PRESENTE: HOSPITAL

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Un mes completo. Un maldito mes completo de abusar de su estancia en el pasado, por alguna razón los viajes los podía hacer con más regularidad, podías verlo la última semana de ese mismo mes salir de su habitación, pasar de largo a sus amigos, ignorar a Honda, volver a casa luego del trabajo, dormir por más tiempo que en el pasado, y en cuanto se despertaba del otro extremo del tiempo, podías verlo ignorar a Scott, pasar de largo las bromas de los gemelos, evadir a Glen que desde hacía bastante intentaba hablar con él, lo único que lo movía era ir a la escuela e ignorar a sus amigos también en ese tiempo para pasársela pegado a Alfred.

Arthur disfrutaba al máximo sus viajes, iba y venía incluso en la oficina con pequeñas siestas de las cuales nadie se enteraba.

Sus compañeros en el salón ya iniciaban a murmurar teorías sobre si Alfred y el serian homosexuales, la gran mayoría los miraba mal, y un pequeño grupo de chicas les tomaba fotos y soltaban grititos cuando los veían juntos. ¡A saber por qué! Le daba lo mismo si con eso guardaban su distancia de Alfred.

El ojiazul por su parte no se enteraba de nada, para el todo era normal, incluso estaba más que contento con la iniciativa de Arthur de ignorar a los otros para centrarse en el como si fuera el ultimo día en que lo vería. Amaba estar junto a su mejor amigo, era divertido hacerlo enojar y luego admirar sus mejillas sonrojadas cuando se disculpaba con un beso en la mejilla. ¡Sin duda alguna los sonrojos de Arthur eran más adorables que los de las chicas que le coqueteaban!

Arthur se sentía como nunca, con la atención de Alfred sobre él, a veces charlando en los pasillos con sus amigos, yendo y viniendo con una agradable regularidad. Incluso Stefano había pasado a estar en segundo (si no es qué tercer) plano en sus pensamientos.

¡Era simplemente un sueño del que no quería despertar!

Pero lastimosamente, los sueños tienen que acabar.

El único problema que Arthur había percibido en sí mismo desde que iniciaron los constantes viajes, fue su pérdida de energía. De verdad que no lo entendía, dormía más de lo común, y aun así se sentía extremadamente cansado. Bostezaba a cada rato, su apetito no estaba a la orden del día por su cambio de ritmo, así que tampoco comía bien, su trabajo no se había interrumpido, pero si veía en decadencia su relación con sus amigos del trabajo junto con Vlad y Lukas.

No había querido prestarle importancia, aunque Vlad lo siguiera a cada oportunidad para regañarle sobre su estado, y Lukas le intentara obligar a mantenerse despierto y a comer adecuadamente.

Él no era tonto, ya se daba una idea de por qué estaba tan cansado. Pero él simplemente quería engañarse con que todo era causado por el trabajo y no por los viajes que hacía con regularidad para ver a Alfred.

Pero al verse frente al espejo antes de darse una ducha, se sorprendió al ver un demacrado Arthur, que ni en sueños podía hacerle competencia a su atractivo yo del pasado.

Gimió al ver su rostro demacrado por el cansancio y su falta de alimentación regular.

-¿Ya te diste cuenta?-Pregunto Lukas desde la puerta de su habitación. Arthur asintió, pasando sus manos por sus mejillas, comprobando por sí mismo cuanta "carne" le faltaba. - Es por eso por lo que todos hemos estado preocupados. - Lukas lo miraba fijamente, esperando una respuesta que Arthur tardo unos segundos en dar.

-Lo siento, no me había dado cuenta de lo mal que me veía. - Por un momento había pasado por su mente negar todo, adjudicarlo todo al trabajo y hacerse el ofendido con su amigo, pero vamos, que las pruebas eran muchas como para hacerse el niñito caprichoso como antes. Lo mejor era aceptarlo de una buena vez y retomar su digno aspecto de antes.

De presente y pasado. HetaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora