso, pero ese no era Greg. Solté el aire y negué en silencio mientras los de seguridad lo detenían otra vez.

—¿Y tú quién coño eres? ¿Otro rico de mierda?—Esta vez fue un chico que venía con el grupo de Greg. Debía tener dieciséis años o poco menos.

—No—respondí irritado—, es decir, sí, pero...—Todo el grupo empezó a reír y eso me avergonzó y me calentó la sangre con molestia en partes iguales.

¿Qué se creen estos chiquillos?

Si me iba y dejaba esto en manos de seguridad y logística, Greg armaría un alboroto, iría preso y no creo que está vez yo pudiera ayudarlo. No con mi padre siendo el afectado.

—Si no me dejas esto a mí vas a terminar detenido otra vez—le dije cuando me acerqué de nuevo a él. Estaba muy molesto, pero por alguna razón aún no había golpeado a nadie, todavía—. Padre no va a dejarte salir de la cárcel, créeme.

—¿Vamos a practicar o no?—Esta vez era la voz de un niño. Ambos, Greg y yo, nos giramos a verlo.

—Sí—respondimos al mismo tiempo. El niño debía tener al rededor de ocho años o siete. No estaba seguro. Traía un mono gris sucio y una franelilla negra. Cuando reparé en sus manos mis ojos se abrieron de sorpresa.

Una de sus manos no estaba ahí. Su mano derecha estaba bien, pero su mano izquierda, era un brazo que terminaba en un cúmulo de la muñeca. No había palma, dedos, uñas, nada.

Me costó pensar por un segundo hasta que alguien me dijo:

—Señor, el juego está por iniciar. El señor Robert lo necesita.

Miré a Greg antes de hablar. Sus ojos seguían luchando con algo, pero no dijo nada.

—Síganme, los llevaré con los demás al juego. Él—Señalé a Ronny—, les dará lo que necesitan mientras hablo con Greg.

GREGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora