A veces las cosas no salen de acuerdo al plan o como nosotro queremos, sólo suceden y nadie tiene el poder sobre ellas, son impredecibles, el destino, simplemente es un hilo que nadie puede trenzar a su antojo, sólo es, existe y comunica a diversos caminos. Quizás su momento no era ese y su persona no lo era Namjoon.
Debe admitir que estaba realmente contento al verlo ingresar a la tienda, ¡quizás podría hablar mejor con él ese día!, sin embargo, no contaba con aquel chico sonrojado colgado a su brazo. El mismo chico al que Namjoon sonreía con adoración, a quién observa con amor.
Sintió una punzada en su estómago y un pinchazo más ligero en su pecho, creyó que no sería para tanto, es decir, sólo le gustaba desde hace unos meses, bueno... al parecer, le gustaba demasiado, pero en el fondo sabe que era lo que necesitaba finalmente desprenderse de él, un golpe con la realidad y afrontar lo que por tanto tiempo quiso ignorar; Namjoon ya tenía a alguien y él no era nadie para evitarlo, sólo no podía entrometerse allí, su consciencia no lo dejaría en paz.
El resto del día se la pasó demasiado desanimado y eso no pasó desapercibido para su padre o Hoseok que a cada rato se daban miradas preocupadas, pues el pelinegro se la pasó tan silencioso y carente de emociones que era demasiado extraño.
"Jungkook, puedes ir a casa ahora hijo" le sonrió su padre mientras palmeaba su espalda ligeramente.
"Aún es temprano" le reprochó sin comprender aunque en el fondo, realmente quería tomar la oferta.
"Lo sé, sólo hazlo, ¿sí?, ¡Hoseok!" el muchacho rubio los observó y su padre le dió la misma orden que a él, sin embargo, este no se opuso y de inmediato dejó su lugar en la caja y fue por sus cosas.
"Quizás te venga bien un poco de compañía" fue lo único que dijo su padre antes de volver y retomar su trabajo con guardar algunas cajas.
Largó un suspiro pesado y fue detrás del mostrador, Hoseok venía saliendo de allí y le brindó una suave sonrisa que apenas correspondió. Una vez adentro tomó su mochila y su gorra que puso sobre su cabeza tiempo después, se colgó su mochila y salió de nuevo, se despidió de su padre con un abrazo y se encaminó hacía la puerta notando que afuera se encontraba el rubio mirando hacía el suelo.
"¿Hoseok?, creí que ya te habías ido" le dijo apenas salieron provocando un sobresalto por parte del aludido.
"O-oh, quise esperarte, ¿quieres hablar?" el pelinegro le sonrió, Hoseok se veía bastante tímido y eso de alguna forma se le hacía muy adorable.
"Está bien, hobi" alentó y con paso lento comenzó a caminar siendo seguido por Hoseok al poco tiempo.
"Realmente te gustaba, ¿no es así?" le dijo sin más y luego pareció arrepentirse mientras balbuceaba cosa cómo: "esta bien si prefieres no decirme" y "lo lamento mucho, ¿por qué eres tan tonto, hobi?
Le pareció gracioso, más al escuchar su apodo de su propia boca.
"No, no te preocupes Hoseokie" hundió sus manos en los bolsillos se su chaqueta y mordió su labio inferior. "Namjoon me gustaba desde Marzo, un poco más quizás, es tonto no sabía muchas cosas de él en realidad, nunca tuve la oportunidad de hablar bien con él más que algunas conversaciones casuales" suspiró recordando.
"Supongo que, deseaba conocerle más, realmente quería romper la línea de sólo conocidos y pasar a ser amigos un día, así... tal vez, podríamos ser ¿novios?" se río sintiendo el calor subir por sus mejillas, la mirada de Hoseok sobre él no ayudaba mucho tampoco.
"Eso suena muy real, de hecho" Hoseok puso su mano sobre su hombro y lo apretó con gentileza. "Ya sabes, todos anhelamos algo y esperamos que se cumpla aunque a veces no sea lo que esperamos. Pero, ¿sabes algo?, creo que al final del día vale la pena, incluso si fallas, son experiencias y puedes guardarlas, aprender de ellas y verlas no como un mal momento, sino como una oportunidad para crecer" Jungkook se quedó callado por unos instantes y cuando reaccionó el cuerpo de Hoseok fue engullido por sus brazos.
"Gracias" le dijo contra su hombro sonriendo apenas y fue cuando se dió cuenta de que lloraba.
¿Lloraba por Namjoon? probablemente, a lo mejor las palabras de Hoseok también habían tenido incidencia en su reacción, tal vez era todo junto y no sabe desde cuando es tan sensible.
Pero Hoseok no se burló, se quedó en silencio permitiendo que se desahogara mientras le daba sutiles caricias en su espalda, realmente agradeció ese gesto.
Y cuando finalmente el llanto cesó comenzó a separarse, el muchacho rubio le brindó una pequeña sonrisa, levantó ambas manos y con sus pulgares retiró los rastros de lágrimas. Jungkook no pudo apartarle la mirada de encima, desde sus mejillas sonrojadas hasta sus ojos color avellana y cuando sus manos abandonaron sus mejillas sintió un leve vacío, pero sólo se permitió sonreír a la par.
"¿Sabes cuál es la solución para estos casos?" le preguntó y él negó suavemente.
"¡Gomitas!" su voz se oía demasiado animada, casi como un niño pequeño.
"Espero que tengan de las que son rellenas" le siguió la corriente mientras retomaban la caminata con un ambiente más ligero.
"Encontraras de todo tipo, ¡ya verás!" para ese momento Jungkook adoraba el buen humor constante del chico y que fuese tan contagioso, si bien, aún dolía recordar por ese momento se dijo a sí mismo que iba a disfrutar de la buena compañía y una tarde tranquila.
O quizás no tanto, porque cuando vió a Hoseok casi caerse con toda una estantería supo que podría pasar de todo pero que sin duda iba a ser muy divertido.
Debe agradecer a su padre que lo haya dejado salir temprano, porque mientras camina compartiendo un paquete de gomitas y chistes malos con Hoseok sabe que es mejor que cualquier otro ritual de desamor, simplemente se siente bien, se siente feliz.