veintiuno

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El día de navidad probablemente será una fecha que Hoseok jamás olvidará, es cierto, siempre ha considerado ese día como uno de sus favoritos y siempre los atesora, pero aquel es completamente diferente a cualquiera que vivió antes, por primera vez en años pudo ver a sus padres en calma y felices de forma tan genuina que por fin se veía real, no estaban pensando en el trabajo o la renta, sólo en su familia y eso de verdad tocó su corazón y lo hizo latir en armonía, pero al mismo tiempo se preguntan cuál era la razón, ese día en general todo se respiraba y se sentía diferente.

Más tarde se dió cuenta de un par de cosas que cambiarían por completo la vida que tienen: empezando con que Yeonjun tenía la sonrisa más bonita y los ojos más brillantes mientras abría su regalo, luego de haber llorado por un momento y agradecido a cada uno por el arduo trabajo, por ser su familia y alegrarlo pese a las dificultades. Luego vino un desayuno especial que preparó su madre con mucho amor en dónde conversaron de todo, de su año, las cosas que habían sucedido, el como todos habían crecido un poco más allá de la edad, como personas habían adquirido nueva madurez, incluso el menor de todos y finalmente su padre les reveló que había conseguido un ascenso, que finalmente tantos años habían dado frutos y que ahora podrían permitirse muchas otras cosas, entre ellas una casa nueva y que su madre reduciría su tiempo de trabajo a sólo algunas horas, su padre le había dado la opción de quedarse en casa a descansar y hacer cosas nuevas, pero ella aún quería seguir aportando a casa, además de que había hecho buenas amistades y en realidad no le molestaba tener algo más que hacer durante el día, aunque Hoseok sabía que en el fondo ella no quería dejar a su padre cargando con todo, siempre han sido esa clase de pareja en dónde ambos llevan el peso de las cosas y nunca se abandonan, es lo que más admira de su relación.

Y luego de un par de horas en las que fueron al mercado y al centro comercial, al volver a casa, algo más esperaba allí, una llamada con algo importante.

Su madre al contestar tardó un poco y luego se giró hacía Hoseok con una sonrisa tan brillante y los ojos cristalinos, el pobre chico no sabía que pensar así que no dudó en tomar el teléfono con el corazón desbocado y atender la llamada por sí mismo.

"Jung Hoseok, nuestra empresa ve un gran potencial en usted, estamos interesados en impulsar su talento, así que, ¿podría presentarse el día cinco de enero para audicionar?"

Por un instante todo parecía un sueño, tantas cosas buenas en un sólo día, eso era extraño, pero al mismo tiempo pensaba que; todos los años de anhelo, aquel tiempo que pasó esperando para que su familia y él tuvieran tranquilidad, sus incontables sueños y ganas de salir adelante, por fin todo estaba tomando su camino y sin alardear, él piensa que se lo merecen, que merece esto y si la vida le está dando tal oportunidad sin importar que pase él va a aceptarla.

"De acuerdo, lo esperamos, tenga una feliz navidad y un feliz año nuevo, nos veremos próximamente"

Cuando colgó el teléfono se giro a su familia y sin dudarlo un momento los abrazó con todas sus fuerzas.

"Haz sido tan buen hijo y hermano, creímos conveniente recompensarte por ello, sabes que antes que ser sus padres, somos su apoyo y haremos que sus sueños se cumplan" le dijo su padre aún mientras se abrazaban y todo ese instante se sintió correcto.

La vida no es color de rosa y Hoseok lo sabe muy bien, esté es apenas el comienzo de un nuevo camino y no sabe lo que vendrá, sólo está seguro de que quiere seguir intentado hasta más no poder, porque tienes que intentarlo al menos una vez para comprender el significado de querer y transformarlo en, yo puedo hacerlo.

Cumplir nuestras metas y sueños depende de cuán dispuestos estemos a continuar, porque las derrotas no tienen que ser un obstáculo en el camino para seguir creciendo, más bien, sería un ejemplo de los errores que podemos transformar en ganancias y ahora más que nunca, Hoseok sabe que deberá aplicarlo en su vida diaria.

El día transcurrió con tranquilidad, tuvieron muchas charlas y hubieron muchos recuerdos de por medio, pero las sonrisas se mantuvieron y por ello es que aquel día Hoseok lo conservara en su corazón hasta que sea muy viejo, no cree que pueda olvidar algo como aquello fácilmente.

En la noche, Jungkook apareció en su puerta, temblaba debido al frío y se notaba un poco pálido, Hoseok estuvo a punto de regañarlo severamente por haber ido hasta allí en medio de aquel clima, pero cuando lo abrazo eventualmente olvidó todo y lo único que deseaba era ya no separarse de él. Lo atrajo al interior de su casa y lo dejó en el sofá mientras él iba por mantas para cubrirlo, sus padres y hermano decidieron ir hacía sus habitaciones simplemente para darles más privacidad y Hoseok les agradeció aquello.

Con mucho cuidado cubrió el cuerpo del chico sonriendo divertido al notar los copos de nieve sobre su cabello azabache que retiro con delicadeza bajo su atenta mirada.

"Probablemente para mañana estaré enfermó, pero, venir hasta aquí sólo para verte valió la pena, como siempre, luces hermoso" pronto sintió su mano tibia en su mejilla, acariciando con tanto cariño y amor que parecía imposible expresarle tanto con sólo una caricia.

Entonces recordó que él no estaría allí para cuando el año comenzara y tendría que partir, incluso si su corazón le dolía.

"Jungkook... fuí aceptado para hacer una audición" bajó su mirada hacía sus manos sobre su regazo que pronto fueron tomadas por otras algo más grandes.

"Y no sabes lo feliz que me hace saberlo, Hoseok desde que te conozco siempre ha sido tú sueño y sé que eso significa que no podremos pasar tanto tiempo juntos, que tendrás que mudarte y luchar por lo que quieres, pero, ¿sabes algo?" tomó su mentón entre sus dedos y levantó su rostro. "Te amo y no me importa si debo ir hasta al final del mundo tan sólo para verte unos minutos, lo que siento por ti va más allá de los límites, estoy dispuesto a seguir adelante con lo nuestro y sé que no será fácil, aún así no tengo miedo, no hay miedo sí sé que puedo verte sonreír al final y que en dónde sea que estés, tú corazón y el mío van a latir al ritmo de la canción que hemos compuesto los dos" las palabras de Jungkook fueron suficientes para hacerlo llorar, derramando lágrimas de puro gozo mientras escondía su rostro contra su cuello y él lo sostenía contra su cuerpo mientras le dejaba pequeños besos sobre su cabeza.

Coincidir con la persona para tú vida tarda años o a veces simplemente ha estado todo el tiempo con nosotros, Hoseok sabe que aquel chico que lo abraza ahora como si quisiera protegerlo de todo aquello que quiera dañarlo, es la persona que necesita en su mundo, que puede confiarle todo a él y contar con la tranquilidad de que no lo traicionará, Jeon Jungkook es su mejor decisión y no duda en que lo ama tanto como ama la música porque ambos son parte de él.

Está seguro de que pueden intentarlo y lograrlo siempre y cuando sus latidos sigan bailando al compás.

𝘮𝘶𝘴𝘪𝘤 𝘴𝘩𝘰𝘱 𖥻𝗸𝗼𝗼𝗯𝗶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora