cinco.

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La banca es fría cuando toma asiento en ella, no le importa, ya pronto acogerá otra temperatura gracias a su calor corporal, frota su rostro con impaciencia y gruñe al recordar el par de voces chillonas que lo atormentan desde que tenía diez años, creyó que tal vez ese año sería diferente y no tendría que ver a ese par de mujeres que se decidieron a embarcarse en un viaje por el mundo, pero vaya fue la sorpresa al encontrarlas a ambas paradas frente a su puerta, exclamando felizmente: ¡Jungkookie! con ese tono elevado que le aterra.

También pudo percibir el par de miradas de disculpa que le dieron sus progenitores, sabían que no gustaba de ambas mujeres cerca, él no los culpa, incluso aunque seguramente ya lo supieran y no le avisaran al respecto seguían siendo familia.

No pudo evitar tampoco el retirararse rápidamente como alma que lleva el diablo en cuánto se le dió la oportunidad, no era muy tarde de todas formas y aunque así fuese, prefería aquella banca blanca que lo recibió.

No odia a sus tías, aún les guarda cariño, pero al mismo tiempo el sentimiento se torno un tanto oscuro cuando comenzaron a tomar decisiones precipitadas, tal como lo es el querer emparejarlo con cualquiera que se cruzara por allí simplemente porque desean ver a su sobrino casarse antes de que murieran. Por amor al cielo, ni siquiera la abuela estaba tan apresurada con eso y eso que ella ya tenía una edad avanzada, además, ¡qué diablos!, apenas era un adolescente.

"Y la novia, kookie" recuerda el par de miradas esperanzadas que ambas le lanzaron al llegar. Hubiera preferido que desempecaran sus maletas antes, así él habría podido construir un búnker o mudarse, sabía que estarían algunos días rondando por ahí y Jungkook esta rezando para aguantar y no tirarse por las escaleras cada vez que las vea.

Joven muere de irritación causada por sus tías, ¿sería un titulo muy raro para una noticia?, bueno, si lo ponía al lado de "el gato volador" no estaba tan mal, aunque le faltaba algo de chispa.

Decidió por ese momento dejar de pensar en ello ya que tendría que regresar a su casa en algún momento y necesita una buenas dósis de paz interior, dorime o lo que sea. Se estiró en su lugar y bostezó con pereza, se dedico a observar pensando en qué hacer para pasar el rato, uno muy largo.

Se levantó de su asiento y a paso lento se dirigió al columpio desocupado que se tambaleaba por la fresca brisa, habían algunas hojas que se habían caído de sus árboles dando así un ambiente misterioso, incluso un poco aterredor, pero se recordó que ya era un chico grande y que no debía temer a los fantasmas. Apenas estuvo frente al simple juego sonrió con nostalgia, había pasado buenos tiempos en ese mismo lugar, tomó entre su mano la gruesa cadena que sostiene a la superficie, la misma que podría con otro peso y cuando está a punto de sentarse allí un carraspeo le hace detenerse, confundido dirige su mirada a dónde creyó escuchar el ruido y varios centímetros más tarde localiza a un niño que lo mira desde el otro lado del columpio.

"¿Qué crees que haces?" expecta cruzando sus brazos.

"¿Iba a ocupar el columpio?" claramente la actitud que el pequeño ha tomado le desconcerta un poco.

"ah, no hermano, consíguete el tuyo" le suelta con firmeza tomando la otra cadena del columpio.

"¿Qué?, pero yo llegué primero" entonces jala hacía su lado el columpio, siendo muy infantil, de todas formas está bien sólo defendía su honor, ¿no?

"Yo lo ví primero" contrataca el pequeño sin ganas de ceder, de verdad quería jugar en el columpio.

"Eso no cuenta, así que es mío" procede a sentarse, entonces sienta al columpio ser jalada al otro lado.

"Aquí no dice cara de moco para que te autoproclames su dueño" el niño sonríe con orgullo ante su comentario y la cara estupefacta del adolescente. "Ahora hazte a un lado, para que los niños disfrutemos del espacio"

Jungkook sintió que era llamado anciano de manera sutil entonces.

"Ay, estos niños de ahora, en mis tiempos..." comenzó dispuesto a dar su discurso, siendo interrumpido al poco tiempo por otra voz divertida, la de esa persona que estuvo allí admirando la escena con gracia.

"Bueno, si dices cosas como esas, me trae algunas dudas sobre si eres un anciano enojón en el cuerpo de un muchacho" la voz de Hoseok sonó cálida y risuela tras suyo.

"Oh, Hoseok, e-eh... ¡hola!" le sonrió aún ligeramente avergonzado, Hoseok agitó su mano frente a él.

"Yeonjun, ¿qué te he dicho sobre pelear por el columpio?" esta vez se dirigió al niño arruina diversión quién se mecía con alegría y que sólo se encogió de hombros.

"Lamento eso, sólo... le emociona mucho venir aquí" aclaró Hoseok volviendo su atención a él. Jungkook estaba algo sorprendido, es decir, los niños de ahora no suelen disfrutar mucho de los espacios libres con todo eso del tema de los videojuegos y la internet.

"Entiendo, solía pasarme lo mismo cuando era más joven" ahora no tenía mucho tiempo de pensar en columpios, aunque al ser vacaciones, podría permitirselo. "Ya será mi turno" agregó.

"No lo creo" respondió el niño antes de soltar una carcajada. Jungkook arrugó su entrecejo.

"Tranquilo, Jungkook, ya lo podré persuadir" promete en un tono suave.

"Oh, eres tú" esta vez el niño se detiene por completo y la da una mirada que lo intimida un poco. "No puedo creer que hayas rechazado a-"

"Yeonjun, ¿esa es Sana?" el susodicho se detiene y se pone en modo de ataque.

Sana es una compañerita japonesa de la escuela en la que estudia Yeonjun y al niño en cuestión le gusta la niña, sin embargo suelen pelear mucho sólo porque es muy torpe al querer acercarse. El menor entiende la indirecta al no encontrar rastro de la menor y vuelve al columpio de forma calmada.

Jungkook mentiría si dijera que no le había causado algo de curiosidad lo que el niño iba a decir o la forma en que Hoseok interactua con él, su hermano o amigo puede suponer.

"No sueles venir mucho por aquí, ¿verdad?" la voz de Hoseok lo saca de sus pensamientos.

"Hace tiempo no, pero me temo que comenzaré a hacerlo" responde mientras recuerda su huida, camina a la banca en la que se encontraba con Hoseok siguiendo sus pasos y ambos toman asiento.

"¿Problemas?" Jungkook piensa que hay un deje de preocupación allí.

"Bueno... no en realidad, es sólo, ¿no tienes algún familiar muy molesto o qué te pone incómodo?" Hoseok piensa, no ve mucho a sus tíos, primos o abuelos, no puede ponerle etiqueta a las relaciones que lleva con los diversos miembros de su familia, sin embargo, recuerdo que uno de sus abuelos lo llamaba loro y pensó que tal vez era porque hablaba mucho, no se quejaba, le daba galletas.

No fue hasta que se entero de que su abuelo lo trataba de esa forma por su sueño frutrado de conocer aquella ave y se sintió muy fuera de lugar.

Simplemente asintió con lentitud.

"Tengo a mis tías de visita... mí relación con ellas no es la más funcional así que por el tiempo que estén en la ciudad me mantendré alejado, lo suficiente para no tener un dolor de cabeza cada día" sonrió al final, pero se le notó algo desganado.

"Yeonjun y yo venimos mucho aquí, ya sabes, puedes unirte a nostros" le propone Hoseok con esa gran sonrisa suya que es brillante y lo caracteriza bien.

Tal vez, no sea tan malo después de todo, pasar tiempo con Hoseok es divertido. Los últimos días han logrado interactuar más y en los turnos hablan sobre muchas cosas al azar, es entretenido.

Jungkook se siente algo tonto al creer que ya no podría retornar al tiempo con Hoseok, pero entonces aquel muchacho le sonríe y le cuenta un chiste y todas esas dudas quedan en el olvido porque sólo significa que a Hoseok se le ocurrió algo nuevo de lo que seguramente hablaran por horas y Jungkook no se cansa de eso.

𝘮𝘶𝘴𝘪𝘤 𝘴𝘩𝘰𝘱 𖥻𝗸𝗼𝗼𝗯𝗶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora