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Algo impactó en el pecho de Andy, la tormenta de nieve había pasado, Elton la había desecho pero algo le había dado a Andy en el corazón que estaba dejando sin respiración y haciendo que se apoyara en el suelo de hielo.
Elton cuando se giró lo comprendió todo y se asustó mucho; no tuvo ocasión de pedirle perdón, enseguida llegaron Kristen y Ofelia corriendo.
- ¡Andy! -exclamó Kristen al vez a Andy casi en el suelo- ¿Estás bien?
- Si -contestó Andy, incorporándose- Estoy muy bien.
- ¿Quién es esta? -preguntó Elton, refiriéndose a Kristen, sabía que no le iban a contestar así que no alargarlo mucho- No importa, tenéis ... tenéis que iros.
- Elton, se que esto podemos solucionarlo juntos. -dijo Andy.
- ¿Cómo? -preguntó Elton, asustado- ¿Qué poder tienes tu para frenar el invierno? ¿O a mi?
El castillo estaba como insistiéndoles, rogándoles, suplicándoles que se marcharan mientras Elton parecía ponerse cada vez más y más triste. Eso empezaba a asustar a Kristen, mientras que Ofelia parecía admirarlo.
- Andy, hay que marcharse. -comentó Kristen.
- No, no voy a ir de aquí sin ti, Elton. -dijo Andy.
- Si, -contestó Elton- te irás.
Elton hizo una rápida maniobra con las manos de las cuales salió nieve, de una montaña pequeña de granitos de nieve surgía un monstruo de dos metros, llegaba hasta el techo, era ancho y fuerte y tenía una cara horrorosa.
Andy se quedó boquiabierto, Kristen se agarró al brazo de Andy y Ofelia miraba al monstruo como si fuera su novio.
El monstruo no tardó en coger a Andy con una mano y a Kristen con la otra, los llevaron al recibidor del principio, la puerta se abrió sola.
- ¡Suéltanos! -gritaba Andy
- ¡Marchaos! -gruñó el monstruo.
Cogió a Andy y Kristen y los tiró por la escalera de hielo y la bajaron deslizándose por ella. Sylvie, que continuaba de pies de indio esperando los vio resbalar a otra dirección donde había una gigantesca bola de nieve.
Por último el monstruo cogió a Ofelia, le quitó la cabeza y apuntó hacia la pareja de amigos.
- Cabeza va.-les dijo Ofelia, y su cabeza fue lanzada hacia el centro de la bola de nieve, Andy y Kristen se agacharon para que no fueran golpeados- Ojo con mi trasero.
Y el cuerpo y las piernas salieron propulsadas, cayeron a la derecha de la cabeza de Ofelia y se quedaron pegadas a la bola.
Andy enfureció.
- ¡Lanzar a las mujeres está muy feo! -le gritó al monstruo.
De la gigante esfera cogió un montoncito de nieve y la hizo bola para lanzarsela, pero Kristen le detuvo, le cogió del brazo para que no pudiera lanzar la bola y lo inmovilizó.
- Eh, cálmate. -le dijo Kristen.
- ¡Suéltame! -exclamó Andy.
- Cálmate ...
- Vale
- ¿Vale? Tranquilo
- Ya lo estoy.
- Muy bien -Kristen volteó hacia Ofelia, momento que Andy aprovechó para lanzarle, furioso, al monstruo que quería volver al castillo, la bola de nieve- ¡Oye, venga ya!
La bola era minúscula comparada con la altura del monstruo y cuando impactó sobre su hombro no pasó absolutamente nada. Solo que el monstruo soltó un grito de guerra mirando a Andy mientras salían como pinchos de su espalda pareciendo un puercoespín gigante y sus dedos se convirtieron en hielo.
Andy quedó sorprendido, como si nadie le hubiese advertido de nada.
- ¿Ves? -le dijo Kristen, molesta- ¡Ya le has puesto furioso!
- Yo le distraigo, vosotros corred -les ordenó Ofelia, Kristen cogió a Andy y le empujó para que se diera prisa y salieron corriendo. De pronto el cuerpo y las piernas de Ofelia se juntaron y se escondieron detrás de la bola- ¡No, vosotros no! -El monstruo comenzó a correr siguiendo a Andy ya Kristen, la cabeza de Ofelia se despegó de la bola giganteca y cayó de bruces al suelo.- Se me ha complicado el asunto.
Kristen y Andy le hicieron caso a Ofelia y empezaron a correr, al poco rato se toparon con una rampa de nieve y cuando se dieron cuenta ya era demasiado tarde, ya estaban deslizando por ella como si fuera un tobogán.
Era largo y la bajada tardó en terminar, Kristen iba delante y Andy iba detrás con su capa morada al viento, cuando terminó la bajada Kristen se levantó, pero Andy chocó con sus piernas y la hizo caer de nuevo.
No tuvieron tiempo de explicaciones, el monstruo apareció de repente muy cerca de ellos, Kristen ayudó a Andy a levantarse y continuaron corriendo por un paisaje de abetos nevados que el monstruo iba lanzando a todos lados.
Andy aprovechó que había un árbol inclinado de tal manera que formaba un círculo. El príncipe dejó que Kristen continuara corriendo, ya la alcanzaría. El monstruo se paró enfrente de Andy y del túnel. Andy cogió una de las ramas que sobresalía de la nieve y tiró muy fuerte de ella, cuando soltó el árbol se puso bien, sereno como todos, el monstruo se trastabilló y cayó al suelo, al igual que toda la nieve que tuvo acumulada el árbol que cayó encima de él. Eso no lo dejaría inconsciente (no podría) pero si sería suficiente para distraerlo.
Andy aprovechó para correr y alcanzar a Kristen que ya estaba felicitándolo por la super distracción, ambos se alegraron y continuaron corriendo felices. Andy era el más feliz.
De no ser por Kristen ahora mismo Andy la habría palmado, a las pocas zancadas de lo del monstruo se encontraron con un barranco, Kristen puso su brazo entre Andy mientras se paraba en seco haciendo que Andy no pudiera avanzar, al mismo rato un montón de nieve cayó al hueco.
- Es una caída de treinta metros. -murmuró Andy.
- De sesenta, mejor dicho -le corrigió Kristen.
Al poco rato Andy tenía una soga atada a la cintura, le hizo daño cuando Kristen le apretó la cuerda, ella era la experta en esas cosas, no tenía porque quejarse. Ella se había atado la cuerda antes que el, una vez los dos estuvieron atados, Kristen hizo una curva en la nieve, era profunda y pudo marcar bien y luego sujetar bien la cuerda a lo que había hecho.
- ¿Qué haces? -le preguntó Andy.
- Haciendo sujeción en la nieve -contestó Kristen.
- Vale -objetó Andy- ¿Y si nos caemos?
- Allí abajo hay como tres metros de nieve -aclaró Kristen, acabando la tarea- Será como caer sobre una almohada. Espero que funcione.
A lo lejos la pareja pudo oír que los árboles se movían un poco, eso significaba que el monstruo seguía ahí y que tenían poco tiempo para escapar de el.
- Vale -dijo Kristen- A la de tres -Kristen tiró lo que quedaba de cuerda al vacío, serviría para bajar- Una...
- Tu di cuando -le dijo Andy, saltando de impaciencia- Estoy preparado.
- Dos...
- ¡Estoy MUY preparado!
- Cálmate...
Antes de que Kristen se tomara su tiempo y dijera 'tres' un abeto voló en el cielo y cayó enfrente de ella, cubriéndola entera de nieve, aunque no se parecía nada al cómo llegó a la tienda de la niña de hace unos pocos días. Cayó tan cerca que un poco más y casi le revienta la cabeza. Cerró los ojos para no cubrirse los ojos de nieve.
- ¡TRES! -chilló Andy.
Kristen se dio la vuelta y vio que Andy había saltado, el contrapeso hizo que Kristen también se fuera abajo, la cuerda en la nieve los sujetó y se quedaron colgando en el precipicio. Tenía que pasar, pensó Kristen.
Por otro lado, Ofelia llegó jadeando hasta donde estaba la cuerda, las dos patas de Ofelia estaban una encima de la otra, la más alta tenía un botón puesto, el tronco estaba encima de la pata más alta y la zanahoria estaba en un lado de la cara (donde Andy tenía las orejas) y se le había desecho la orquídea de la cabeza, solo quedaba un pétalo de ella; una vez hubo cobrado fuerzas se recompuso y lo puso todo en su sitio. No había sido fácil llegar hasta allí sin que el monstruo la viera y lo había pasado mal cuando perdió la orquídea.
Muy mal.
Pero actuó como si no pasara nada o como si no hubiese pasado nada y buscó a sus amigos con la mirada sin darse cuenta de que los árboles se estaban moviendo otra vez.
- ¡Andy! ¡Sylvie! -exclamaba Ofelia, con alegría en el cuerpo- ¿Dónde estais? ¡Hemos despistado al merengue!
Justo cuando mencionó la palabra 'merengue' pudo escuchar el gruñido del monstruo muy cerca de ella, estaba detrás de Ofelia, a un brazo de distancia de su cara. Ofelia se sorprendió, no se asustó y se giró a hablarle como si fueran buenos amigos, con una sonrisa, así era ella.
- ¡Anda! ¡Justo estábamos hablando de ti! -le dijo Ofelia al monstruo- Cositas buenas, cositas buenas...
El monstruo avanzó un paso para coger la cuerda, Ofelia intentó agarrarle un pie para impedírselo, pero no lo consiguió y quedó detrás de él.
Ofelia, enfadada, mientras el monstruo avanzaba saltó hacia una pierna suya y se agarró a ella todo lo fuerte que pudo.
- ¡NO SABES CON QUIEN TE ESTÁS METIENDO, COPITO DE NIEVE! -exclamó Ofelia.
El monstruo se la quitó de encima de un par de sacudidas fuertes con la pierna, Ofelia salió volando y cayó al vacío chillando, si hubiese visto el precipicio antes habría saltado sin remordimientos, era inmortal, luego podía volver a su estado original, podía hacer lo que quería.
Andy la vio caer.
- ¡Ofelia! -exclamó Andy.
- ¡Os espero abajo! -les dijo Ofelia, mientras una piedra la volvía a a descomponer.
Andy actuó por su cuenta, pasando olímpicamente de las reglas de Kristen, cogió la cuerda y empezó a hacer que bajaran, Kristen le ayudó, ya que ella sabía manejar mejor la cuerda.
Todo iba bien hasta que de pronto la cuerda tiró de ellos hacia arriba, Andy y Kristen hicieron esfuerzos por volver a continuar bajando, pero la cuerda seguía y seguía elevándolos hacia arriba, como si fuera un ascensor.
Cuando Andy levantó la mirada vio las manos del monstruo manipulando la cuerda, había quitado lo que había hecho Kristen para que la cuerda se sujetara, ahora la cuerda la manejaba el monstruo.
Andy tenía que hacer algo, lo que les esperaba abajo era una almohada o algo así había dicho Kristen, entonces no importaba que se desatara la cuerda. En la subida Kristen se golpeó la cabeza con una piedra de la montaña y quedó inconsciente.
- ¡Kristen! -exclamó Andy.
El monstruo ya tenía a Andy y al cuerpo de Kristen enfrente de él sujetados por la cuerda. Los miraba con cara enfadada. Les dijo en una palabra algo así de que se retiraran, cuando pronunció esa palabra un montón de viento helado salió disparado hacia ellos por su gigantesca boca, bañando a Andy de nieve y a Kristen aún más.
Andy se vio obligado a cerrar los ojos para que no le entrara nieve dentro. Se fijó que Kristen sujetaba a la cintura un cuchillo, así que tuvo una idea genial.
- Ni en broma -le contestó al monstruo.
Cogió el cuchillo de Kristen y cortó la cuerda para que cayeran los dos, Kristen recuperó la conciencia y gritó con Andy del susto que provocaba estar cayendo muy rápido sin saber cuando pararían.
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Pasaron solo dos minutos cayendo. Andy cayó perfectamente de pie, recto, como los nadadores estos que se tiran de un trampolín y hagan la pirueta que hagan siempre caían bien.
El susto había pasado. Ahora un montón de nieve le cubría hasta la cintura y sentía las piernas congeladas debajo de la falda.
- Anda, tenías razón, -decía Andy- es como caer sobre una almohada ¡Ofelia!
Cerca de él estaba Ofelia, estirando los brazos que llegaban hasta unas botas banana que a Andy le resultaba familiar, bastante familiar.
- ¡No siento las piernas! -gritaba Ofelia, desesperadamente agitando las puntas de las botas- ¡NO SIENTO LAS PIERNAS!
Y de pronto apareció Kristen, detrás de Ofelia, como si se hubiera despertado después de haber dormido muy poco, Ofelia estaba encima de sus piernas.
- Esas son mis piernas. -le dijo Kristen.
Tan pronto dijo esas palabras, el resto del cuerpo de Ofelia pasó por delante de Andy vagabundeando.
- Oye, alcánzame el trasero. -le dijo Ofelia a Kristen, cuando su cuerpo pasó por delante de Kristen lo sujetó y agarró la cabeza de Ofelia, la puso en su sitio- Mucho mejor.
- Hola. -dijo una voz.
Era Sylvie. No parecía agotada, y eso que había removido cielo y tierra para no ser vista por esa cosa. Ofelia la vio y le alegró el día.
- Sylvie! -exclamó Ofelia, y se abrazaron, Sylvie por mucho que la apretara no podía destrozarla, la nieve que la componía estaba dura- ¿Quién es la chica más guapa del mundo...?
- Eh, -protestó Kristen- a mi amiga solo le hablo yo.
Y las separó, Sylvie no se quejó y Ofelia tampoco, Ofelia se partía de risa.
- Eres la bomba.
Andy estaba tratando de salir de dentro de la nieve, sin éxito y lo peor de todo es que nadie le hacía caso. Por suerte llegó Kristen, le cogió por los brazos y le sacó. Ahora Andy sentía las piernas con más libertad gracias a su amiga.
- ¿Qué tal? -le preguntó Kristen a Andy.
- Bien -contestó Andy, pausa- ¿Qué tal tu cabeza?
Andy le removió el pelo a Kristen, pero esta se quejó.
- ¡Ah! Bien, no te preocupes, -respondió ella- soy de cráneo y hueso.
- Yo no tengo cráneo. -dijo de repente Ofelia- Ni hueso.
Kristen le sonrío, ¡a ver si al final le iba a caer bien esa cosa! Kristen se sentía ridícula con el pelo lleno de nieve delante de Andy, seguía siendo una desconocida para el y tenía que estar siempre presentable.
- ¿Y ahora que? -le preguntó Kristen a Andy.
- ¿Y ahora qué? -repitió Andy- ¿Ahora qué? ¡Oooooohhh! ¿Ahora qué hago yo? ¡Me ha  echado! No puedo volver a Arendelle con este temporal y... vosotras dos tenéis lo de el trineo y...
- Oye, -sonrío Kristen, tranquilizándole- no tienes que preocuparte por nosotras... ¡sino por tu pelo!
- ¡Claro, la caída! -respondió Andy- Oye, tendrías que haberte visto el tuyo.
- No, Andy tu pelo se está volviendo blanco.
- Blanco... se está... -Andy tenía el flequillo en toda la cara, una parte la veía naranja oscuro pero poco a poco un trozo del flequillo se volvía gris- ¡Ala!
Andy se volvió a poner el flequillo bien.
- Elton te atacó. -recordó Kristen, no lo había visto, lo había oído.
- ¿Tiene mala pinta? -le preguntó Andy.
Kristen se quedó pensando, así estaba más guapo, siendo siencerxs; si fuera un tinte pues estaría bien, pero se trataba de una herida...
- No -contestó Kristen. Sin haberse contestado.
La cara de Ofelia apareció delante de ellos.
- Lo has dudado -observó Ofelia.
- No, no es cierto. -le dijo a Ofelia, que estaba en medio de ellos dos estirando la cabeza con las manos- Andy, seguidme, tenemos que ayudarte.
- ¡Qué guay! -exclamó Ofelia, alegremente, volviéndose a poner la cabeza en su sitio- ¿A donde vamos?
- A ver a mis amigos.
- ¿Te refieres a los expertos en el amor? -preguntó Andy, recordando aquella discusión que habían tenido sobre Hannah hace pocos días (uno)
- Si, -respondió Kristen, cogiendo su gorro por el camino- expertos en el amor. Tranquilo, seguro que arreglarán esto.
- ¿Cómo estás tan segura? -le preguntó Andy.
Kristen se giró mirando al grupo.
- Porque les he visto hacerlo antes. -contestó.
Iban a pasar un buen rato caminando. Eso era típico de las aventuras, te adentrabas en una a la vez que te estabas metiendo en otra. Eso a Ofelia le estaba molando, a Andy ya le estaba cansando.
- ¿Sabes? -le dijo Ofelia a Sylvie- Creo que haría bien de experta en el amor.
Sylvie soltó una carcajada.
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- Tranquilo, -se decía Elton en su castillo de hielo dando vueltas como si fuera un león enjaulado- contrólalo. -El castillo de hielo, de alguna manera se había puesto de color rojo, como si en vez de hielo Elton hubiese hecho el castillo con rubís. Y eso de ponía nervioso.- No has de sentir. -se repetía- No has de sentir ¡No has de sentir!
La pared crujió, pero no se desmoronó, Elton le ordenó que no lo hiciera, igualmente salieron pinchos de las paredes, largos y finos pinchos afilados.
Era como si el castillo le estuviera rogando que se fuera, que se buscara otro sitio adonde vivir, que ahí corría peligro, mucho peligro. Que fuera a por su hermano a pedirle perdón.
Pero Elton sentía que no podía hacer nada de eso.

Frozen (versión Sp0o_.oky)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora