EPÍLOGO

556 70 19
                                    

Estuve dos años completos deprimido, encerrado en el pequeño apartamento que mi hermana me pagaba. Namjoon hyung y Jin hyung me llevaban siempre comida ya que Candice no podía, ella se había ido junto con su familia a los Estados Unidos. Me dijo que me conseguiría una beca para estudiar administración de empresas ya que mis notas de la universidad eran muy altas, yo era el mejor de mi generación.

No sé ni siquiera como sobreviví a tanto dolor, a tanto llorar y pensar como cometer un suicidio perfecto, pero Matías aquel chico que me molestaba para que le prestara atención es mi amigo ahora y siempre que puede viene a visitarme. Y no, no siento nada por él, Dios, Hoseok murió hace dos años y no quiero tener nada con nadie. Él es mi único amor y siempre será así.

Yo estaba terminando de estudiar para un examen muy importante que tenía mañana y tocaron el timbre del apartamento. Me levanté lentamente y deslizé mis pies descalzos por el suelo hasta llegar a la puerta, la abrí con flojera y enarqué una ceja al ver a Matías ahí parado.

—Traje algo para merendar.—Sonrió.—¿Puedo pasar?

—Estoy estudiando.—Dije con dureza.—Tengo un examen importante mañana.

—Siempre estudias mucho, no comes casi y tampoco duermes por estudiar ¿Por qué te dañas la vida así, eh?

—Es la única forma para no recordar..—Susurré.

—Te invito a salir, anda.—Entró a la casa y dejó la bolsa de panes dulces en el mesón de la cocina.—Acaba de llegar un parque de atracciones a Seúl, sirve que te distraes un rato.

—¿Por qué te preocupas tanto por mi? Si solo soy un idiota que vive pensando en alguien que ya no está.. Un estúpido adolescente depresivo.—Cerré la puerta del apartamento y me apoyé de esta.

—No tienes que decir eso, es normal que te sientas así al perder a alguien que amas.—Sacó de la alacena unos platos y sacó de la bolsa los dulces.

—Me siento igual o peor que antes.—Tomé el collar de plata que Hoseok tenía en su cuarto de azotea, le había pedido a Namjoon que me llevara a ver el lugar donde él vivía y lloré al ver la horrible y cruda realidad.

—¿Y el psicólogo no te ayuda?

—Los antidepresivos no me ayudan. Solo son pastillas absurdas que tratan de mantenerme drogado.

—Mi papá es un gran psicólogo, puede ayudarte.—Me entregó en el plato un pan relleno de chocolate.—Puedo hablar con él para que vayas a verlo o que él venga a verte.

—No lo sé, no quiero causarle molestias.

—Anda, papá siempre ayuda a quiénes de verdad lo necesitan. Y como eres amigo mío te lo dejará gratis.

—Supongo..

—¿Aceptas?—Sonrió.

—Ujum.—Asentí, luchando conmigo mismo si comer o no.

Dos días después fui a ver al papá de Matías y la verdad es que en la primera sesión aquel hombre me hizo sentir buenas vibras, mi anterior psicólogo no me había ayudado, siempre me obligaba a contar que era lo que me dolía y volvía vulnerable, en cambio, este me tenía paciencia y me hacía sentir en confianza.

—Estás avanzando muy rápido, Yoongi.—Sonrió el hombre alegremente.—Me alegra que hayas tenido la confianza de contarme.

—Sonreí sin despegar los labios.

—Aquel chico que tanto amaste no le gustaría verte tan mal, por lo que me contaste, él siempre quiso que estuvieras feliz y sonrieras ¿Por qué ahora que él no está no cumples lo que aquel chico te hizo prometerle?

Amarte a Ciegas. (SeokYoon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora