Capítulo 3

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Me despertaron voces de distintas personas y sonidos de animales de granja.

Observe confundida a mi alrededor, me encontraba en una choza pequeña, tenía hiervas colgadas en una esquina, una olla de hierro colgando de un gancho que desprendía el aroma de la comida e abajo de él había un agujero cuadricular con fuego en el centro calentando la olla.

Me levante buscando mi ropa, ya cuando la encontré me acomode la armadura, tomé la espada y mire a la salida, en lugar de una puerta tenía una persiana de mimbre.

Al salir la luz de exterior me segó por un instante, al acostumbrarme note a varias personas usando ropas orientales, según los libros de historia que Quirón tenía en su biblioteca este tipo de vestimenta se usaba en el antiguo Japón; entre ellos apareció una anciana usando un traje de dos piezas con los colores blanco y rojo.

Anciana: que bueno que despertaste jovensita.- Tenía un parche en su ojo derecho.

Me sorprendí al entenderle según los libros su lenguaje no era fácil de aprender.

___: ¿donde estoy?.- Paso por mi lado e ingreso a la choza.

Anciana: te encuentras en una aldea que es protegida por un hanyou.

___: disculpe pero.....¿me podría explicar?, vengo de tierras lejanas y no se mucho de este lugar.

Anciana: eso explica tus ropas tan extrañas, una hanyou es un híbrido entre un demonio y un humano.

"¿eso existe?, si estamos los hijos mestizos de dioses pero con un demonio....."

Recorde a las furias y me dieron escalofríos

___: ¿cuanto tiempo estuve dormida?.

Anciana: estando a mi cuidado más o menos un día y medio, una persona del pueblo te encontró inconsciente y herida cerca del pozo debora huesos, ¿que te sucedió?.

___: solo recuerdo un dolor de cabeza como si hubiera sido golpeada.- No podía arriesgarme a decirle lo que realmente sucedió.

Anciana: ¿no recuerdas nada más?.

___: me temo que no y le agradezco que me haya cuidado pero es mejor que me retire.

Anciana: quedate niña, no falta mucho para que anochezca y últimamente los demonios están apareciendo mucho.

___: pero..

Anciana: por favor, un poco de compañía siempre es bienvenida.

Me quede con ella y me ofreció de cenar, la comida de este lugar no contiene la sal que yo conozco e al té no le agregan azúcar.

Ya al día siguiente la compañe al bosque a buscar hiervas medicinales, por lo que me contó acerca de los demonios no podía dejarla sola.

___: usted me contó me encontraron cerca de un pozo, ¿donde está?.

Kaede: en aquella dirección.- Apuntó en lo profundo del bosque.- no pensara ir.

___: necesito recordar más.- Mentira, lo único que quiero es volver a casa.- y no es necesario que se preocupe, se podria decir que soy un guerrero por lo que no necesito que alguien vaya conmigo.

Despues de eso la deje en la aldea y me obsequio una muda de ropa del mismo estilo de ella, antes de marcharme le agradecí por su hospitalidad, ya en el bosque busque el condenado pozo que por los dioses me costo dar con él, no tenía nada fuera de lo normal, en su interior habían varios huesos regados.

Baje por unas enredaderas que llegaban al fondo y a unos centímetros me solte para buscar en su madera alguna abertura como una puerta secreta pero nada.

Una vez nuevamente arriba comencé a caminar al interior del bosque dispuesta a perderme, no tenía nada que perder y vendría bien hechar un vistas, esperaba no estar varada en este lugar para siempre.

[...]

Camine sin rumbo por varios días buscando un lugar provisorio en donde instalarme.

Mientras dibagaba estuve estudiando a los demonios de lejos, los de apariencia humanoide eran mucho más fuertes que las especies de animal.

Despues de casi una semana de viaje al fin encontré un excelente lugar en cambio al merodear vi a muchos arbustos y árboles que comenzaban a marchitarse, cuando hundí mis manos en la tierra todo comenzó a recobrar vida.

Oi algo detrás de mí y aparecieron dos tigres jóvenes que se acostaron resfregando sus espaldas en el pasto.

___: ¿saben si hay una cueva por aquí?.

Soltaron un gruñido al ponerse de pie para luego guiarme a una no muy lejos del lago.

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