Todos somos unos morbosos retorcidos masoquistas. Sí, suena asqueroso pero es la absoluta verdad. Aquí entran los que responden al instante los mensajes de la persona que les gusta aun cuando esa persona tarda horas en responderte. O esos placeres culposos que no te atreves a decirle a nadie por miedo a que te juzguen. Incluso cuando haces lo que sabes que no debes, solo porque puedes, porque quieres y porque no debes.
Me sentía un completo miserable estando alrededor de Greg. Era la polilla y él la luz que me mantenía embobado, salvo que más que luz él es una oscuridad densa indescifrable y yo, como dije, una polilla retorcida por ello. ¿Sino de qué otra forma explicaría la manera en cómo mis botones se encendían cada vez que lo veía? Quiero decir, puede ser un hombre bruto, como brusco y de un humor del infierno, pero ahí estaba yo. ¿Es eso demasiado miserable? Es que no entendía cómo es que me ponía tanto todo él.
Supongo que aquí entra lo de morboso y retorcido. Porque me pone su cara malhumorada, la forma en la que su estilo grita: "Peligro, soy volátil y puedo destruirte con mis propias manos" Es que se tiene que ser muy... Más allá de eso están sus tatuajes, esos que se asoman por el cuello de su camisa y recorren todo sus brazos. Supongo que tengo debilidad por los chicos malos, pero ¿quién no? Son todo lo que no debes tener, eso de lo que necesitas estar alejado y que prometen romperte el corazón.
Siendo sincero, precisamente esa sensación de que muchas cosas pueden salir mal, la adrenalina que se desata por lo que puede pasar, la fuerza de que está prohibido... solo hace la experiencia mejor. Pero, solo para dejarlo claro, mi corazón está a salvo de Greg. No es como si sus actos cavernícolas y mirada asesina puedan conquistarlo.
—Soy un idiota—musité para mí mismo mientras alcanzaba la salida donde el auto de padre seguía sin encender y el equipo lo rodeaba.
El calor era insoportable considerando el hecho de que eran alrededor de las doce y cuarto. Estaba sudando y sentía mi piel caliente de una manera distinta a cuando lo hacía cerca de Greg. Me acerco al auto, abriendo la puerta trasera donde deje mi envase con agua fría. En el segundo que me inclino para tomarlo lo escucho y, Jesucristo, pasé de caliente por el sol a hirviendo por Greg.
—¿Quién eres? No puedes...—Salí del auto y me giré. Greg me estaba mirando extraño, bueno, como siempre lo hacía. Sus ojos luego se movieron al auto y finalmente al hombre de seguridad que lo detuvo.
—Es quien va a arreglar el auto, déjalo—ordené. Padre apareció con el teléfono en la oreja y luego llegó a nosotros—. Padre, él es... trabaja en el club, puede arreglar el auto.
La mirada de padre se mantuvo seria, no a un nivel incómodo porque no iba con las recomendaciones de su asesora de imagen, pero sí estudió a Greg.
—¿Eres mecánico?
—Sí—fue lo único que dijo Greg. Luego padre empezó a ponerlo a prueba como hacía con todos.
—¿Si quiera haz tenido uno de estos en el taller? —El tono de padre parecía inofensivo, pero había una ofensa sutil ahí y Greg pareció notarlo por la forma en la que sus cejas casi se tocaron y su mandíbula se apretó.
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GREG
RomanceLO PROHIBIDO NUNCA FUE MÁS TENTADOR. Miguel Ángel, o simplemente Andy, se destaca por ser un chico tranquilo, inteligente y de buena familia. Es hijo único de la dueña de la marca de vino más popular del país y del futuro gobernador del estado, adem...