someone good with a bad heart pt.2

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SOMEONE GOOD WITH A BAD HEART

Un mes después...

Luego de recibir una alerta por una urgencia, Alexa corrió con prisa hacia la salida trasera, donde las ambulancias estacionaban. Esta todavía no había llegado, por lo que ató su cabello con un poco más de calma.

—¿Tambien te llamaron? —cuestionó al ver a Karev, sentado y con un cupcake en la mano.—Debe ser grave. —caminó hacia él.

—A mi nadie me llamó. —

Alexa le dio la espalda, tomando las tiras de su bata.

—¿Ah, no? ¿Quieres ayudarme con esto? —

—Tampoco te llamaron. —confesó.

—Si lo hicieron, recibí una llamada. —

En ese momento Karev tomó su cintura y la acorraló contra la pared. Alexa sonrió pícara ante las acciones de su "ex".

—¿Tú me llamaste? ¡Alex! — regañó.

Antes de que pudiera reprocharle, Karev elevó el cupcake frente a ella.

—¡Uh! —festejó, distrayéndose ante su adicción por lo dulce. Tomó el pastelito y con un dedo tomó un poco de la crema que sobresalía, llevándola a su boca y degustándola con placer. Alex besó su cuello repetidas veces.

—¿Estás libre esta noche? —murmuró contra su piel.

—Tal vez...—vaciló distraída. —¿Sigues trabajando con Meredith?—

—Estoy tratando de besarte. — se abalanzó hacia su boca, cosa que Turner esquivó cuando oyó las sirenas de la ambulancia y el motor de esta al llegar frente a la entrada.

De pronto, sintió que el oxígeno del exterior le era insuficiente para poder respirar cuando vio al azabache, inconsciente sobre la camilla que lo paramédicos bajaban de la ambulancia.

—Hombre de treinta y cinco años. Dificultad para respirar. Sufrió un  síncope. Pulso rápido e irregular. —

—No puede ser. —devolvió el cupcake y, como si fuera una necesidad, corrió tras los paramédicos o, más bien, tras él. —Es Negan. —

[•••]

—¿Qué le dieron en el camino? — cuestionó cuando ingresaron a una de las habitaciones.

—Lo siento, él es mi paciente hasta que yo se los entregue. —negó el doctor de urgencias.

—Yo lo conozco. Está en la lista de espera para un corazón. Pertenece a cirugía. Ya llamé al doctor Burke y viene para acá. Así que es nuestro. —contradijo, embravecida, mientras los enfermeros atendían al azabache. —¿Qué le dieron en el camino? —

—40 de furosemida.  El ritmo cardíaco no cambió hasta con seis de adenosina. —respondió el paramédico.

Alexa jadeó, asustada. Burke apareció en la escena.

—¿Qué tenemos? —

—Es Negan. —

—¿Negan? —repitió asombrado el cirujano cardiotorácico, tomando su estetoscopio.

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒||The Walking DeadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora