¿Quién era? Nadie en especial, solo un hombre más, con una vida más. Alguien ordinario.
Vivía en un departamento mediano, nada salido de los cuentos, solo lo suficiente mente cómodo para que pudieran vivir en paz él y sus dos compañeros de piso.Tres habitaciones, una sala, un comedor, cocina, baños en cada cuarto y un balcón en la sala que, por cierto, era el favorito de los tres. Ni más, ni menos. Si te detenías en la calle de enfrente, justo frente a la puerta de la florería de una linda jovencita de dulce andar, vigilada por su hermano de carácter hostil, podrías ver al trio de compañeros, tomar cada uno su respectiva bebida favorita, admirando el paisaje que les brindaba Miami.
No es que amaran el lugar, a decir verdad, cada uno prefería su lugar de origen, sin embargo, entre el sentimiento de admiración que tenían los tres por tan maravilloso espectáculo que podían apreciar diariamente, uno de ellos en particular se sentía atraído por las playas americanas.
Y volvemos al inicio.
¿Quién era él?
Hace un momento, antes de dormir podría haber respondido bien la pregunta, pero ahora, no estaba tan seguro.
Miro un par de veces su mano, la cual se mantenía rígida señalando el techo y nada más.
Pensó por un momento al despertar, que se encontraría con su techo blanco, y con la alarma que le indicase que ya era hora de levantarse o de lo contrario llegaría tarde... ¿Pero tarde para qué?Nuevamente se preguntaba, de una forma más consciente: ¿Quién era el?, y ahora se agregaba la pregunta, ¿En dónde estaba?
A falta de respuestas se levantó, no lo ayudaría seguir acostado. Miro a su alrededor. Frente a sus ojos se mostraba un mundo nada nuevo, era como un deja vu, esos discos, libros, carteles, notas, libreros, y entre otros objetos, le eran bastantes familiares. Y no, por si lo pensaste, no son sus cosas de la actualidad, él no tenía por qué tener todas esas baratijas que se veían reposar en un estante.
Pero ahora, que su mente más despierta y abierta a lo que pasaba se daba cuenta de la situación, no pudo evitar soltar un alarido de lo alocado que era eso. ¡Pero si eran sus cosas de adolescente! Aquellas que dejo atrás en la casa de sus padres cuando decidió irse a estudiar con sus amigos en los Estados Unidos.
De repente, como si la enfermedad despertara con su mente, su cuerpo tomo sensaciones bastantes curiosas que ni el mismo podía ignorar. Sudor, incomodidad, nerviosismo, emoción, calor, con más calma y experiencia no pudo si no más bufar a la identificación de las hormonas adolescentes.
Se recostó nuevamente, seguramente este sería un sueño, no debía darle importancia, cerró los ojos y volvió a dormir.
-¡Hijo, será mejor que te levantes si quieres llegar a tiempo a la escuela!
Frunció el ceño, despertándose nuevamente. ¿Por qué su madre estaba en el departamento? ¿Y por qué lo molestaba con la escuela si hacía años que la termino? Más bien serían sus idiotas amigos quienes lo estuvieran jodiendo. Sí, eso debía ser.
-Levántate, idiota, ¿Que no has oído a mamá?
Debían haber estado muy enfrascados con joderle, eso de invitar al idiota de su hermano en esto, sí que era creativo.
Perezosamente se destapo, mirando con la misma mala cara a su hermano mayor.
-Jodete imbécil, muy graciosa su broma, pero no estoy para eso, mañana presento mi proyecto, y debo recuperar las horas de sueño perdidas si quiero que todo salga bien, así que... ¿Por qué no nos haces un favor a ambos y te vas a tu despacho de una vez? - Volvió a sus mantas, pasando de largo la mirada confundida de su hermano- Estoy seguro que un actuario como tú, debe tener algo de trabajo que hacer.
La respuesta tardo en llegar, pronto el frio era lo único que lo cubría.
El mayor lo sostenía por los hombros, esa mirada no era la misma mirada con la que peleo la noche anterior la última galleta, esta mirada le decía que el chico, no, que el hombre, frente a él, no era el mismo.-¿Quién eres?-Se atrevió a preguntar
-Arthur Kirkland, idiota, déjame dormir ya. - Pero su hermano no lo soltó, solo intensifico más el agarre. - Scott, enserio, en la madrugada termine mi proyecto, y si no descanso bien, mañana estaré de mal humor y no puedo hacerle eso a un cliente. - El mayor ahora pregunto más alterado que antes.
-¿Cuántos años tienes?
-Veintiséis. - Respondió medio dormido. Scott finalmente lo soltó.
-Arthur. - El "menor" respondió con un quejido, indicándole que le escuchaba. - Tienes quince años, vas a mitad del primer año en la media superior. - Arthur se reincorporo de la cama.
-Dime por favor, que de verdad estoy soñando. - Su hermano mayor negó con la cabeza, mirándolo como si tratara de comprender lo que pasaba. Al inglés le hubiera gustado quitarle esa mirada tan extraña a su hermano explicándole que era lo que estaba pasando, pero ni el mismo lo comprendía. Por un momento se aferró a la idea de que aquello fuera una broma muy elaborada, que sus amigos Vlad y Lukas habían creado para desquitarse de alguna mala pasada que él les haya hecho, pero al analizar a su hermano, y no encontrar las facciones maduras y gruñonas que tenía en el "presente", se daba cuenta que esto de verdad estaba pasando. - Estoy en el pasado.
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- ¿Por qué tardaron tanto? - Pregunto su madre, sentada en el comedor con el resto de la familia Kirkland. - Seguramente se estaban peleando. - Dedujo la mujer de cabello rubio. Arthur sonrió y negó con la cabeza.
-No ha sido nada de eso, mamá, solo que no encontraba mis zapatos y mi hermano se quedó a ayudarme a buscarlos. - Su madre asintió, satisfecha con su excusa, ordenándoles ahora que se sentaran ambos hermanos a desayunar con el resto de la familia.
Arthur miro su plato, claramente era un desayuno inglés. Huevo frito, bacón* frito, tostadas, y té o (para el que lo prefiriera) jugo de naranja. El, ahora, chico, miro a su familia como quien encuentra algo perdido.
Era asombroso ver de nuevo a toda la familia Kirkland, su padre leyendo el periódico, comentando de vez en cuando alguna noticia en voz alta, a Scott, la copia viviente de su padre, regañar a los gemelos por no apresurarse en comer. Bryan y Ryan murmurándose cosas entre ellos y riendo como solo ese par de bromistas sabía hacer, Glen conversando con su madre sobre el cuidado del jardín... Todo era tan nostálgico.
Que el recordara la última vez que vio a su familia reunida había sido en la fiesta de navidad del año pasado en casa de sus padres. En este "presente" se veían tan jóvenes todos, quizás si se viera en un espejo podría comprobar que tan joven se veía el mismo.
-Arthur. - Lo llamo su padre, sacándolo de sus pensamientos. - No has comido nada, ¿pasa algo? - Su mirada se encontró con la de su padre, y por un momento se sintió pequeño, sintió que no tenía que preocuparse por los pagos del departamento, sintió que no tenía que preocuparse por el trabajo, sintió que mientras él estuviera ahí, podría ser tan infantil como quisiera, y aun así sus padres lo seguirían mimando.
-No, no pasa nada... Solo pensaba que los extrañe. - Sus padres lo miraron enternecidos, hacía tiempo que su hijo había estado distante con ellos, lo habían tomado como algo normal por la escuela y la nueva presión que tenía sobre él. Así que, que dijera algo como eso, les hacía infinitamente felices. Por otro lado, sus hermanos lo miraban confundidos y, sobre todo, desconfiados. Podría engañar a sus padres, pero a ellos no, ellos conocían bien la táctica: "Se bueno y conseguirás algo", todos los hermanos, excepto Scott, se cuestionaban que se traería entre manos el tonto de Arthur.
-Nosotros también te extrañamos. - Contesto su madre, parándose a abrazar a su hijo más pequeño. Arthur sabía que su madre no comprendía a lo que él se refería realmente, y sabía que las miradas inquisidoras de sus hermanos significaba una serie de cuestionamientos y vigilancia, pero eso no evitaría que disfrutara del calor familiar.
"Hacia tanto que no me sentía tan tranquilo"
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++++++++++++++++++++++ACLARACIONES+++++++++++++++++++
*Bacón: Tocino ahumado de cerdo con vetas de carne magra
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De presente y pasado. Hetalia
FanfictionArthur hace un viaje al pasado a través de sus sueños, encontrándose en su época adolescente, ¿sera posible que se rencuentre con su primer amor juvenil en su presente?