dieciséis.

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Hoseok estaba callado, durante la caminata sólo se limitó a aferrarse a las correas de su mochila y observar la ruta que los lleva directo al parque. Jungkook sabía que algo pasaba, no era cosa del momento, en realidad el día entero se lo había pasado tan en silencio que llegó a darse miradas confundidas en conjunto con su padre, lo único que desea es saber que puede hacer para que aquella seriedad desaparezca de su rostro.

Todo lo que ha hecho hasta el momento es caminar junto a él, primero porque no sabe como comenzar y segundo, no quiere presionarlo sacando el tema de de pronto. Se han acercado bastante al parque, llevan caminando alrededor de quince minutos, ya era de esperarse y con cada paso siente que Hoseok se pone más rígido a su lado, sus nudillos se han puesto blancos por la fuerza en que toma los pedazos de tela, Jungkook comienza a preocuparse todavía más, parece ser que en realidad algo atormenta a Hoseok.

Él no está solo, se recuerda y por inercia su mano (aunque un poco temblorosa) se encarga de cubrir la ajena y tirar de ella suavemente, Hoseok se estremece un poco y bajo una mirada inquisitiva comienza a aflojar su agarre, permitiendo así que Jungkook pueda meter sus dedos entre los suyos dándole un suave apretón en el proceso, entonces pone su mirada de nuevo al frente, deben pasar una calle y quizás de esa manera no se noten sus mejillas, porque estás se sienten hirviendo y sabe lo que eso conlleva.

Atraviesan el asfalto en cuánto saben que es seguro, pasan por el pequeño portón que les da la bienvenida al parque y finalmente se hallan adentro. El columpio se mece suavemente y las bancas, están ocupadas por varias personas, lo cuál es gratamente una sorpresa.

Un tintineo rompe el sepulcral silencio y Jungkook no tarda en girar su cabeza al pequeño establecimiento, un quiosco realmente, que vende bebidas calientes, una sonrisa crece en sus labios y tira ligeramente de la mano de Hoseok para que le preste atención.

"¿Quieres un poco de cocoa caliente, hobi? Yo invito" ofrece con voz cálida. Hoseok duda un poco y al final asiente mostrando por primera vez en aquel día, una pequeña sonrisa.

Y aquel gesto es suficiente para alejar el frío por un instante.

Con todas las emociones compuestas y un nuevo estado de ánimo los guía a ambos al puesto que se mira acogedor en cuánto más se acercan, entonces la aparición de todas esas personas toma sentido cuando los ve a cada uno con un vaso humeante entre sus dedos, adquiriendo el calor del líquido, disfrutando de la tarde nevada.

El rostro de Hoseok mira un poco distinto por la propuesta y eso le trae un sentimiento reconfortante también.

El lugar es atendido por dos personas, un hombre mayor y una joven muchacha que apenas lo ve a ambos sonríe alegremente y les brinda un animado saludo.

"¡Buenas tardes!, ¿qué desean tomar?" Dijo amablemente, mostrándoles la carta con los productos a ambos.

"Hola, buenas tardes, dos vasos de cocoa por favor" pidió cortésmente viendo de inmediato a la muchacha asentir y comenzar con el proceso de preparación.

Apenas se gira hacía Hoseok lo encuentra viendo a la chica que trabaja con habilidad, su ceño se ha fruncido ligeramente de nuevo, así que aprovechando su notable distracción posa su dedo pulgar sobre su entrecejo y lo mueve hacía abajo, alisando las líneas que se marcan allí.

"¿Cuál es el propósito de tú cara?" Utiliza la frase que escuchó hace poco en una película ganándose una risita baja de Hoseok al poco tiempo, seguramente él la conoce también.

"Lo sé, lo sé, he sido todo un cascarrabias hoy" suelta en un bufido que suena divertido. "Mi madre suele decir que la actitud se contagia, por eso me gusta llevar una sonrisa, pero hoy... hoy es diferente, es como si no tuviese ganas de hacerlo, no viene de aquí" toca el espacio en el que se encuentra su corazón y su expresión decae un poco de nuevo.

"Está bien, hobi, hay días de días, no tiene que reprimir lo que sientes, deja que salga todo y entonces, sonríe de nuevo" le aconsejó poniendo una mano sobre su cabeza y dando una caricia pequeña en su cabello.

"¡Son adorables!" Chilló la muchacha, provocando que ambos saltarán ligeramente en su sitio. "L-lo lamento, fui importuna... ya te lo dije Jihyo, debes ser más calmada" susurró al final algo que parecía ser para ella misma, provocando que ambos chicos sonrieran.

"No hay de que preocuparse, ¿cuánto es?" Jungkook pidió la cuenta y luego pagó lo acordado dando las gracias por la buena atención y el producto, comenzaron a alejarse para continuar caminando por el lugar.

Jungkook no quería beber aún, el diseño le parecía muy bonito para arruinarlo: tenía crema encima y pequeños trozos de chocolate que simulaban una sonrisa, una nariz y un par de ojos, también le adornaban un par de orejas hechas con galletas, un osito.

El de Hoseok tenía la forma de un gatito, lo cuál le parecía verdaderamente impresionante dado a que la muchacha los hizo en poco tiempo y había hecho un gran trabajo, a lo mejor sea un atributo de la experiencia y creatividad unidas.

Cuando finalmente ambos se decidieron a probar (puesto que Hoseok también había estado admirando el diseño), soltaron un "Yummy" al unísono y luego de observarse por algunos segundos terminaron riendo a carcajadas, ese tipo de casualidades solían sucederles y ambos admiten que es bastante gracioso.

"Se ve y sabe realmente delicioso" Hoseok fue el primero en hablar, Jungkook estaba de acuerdo con su comentario.

La charla comenzó a surgir a partir de allí, era algo suyo, sus conversaciones no se detienen una vez que comienzan, hay tantos temas por abordar que el tiempo pasa tan rápido mientras están juntos. Es algo que Jungkook adora y al mismo tiempo no, porque sabe que Hoseok tendrá que irse eventualmente, pero, disfruta increíblemente del tiempo a su lado.

"Estar contigo hoy realmente hizo que me sintiera mejor" Hoseok le comenta cuando ambos van de regreso a sus hogares el junto al otro en el autobús.

El corazón de Jungkook se regocija en su pecho.

"Estar contigo siempre es bueno para mí, incluso cuando estás enojado" Hoseok se ríe dulcemente antes de bostezar de la forma más adorable, Jungkook palmea su hombro y lo invita a recostarse en él como hace tiempo.

Hoseok se ve casi dormido cuando acepta y deja caer su rubia cabellera a un lado de su rostro, su mejilla cosquillea, pero la sensación le provoca una sonrisa, así que se gira y deja un largo beso sobre su cabeza antes de acomodar la suya sobre ella y suspirar con tranquilidad.

𝘮𝘶𝘴𝘪𝘤 𝘴𝘩𝘰𝘱 𖥻𝗸𝗼𝗼𝗯𝗶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora