•CAPÍTULO 10•

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—Al día siguiente Yoongi con ayuda de Hoseok sacaban sus cosas del casillero, estaban en silencio cuando de repente escuchó una silla de ruedas acercarse a ellos. Yoongi se volteó y sonrió.

—¿Jimin, eres tú?

—La mujer tapó su boca y a pesar de eso su sollozo se escuchó, apretó los tirantes de la silla y se permitió hablar.—¿No lo sabes, verdad?

—¿Qui-quién es usted?—Preguntó Yoongi.—¿Y no sé qué?

—Mi hijo murió en su cirugía.—Yoongi abrió sus ojos de golpe y se echó para atrás, creyó que iba a desmayarse pero Hoseok lo tomó de la cintura.

—¿Qué?—Se atrevió a decir Yoongi, con las lágrimas afueras.—¿Cómo? ¿Por qué?

—La operación era muy peligrosa pero.. Mi pequeño rubio quizo operarse de todas formas, lastimosamente..—Sollozó.—Él no resistió y murió..

—No.. No.. ¡¡Tiene que ser mentira!!—Gritó Yoongi a la vez que sollozaba, no lo podía creer, ¿Cómo alguien tan bueno como Jimin murió? No se lo creía.

—Yoongi..—Susurró Hoseok.

—Qué más quisiera yo que soy su madre que fuera mentira, pe-pero.. Jiminie está muerto.—Sollozaba la mujer, haciendo sentir peor a Yoongi.—Solo me queda de él los recuerdos.. No me queda nada más que vivir por los recuerdos, recordar sus hermosos ojos azules, sus tiernos cachetes, su precioso cabello rubio y sus cabellos dorados.. Debo vivir así, sin él.

—Jimin..—Lloraba Yoongi ahora abrazando a Hoseok con fuerza.—No..

—Tranquilo bebé.. Por favor.—Consolaba Hoseok como podía.

—Gracias por ser amigo de mi hijo, Yoongi.—Agradeció la mujer acercándose al ya antes mencionado, separándolo de Hoseok y abrazándolo ahora ella con fuerza.—Jimin fue muy feliz siendo tu amigo, sim-simplemente gracias por aparecer en su vida.

—..—Yoongi trataba de calmarse pero no podía.—Lo siento tanto.. En serio yo..

—No digas nada más, pequeño.—Musitó la mujer, acariciando sus mechones negros y ahora secando sus lágrimas.—Ahora ya no sufre, porque antes de su operación se quejaba tanto del dolor de espalda y lloraba del dolor, me dolía tanto verlo así ¿Tú nunca lo escuchaste llorar, verdad?

—Él siempre fue alegre conmigo, quizá estaba mal cuando tuve un accidente y no estuve con él..—Empezaba a sentirse culpable de eso, y no sabía por qué.

—Ya eso no importa Yoongi, ahora él descansa en paz y eso es lo importante.—Besó la frente del ya antes mencionado y lo soltó.—Ahora debo irme, por favor cuida de ti.

—Yoongi asintió mientras secaba sus lágrimas torpemente.

—Y la señora desapareció, Yoongi se aferró a Hoseok y empezó a llorar nuevamente. En serio la muerte de Jimin le había afectado muchísimo, él fue su primer amigo y este siempre se preocupaba por él. Incluso, le decía que Yoongi volvería a ver y Jimin a caminar.. Y serían buenos amigos como siempre. Pero aquello no se cumplió después de todo.

—¿Quieres irte a casa bebé? Estás muy pálido.—Preguntó Hoseok mientras echaba para atrás los cabellos del menor, este empezaba a sudar frío, tal vez por la fuerte impresión.

—Qui-quiero acostarme, me siento mal.—Dijo débilmente.

—La noticia de su muerte te afectó mucho ¿Verdad?—Musitó dulcemente el pelirrojo mientras lo cargaba entre sus brazos.

—Demasiado..—Apoyó su cabeza en el pecho del mayor y cerró sus ojos un momento.

—Te llevaré a la enfermería.—Yoongi asintió y Hoseok poco a poco se fue dirigiendo hacia aquel lugar frío, al llegar, el pelirrojo lo acostó en la cama y lo arropó con una sábana blanca.

Amarte a Ciegas. (SeokYoon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora