Frente a la puerta de los Jeon se encontraba Hoseok temblando mientras sostenía una bandeja, cosa que no sólo era por el frío, los nervios lo tenían un poco acorralado. Había tocado el timbre hace unos segundos y justo cuando iba a hacerlo de nuevo, la puerta fue abierta, creía que la madre o el padre de Jungkook iba a abrirle, sin embargo, frente a él la figura del castaño se mostraba, su mirada parecía como si hubiese estado esperando por él porque apenas lo vió sus hombros se relajaron, pero se dijo a sí mismo que no debía sacar conclusiones.
"T-traje galletas, bueno, mí madre las hizo y me encargó que las trajera" se apresuró a decir extendiendo la bandeja hacía Jungkook con una sonrisa pequeña.
El decidió tomarla y en el proceso sus dedos tuvieron un pequeño contacto.
"Estás helado, vamos, pasa" le indicó haciéndose hacía a un lado. "Puedes acompañarme a la cocina si quieres" Hoseok no lo dudo en ningún momento, pues siempre ha sido malo para comenzar una conversación y justo en la esquina había una señora que parecía querer leer su mente o algo así porque no había dejado de verlo.
En silencio siguió a Jungkook hasta dicha habitación en dónde le vió depositar la bandeja junto con otras preparaciones y luego tomó una de las galletas, la depositó en su boca y masticó con deleite.
"Dime que te sabes la receta" sus grandes ojos llenos de emoción, pareciendo un pequeño.
"No lo sé, ella siempre es muy misteriosa aunque siempre diga que el ingrediente secreto es el amor" hizo comillas con sus dedos escondiéndose de hombros.
"Mi madre dice lo mismo de su tarta de manzana, yo apunto a que se trata de conspiración" le dijo el castaño con aires de haber pensado mucho en dicha teoría.
"Yo propongo investigarlas, quizás tengan un laboratorio secreto en donde desarrollan brebajes magicos" sin poder evitarlo siguió la corriente a Jungkook, era algo que siempre sucedía, de una forma u otra terminaban entre bromas.
"Bueno, sí con laboratorio secreto te refieres al cuarto de ropa en dónde debo lavar los andrajos de Jungkook, entonces te creo. Debo sacar mis conocimientos sobre química para que sus camisas queden decentes, por el amor de Dios" entró una mujer de mediana estatura y cabello negro haciendo una dramática mueca.
Y en cuestión de segundos el rostro de Jungkook paso a una mueca de pena mientras agachaba ligeramente la cabeza, avergonzado, tan lindo.
"Es bueno verte aquí, Seokie, este niño no ha dejado de preguntar por-" ti, quiso decir, pero entonces el pelinegro puso una galleta en su boca.
"¿Verdad que está deliciosa?, la madre de Hoseok las preparó" se apresuró a decir mientras le hacía una especie de mirada codificada que la mujer comprendió a la perfección.
"Oh, vaya, tienes razón están deliciosas. Dile a tú madre que me gustaría conocerla para que nos pasemos alguna recetas" le indicó a Hoseok y este felizmente aceptó.
Jungkook al notar que el rumbo de la conversación había cambiado dejó salir todo el aire que estaba reteniendo.
Sí, estuvo bastante inquieto y nervioso esperando por Hoseok, temiendo que no llegara, pero él no tenía que saberlo, al menos, no en ese momento.
Y ahora que podía analizarlo, notó que el color negro lucía muy bien en él (bueno, en realidad cualquier color), pero aquel traje negro se ajustaba de forma linda y delicada a su anatomía haciendo que los brazos de Jungkook lucharan para enroscarsen alrededor de su cintura.
Su cabello dorado relucía brillante, ligeramente esponjado y peinado hacía a un lado, permitiendo que su bonita frente saltara a la luz, Hoseok siempre ha sido hermoso de la forma más natural, él no necesita esforzarse porque aquella característica ya era completamente suya.
No supo cuánto tiempo pasó divagando sobre Hoseok o cuánto pasaron hablando él y su madre, sólo cuando una mano tímidamente apretó su hombro salió de su ensoñación permitiendo enfocar al dueño de sus pensamientos.
Y reconoce que está completamente perdido por aquel chico en ese instante cuando le habla con la voz suave y toma su mano con delicadeza.
"Baila conmigo, Hoseok" decide mandar al diablo sus nervios porque no quiere perder la oportunidad de tenerlo cerca puesto que desde que cruzó la puerta lo único que ha querido es abrazarlo tan fuerte como sus brazos lo permitan.
"¿Ahora?" pocas veces veía esa faceta de Hoseok, en la que se convertía en una tierna masita tímida.
"Sí, por favor, ¿quieres?" Hoseok se queda estático por un momento y luego su sonrisa se reconstruye y se instala en su rostro, así que asiente.
Jungkook pone ambos brazos en la cintura del rubio y de forma discreta lo atrae a él, Hoseok se encarga de dejar sus brazos alrededor de su cuello y su cabeza descansa con mucho cuidado sobre su hombro; Jungkook se siente tan afortunado.
El cuerpo que sostiene está cálido y blando contra el suyo, ama tanto la sensación que si fuese su decisión no dejaría que se fuese nunca.
La balada que suena por toda la casa suavemente (a elección de Jungkook) provoca que ambos comiencen a mecerse alrededor de la habitación. La cocina es el lugar más privado en ese momento, no quiere que Hoseok se vea incómodo puesto que sus familiares aveces hacen bromas pesadas y lo único que Jungkook desea ahora es bailar con aquel chico sin interrupción.
No obstante, todo aquello en el espacio desaparece cuando toma la mano de Hoseok y le da una vuelta, cuando él deja sus manos en su pecho de nuevo y se mira sonrojado nada parece importarle tanto porque lo único que ocupa su mente y campo de visión es ese rostro que ha logrado cambiarle la vida por completo.
Aprieta el cuerpo del muchacho suavemente contra el suyo porque la imagén es tan tierna que siente que es demasiado para él.
Hoseok ha puesto una mano sobre su mejilla y la está acariciando con tanto amor que el toque se derrite y hormigueos le recorren la piel, entonces abre sus ojos (que no sabe en que momento cerró) habiendo estado tan relajado por el dulce contacto.
Ese momento, su reflejo vive en los ojos de Hoseok como si fuese lo único que hubiese observado alguna vez.
Y tú corazón está contra mi pecho, tus labios presionan mi cuello, estoy cayendo por tus ojos pero ellos no me reconocen todavía y con está sensación olvidaré... que ahora estoy enamorado.
Su frente descansa contra la de Hoseok y sus ojos se niegan a dejar los del rubio, él no quiere perderse lo que ocurre allí.
Bésame como si quisieras ser amado.
La punta de su nariz roza con la de Hoseok, se acarician con ternura en cuánto sus respiraciones se mezclan más y más.
Esto se siente como enamorarse, enamorarse, nos estamos enamorando.
Han dejado de moverse, todo en absoluto se ha detenido, llama escala por sus mejillas siendo sostenidas ahora por las dos manos de Hoseok. Hay tanto calor y sentimientos encontrados en el aire y lo que antes era un laberinto se ha vuelto una laguna de agua cristalina en su cabeza.
Fuí hecho para mantener tú cuerpo cálido, pero yo estoy frío mientras sopla el viento así que sostenme en tus brazos.
Te amo, quería decir, un quédate quiso escapar y entonces un bésame salió de su boca y lo próximo que sintió fue el canto de aquello que llaman amor.
Los labios de Hoseok tibios tocaron los suyos por primera vez y decidió que quería amarlo por el resto de su vida.