5: Dificultades y condiciones

648 69 13
                                    

Abrió los ojos con mucha dificultad, sintió inmediatamente un fuerte dolor producido por su migraña poblar su cabeza, haciendo que un gruñido saliera de los labios de Itachi, se levantó con desánimos de la cama mientras sostenía su cabeza con su manos derecha, ¡el dolor era demasiado fuerte! Abrió la gaveta de su mesita de noche, sacando un frasco de pastillas, tomando una de ellas, y buscando un vaso de agua para tomarla, se sentó con tranquilidad en una silla, tratando de ser paciente hasta que el dolor se calmara. Cuando finalmente sintió que su mente tenía descanso, noto que se encontraba en ropa interior, y decidió entrar a su habitación a ponerse algo de ropa, pero cuando entro en ella, le prestó atención a un pequeño detalle al cual no le había prestado ni la más mínima atención, y era al dueño aquella maraña de cabellos rubios que se encontraba enrollado en sus sabanas, como acto reflejo solo se llevó las manos a la boca, que luego recorrieron sus ojos hasta clavarse en sus cabellos negros, ¡no puede ser! ¡Esto no puede estar pasando! ¡Esto no pudo haber pasado! Solo eso pudo pensar, observo como el rubio dio vueltas en su cama, hasta que parte de la sabana que lo cubría, quedo descubierta, y puedo observar el cuerpo del joven desnudo, lo observo abrir los ojos con una sonrisa, y luego lo miro directamente por unos segundos.

-Buenos días – susurro con los ojos adormilados

-Buenos… no ¡¿Qué haces en mi cama?! – le pregunto Itachi sorprendido

-¿Acaso se le olvido todo lo de ayer? – pregunto Deidara algo confundido por la pregunta de su maestro

-¿“Lo de ayer”? no tengo idea de que… - se detuvo un instante, y sintió nuevamente un dolor inquietarlo, su cabeza, sentía que su mente daba vueltas, y su cuerpo se debilitaba

-Efectos secundarios ¿eh? – susurro Deidara silenciosamente para que aquellas palabras no llegaran hasta los oídos de su profesor

-¿Dijiste algo? – pregunto el moreno recuperándose de aquella puntada que había recorrido su cabeza

-Que se le ha olvidado – dijo con una pequeña sonrisa en el rostro – bueno que bien que lo grabe todo

-¿Qué tu qué?

-Lo grabe todo – dijo sonriente mientras se levantaba de la cama – ya me hacia la idea de que sería muy conveniente para usted que olvidarlo todo, así que me tome la libertad de poner todo en video – dijo tomando una cámara ubicada en un estante

Camino hacia Itachi con total libertad, y puso frente a él la cámara, y dejando que el video rodara justo en frente a los ojos de su profesor, se atrevió a reírse un poco, como alguien que acaba de ver su plan malvado hecho realidad.

-Estoy muy feliz, gracias a usted pude disfrutar mucho anoche – sonrió grandemente, observando como la mirada petrificada de Itachi quedaba vacía, había sido atrapado, envuelto, y estaba siendo usado por su propio alumno; siempre había escuchado que las personas deben cuidarse hasta de la más hermosa flor, porque incluso ellas tienen espinas, pero nunca pensó que Deidara, las tuviera tan grandes y afiladas – Ah, y por si acaso, no se moleste en borrar el video, porque ese tan solo es una copia, hace una hora, me desperté e hice un duplicado del archivo, uno quedó en una memoria, y el otro simplemente ocupa parte de la capacidad de la cámara

Chasqueo los labios frustrado, ¿Por qué justamente a él siempre?, ¿Por qué lo odiaba tanto? Dejo que sus ojos miraran una vez más aquella cámara en las manos de Deidara, sintió unas ganas enormes de golpearlo fuerte en la cara, pero eso sería peor, porque enseguida lo denunciaría, y más si alguien lo veía salir de su casa, él podía hacerse la víctima, y con unas lágrimas convencer a todos de que lo que él decía era real. Así que se decidió, prefirió preparar sus nervios pero estaba decidido, jugaría el juego de Deidara.

Chantajes SexualesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora