Capítulo 6.

524 65 67
                                    

Las manecillas del reloj se arrastraron hasta alcanzar el número nueve y entonces las campanas resonaron en todo el pueblo. La luna se alzaba menguante, iluminando de manera tenue el interior del bosque, oculto tras las densas copas de los árboles. Como un miércoles cualquiera las calles quedaron vacías, entre semana solía ser así, todos los ciudadanos corrían a refugiarse en sus casas tras una dura jornada de trabajo. Todos los ciudadanos menos aquellos que tenían asuntos pendientes.

Félix y Jeongin ya habían llegado al punto de encuentro, cubiertos por sus sudaderas ocultándose de la brisa nocturna, pero especialmente de los ojos ajenos y curiosos que pudieran aparecer. Ambos por supuesto habían utilizado excusas para poder escaparse de casa a estas horas. Especialmente el primero, cuya madre solía ser muy exquisita con sus salidas.

— ¿Crees que tardarán mucho? — preguntó el menor apoyándose en el muro de piedra alzando la vista, esa noche las estrellas no brillaban con la misma intensidad.

— Pues... Espero que no, Chris me ha dicho que viene de camino.— Su mirada sin embargo aterrizó sobre el edificio que tenían a sus espaldas—. ¿De qué es la fábrica?

— De madera, pero lleva unos años parada. Al parecer hubo un accidente y no se ha vuelto a poner en funcionamiento.

El sonido de unos pasos captó la atención de ambos tensando sus músculos instantáneamente, pero se relajaron al toparse con la sonrisa del rubio.

— Vaya, por lo que veo Changbin cumplirá la expectativa de llegar tard— bromeó quitándole la correa al animal que rápidamente se abalanzó sobre los otros dos en busca de caricias.

La atención de Jeongin se centró por completo en el perro, no podía parar de juguetear con sus orejas y lanzarle piedras que el mismo recogía y le devolvía sin descanso alguno.

Félix sin embargo no estaba tan tranquilo, todo este plan le daba muy mala espina y las palabras de Seungmin no paraban de golpear su cabeza. "Creo que deberíais dejarlo estar, por vuestra seguridad".

— ¿Preparado para salir de aventuras? — Los dedos del mayor se aferraron a sus hombros masajeándolos y asomando la cabeza para mirarlo.

— No, Chris ¿Y si...? ¿Y si pasa algo?— La voz se escapaba de sus pulmones entrecortada, casi arrastrándose por salir. Por supuesto su amigo se había percatado de ello, de que su expresión no era la misma de siempre, ni siquiera se apreciaba el brillo en sus ojos.

Le soltó los hombros colocándose a su lado y pasándole el brazo por encima de estos.

— Escúchame Félix. Únicamente iremos de aventuras, de investigación. Como los libros en los que un grupo de amigos van a una casa embrujada. ¿Y pasa algo? No, claro que no. ¿Por qué nos debería pasar a nosotros?— Sus ojos se encontraron, completamente opuestos, unos henchidos de ilusión y los otros de absoluto pánico—. Vamos cinco personas, y también Sandwich. Si vemos cualquier cosa rara nos marchamos, te lo prometo.

— ¿De verdad...? ¿Si digo que me quiero ir nos iremos?

El rubio asintió sin resquicio alguno de duda revolviendo ligeramente su cabello.

— De verdad. Incluso si ahora mismo estás seguro de que no quieres hacer esto nos vamos. Se trata de divertirnos un poco, no de pasarlo mal.

Chris llevaba razón, tal vez en su mente la situación había alcanzado un punto muy distinto a la realidad, simple sugestión. Iban cinco, también el animal y si algo ocurría darían media vuelta.

Nuevos pasos se escucharon, esta vez provenientes de distintos pies. Envueltos en sus abrigos y con una linterna en las manos aparecieron los miembros del grupo restantes.

THIRD EYE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora