6: Recuerdos y declaraciones

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Sábado, por fin había llegado el ansiado día, sin duda no podía evitar sentirse feliz, quería volver a sentir a Itachi recorriéndole, tan apasionado como la primera vez, quería sentir esos labios, y hacerlo olvidarse de lo asqueroso que era besar a su padre, como quería ver ese musculoso pecho subir y bajar, como sus piernas se tensaban alrededor de su cintura, como sus labios hambrientos y apasionados se apoderaban de cada centímetro de su cuerpo; esa noche, había sido tan maravilloso que sin duda sintió que podía morir de la excitación, ¡claro que no se había equivocado! No había tomado mejor decisión en su vida que dejar a su amado maestro hundirse en su interior cuando quisiera, y esta vez, planeaba poder ver lo mismo, sentir igual de poseído y reclamado como ya lo había sentido.

Si, así había empezado su perfecta mañana del sábado, sin embargo, ahora, sentía que podía matar a alguien con la rabia que envolvía su alma, ¡sus planes no se podían arruinar de ese modo!, observo al hombre sentado frente a él, de cabellos grisáceos, mientras vestía una camiseta de mangas cortas color negro, una sonrisa hipócrita en su rostro.

Su padre le había salido con la brillante noticia de que se tenía que ir de viaje un tiempo, y que ese cabrón frente a él se quedaría a vigilarlo, ¡no quería! Sabía perfectamente que ese tipo intentaría tomarlo, y quizás si lo golpeaba, él le diría una cantidad estúpida de cosas a su padre, y como siempre, él le crearía a Ukon, y no a él, por eso mismo se tenía que mover inmediatamente, hacer su jugada en el tablero antes, de que aquel chico, es por eso que se acercó a la habitación donde su padre terminaba de hacer las maletas, este enseguida se dio de cuenta que el venia, y abrió sus brazos para abrazarlo, y con el peso de su alma, le abrazo, no le gustaba porque sabía que el…hay estaba, sus manos directo a apretar su trasero.


-No sabes cuanta falta me harás, pequeño – hablo Orochimaru mordiéndole la oreja y dejándolo asqueado, pero tenía que hacerlo, por el bien de sentir a Itachi encima de él, enterrándose sin miramientos en su interior, entonces, sin duda haría lo que fuera

Deshizo el abrazo de su padre, pero conservando sus manos en sus caderas, sabía que entre más cerca de él estuviera más fácil era convencerlo, así era como escazas veces podía salir un rato con sus amigos, y una vez más debía sacrificar su cuerpo en pos de lo que quería.

-Entonces, no vendrás a verme en el partido del lunes – comento con una tristeza totalmente fingida mientras miraba a su padre

-Lo lamento, pero en cuando vuelva, te prometo que te lo recompensare muy bien – aquello hizo que un nudo se pusiera en la garganta de Deidara, ¡no podía ser más asqueroso!

-Pero padre, yo pensaba ir a entrenar hoy – comento mientras soltaba el agarre de sus padres, y ponía una mirada penumbrosa, ¡esto de actuar le salía muy bien!

-¿Con tus amigos? – pregunto con un tono de asco en su voz

-No, el entrenador me hablo del excapitán de su equipo de basket, entonces hablamos y el me comunico con él, para que me enseñara nuevas jugadas, y todos queremos ganar el partido

-Y tú quieres que te deje ir ¿cierto? – hablo su padre en un tono más amenazador

El solo asintió con la cabeza, temiéndose que su padre no le dijera que sí, no sabría qué haría con el calor que tenía en su interior, con la maravillosa sensación que lo envolvía con tan solo pensar en su maestro.

-Está bien Dei, le diré a Ukon, pero te advierto… - hablo amenazador esta vez - …si me estas mintiendo sabes perfectamente lo que te sucederá

Aquello hizo temblar su voz, y le hizo sentir una fuerte puñalada en su pecho

-Si señor – respondió obediente, y dejo que su padre le besara tanto como él quisiera


Cuando se despidió de su padre y lo vio marcharse en un taxi para que lo dejara en el aeropuerto, el desvió sus pasos enseguida a su habitación, y suspiro cansado y enfadado a la vez, tan malditamente impotente, dejo que sus lágrimas se escaparan, y recordó aquel maldito día, hace cinco años.



*****


-¡Maldita sea Deidara! – escucho apenas las exclamaciones de su padre, le dolía mucho la cabeza, y los brazos, las piernas también, ahora que lo pensaba era más fácil decir cuáles eran los lugares que NO le dolían, debido a que estos eran menos, inclusive los labios le dolían, uno de ellos sangraba

Había sido encontrado, descubierto, si, había sido hallado por su padre a punto de besarse con el hijo de uno de los vecinos, y ahora estaba pagando las consecuencias, el solo tenía catorce años, en ese entonces.

Miro a su padre, a pesar de que sentía su visión borrosa, le miro porque este se lo ordeno a gritos, sintió como lo tomaba por la mandíbula, y luego lo levantaba apretando sus mejillas, le dio una patada en el estómago.

-¡¿Cómo te atreviste a traicionarme de ese modo?! – Grito su padre mientras tiraba de su cabello – si yo siempre he sido tan cariñoso y paciente contigo, y tú me pagas, rebajándote como una puta barata ante los vecinos

Chantajes SexualesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora