Capítulo 19.

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— ¡Hazme otra aquí! — volvió a exclamar Hyunjin tirando del brazo de Seungmin y guiándole a través de los árboles.

— ¿Otra más? — farfulló el menor rodando los ojos.— Le vas a gastar el carrete.

— ¿Tu no quieres? — le preguntó el castaño mientras ajustaba la lente y tomaba un par de fotos del muchacho, que posaba de forma natural captando la atención del chico que le gustaba con una facilidad sorprendente. ¿Por qué tenía que ser tan guapo?

— No.

— Veeenga, ven y ponte conmigo.— Pero volvió a negar apoyándose en una de las vallas que marcaba el sendero.— Jeonginnie.

Su voz emanó envuelta en ese tono juguetón y meloso que se había vuelto tan común y, que por mucho que negara, le resultaba adorable.

— Que no. Venga, termina y nos vamos.

Pero no parecía estar dispuesto a marcharse del lugar sin tener su foto con él. No tardó ni un segundo en aferrarse a la valla mientras el moreno tiraba de él quejándose y haciéndole cosquillas para que se soltase.

— ¡No seas pesado!

— Solo una, vamos — le pidió con un puchero abrazándolo desde atrás y apoyando la barbilla sobre su hombro. Terminó por cerrar los ojos y frotar la nariz contra su mejilla, deleitándose de ese tacto tan terso y el calor que emanaba de las mismas.

Seungmin se limitaba a observarlos entre risas, sorprendido de cómo su relación había terminado por volverse tan distinta. Cómo dos personas tan opuestas y que chocaban llegaron al entendimiento.

— ¿Qué me das a cambio?

El mayor arqueo los labios relamiéndose y finalmente besó la comisura de los suyos en un ágil y veloz movimiento.

— ¿Qué tal te va esto, profe?

— ¡Hwang Hyunjin!

Se zafó dándole un empujón, con la cara a punto de estallarle por la rojez y el ceño fruncido. No sabía donde meterse cada vez que hacía eso, que aprovechaba sus despistes o cualquier acercamiento para robarle un beso fugaz. Especialmente si ocurría delante de alguien más, por mucho que fuera cuidadoso.

Pero, por mucho que tratase de esconderlo o fingir, ambos sabían que lo último que le causaba era verdadera molestia. Y que en caso de sentirla probablemente fuera por no ser capaz de superar su vergüenza y orgullo y ser él mismo quien lo alargase.

— ¿Todavía estáis con las fotos?

La voz de Félix irrumpió en la escena. Su expresión era de puro agotamiento pues llevaba una enorme bolsa junto a la ayuda de Chris, al que parecía costarle mucho menos cargar con ella.

— ¿Qué lleváis ahí? ¿Un muerto? — Seungmin se colgó la cámara al cuello acercándose para ayudar al pelirrojo.

— Las ganas de mataros por comer tanto, más bien— balbuceó haciendo un alto y apoyando las manos en las rodillas para descansar.

— ¡¿Todo eso es comida?! ¿Pero quién se ha encargado?— Jeongin caminó también hacia los australianos rebuscando en la bolsa sorprendido.

En cuanto vio las piruletas lo comprendió y se giró hacia el moreno con una ceja alzada.

— Oye, a mi no me mires, también ha sido cosa de Changbin — le respondió rascándose la nuca.

— Ya sabes, Lixxie, ahora le echas la culpa a tu tortolito.— El muchacho se giró mirando a Chris avergonzado y no vaciló en asestarle un buen golpe.

THIRD EYE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora