Los fuegos artificiales llenaban el cielo, Hoseok podría decir que eran lo más hermoso que había visto, sólo que estaría mintiendo al respecto, porque lo más hermoso para él en ese instante era Jungkook. Siempre tan impresionante como si fuese ilegal para esté mundo y en ese momento pareciendo un pequeño niño, podía reafirmar que parecía un ángel, como si no conociera de la maldad o la tristeza, tan radiante como un diamante e incluso más.
Todos los presentes observaban el juego de luces que brillaban, se extendían y luego desaparecían en el firmamento y aunque fuese impresionante, Hoseok estaba embobado con aquella sonrisa infantil sobre el rostro de Jungkook y cuando le devolvió la mirada, juro que no había nada más brillante en el universo que aquellos ojos grandes y llenos de emociones que lo hacían débil en un segundo y supuso que ni siquiera Jungkook sabía lo que hacía con él en una sola mirada, porque se acercó a él mientras lo observaba como si fuese lo único que quisiera en ese mundo, aunque sonara egoísta, tal vez lo era.
Su respiración se ensanchó por un momento y luego recuperó su ritmo habitual cuando las suaves palmas de Jungkook acunaron su rostro e hizo que levantara su mirada, la forma en la que él lo veía y el como todo desaparecía cuando lo hacía, lo hacía sentir tan amado, ya no sólo como una estrella en la galaxia, sino como el mismísimo sol.
"No puedes ser real Jung Hoseok, pero si me dices que eres un sueño, lloraría hasta que mis lágrimas se secaran" al inicio no comprendió a lo que se refería y pasados unos segundos, cuando lo logró sus mejillas se encendieron en el tono de rojo en el que parecía brillar y lo hacía, su interior, su alma y su corazón brillaban con todos los colores del arcoíris, tan místico como en un cuento de hadas. "Eres hermoso, tan hermoso como el día en que me sonreiste por primera vez y ahora, no puedo creer que haya desperdiciado tanto tiempo viendo hacía el cielo cuando te he tenido tanto tiempo a mí lado" en ese momento sabía que no sólo se refería a las luces, se trataba de todo el tiempo atrás, el pasado en el que ambos no sabían como lidiar con sus sentimientos.
Sin embargo eso ya no importaba más, a veces necesitamos equivocarnos en los caminos de la vida para acercarnos a nuestro destino y necesitamos de la paciencia para que la desesperación no nos ate a la tristeza. El pasado, es sólo eso, algo que vino y se fue, un momento, un instante como la vida misma, dejar de aferrarnos a eso, significa disfrutar el presente y visualizar un futuro, no claro, pero próximo, necesitamos que las heridas viejas sanen y se desvanezcan con el tiempo para disfrutar de lo que se encuentre presente ahora y lo que venga después.
Hoseok no quiere pensar en el pasado, no ahora que tiene a su presente frente a sus ojos, un presente que es todo menos predecible y no le interesa que tan compleja sea esa aventura porque la curiosidad, la intensidad del amor quemando como madera en una llama eterna en su pecho es más poderosa que el miedo o la incertidumbre.
"Te amo, Jungkook" tres palabras, miles y miles de sensaciones, emociones corriendo a través de su cuerpo, haciéndolo temblar.
Escuchar a Jungkook decir que lo ama es la canción más hermosa escuchada alguna vez, pero decirlo se siente distinto, como si todos sus sentidos se pusieran de acuerdo, un te amo que no sale a la ligera por la emoción del momento, es más bien una afirmación y una promesa no dicha, en dónde Hoseok siente que podría amar a aquel chico por el resto de su vida, sabiendo que Jungkook se lo confirmara sin dudarlo un segundo, porque el también lo ama.
Lo ama con juventud pasional y convicción, olvidando por un instante que son jóvenes y que tienen toda una vida por delante, olvidando los obstáculos que vendrán y que no pueden prometerse un para siempre, aún así, sabiendo que tendrán tantas cosas por las que pasar, un peso que cargar, pero que nunca estarán solos, nunca más porque ambos son el soporte del otro, la fuerza y el aliento que necesitarán el día que las cosas se pongan demasiado oscuras.
"Te amo, Hoseok" tres palabras, dos corazones, una canción compuesta por amor.
Hoseok envolvió sus brazos alrededor del cuello de Jungkook y lo atrajo hacía él en un beso, un gesto que es el sello de sus más grandes deseos, el de permanecer juntos tanto como la vida se los permita. Ignorando las miradas curiosas o las desaprobatorias, los sonidos, los gestos, sólo siendo ellos dos enfrascados en una pequeña galaxia con miles de estrellas flotando a su alrededor, su pequeño pedazo de universo.
Y cuando se separaron ambos sonreían de esa forma boba y enamorada, tan cursis y torpes, incluso rieron a carcajadas después, sonando como un par de lunáticos, pero era hermoso.
Hoseok siempre fue un entusiasta sobre el amor, porque estaba rodeado de él, su familia, sus amigos, su música, todo aquello era amor, Jungkook le enseñó otra clase de amor, una de la que sigue aprendiendo cada día porque aún es joven y tiene tanto tiempo para aprender al respecto. Siempre soñó con el momento en que encontrara a alguien con quién aprender mientras se amaban, una persona que fuese tan inexperta como él pero que aún así quisiera intentarlo, alguien que lo amara no por lo que tuviera o lo que no, que fuese más allá de las barreras y lo quisiera por sus rarezas, porque el amor no tiene que ser regido por límites, amar no debería de requerir pruebas para estar con alguien, simplemente debería tratarse de comprender y comprendersen a medida que avanzan a través de aquel complejo sentimiento.
Y mientras tiene a Jungkook sosteniendo su mano, acunandolo contra su pecho, sin temor a enseñarle que su corazón está desenfrenado por su presencia, sabe que esté es lugar correcto, porque es libre, Jungkook le brinda confianza y comprensión, él lo acepta y lo ama, es todo lo que necesita saber.
El amor puede ser como la música, requiere de tiempo, inspiración y pasión. Viaja con nosotros como una canción que da vueltas en nuestra mente, se queda y nos reconforta cuando los días se ponen pesados, nos da fortaleza y nos brinda una voz, la música y el amor nos unen, nos transforman y trasciende sin importar de dónde vengas o a dónde vayas.
Amemos sin temor, pero hagámoslo sin ser egoístas con nosotros y los demás, compone tú propia canción, escucha la música en los latidos de tú corazón.
Fin.
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Muchas gracias por leer.