THIRD EYE.

Capítulo 18.

Buenas noches 💫 Antes de dejaros con la historia me gustaría hablaros de un par de cosas. Como podéis ver el capítulo de esta semana se está subiendo dos días antes porque mañana me voy de vacaciones y el sitio donde me quedo no tiene wifi, asi que para evitar problemas he decidido postearlo hoy directamente. 😊

Por otra parte lo más probable es que la semana que viene no pueda subir el capítulo 19 principalmente porque dudo poder escribir demasiado durante estos días y porque se trata de una parte que va requerir más esfuerzo y tiempo de lo habitual, entre escritura, corrección y preparación de extras. Pero el sábado siguiente lo tendréis listo. 🤗

Gracias por apoyar esta historia y seguir leyéndome, os dejo con el capítulo 18, espero que os guste.💙

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— Dame eso.

— Primero maulla.

— ¡No voy a maullar, Changbin!

Sus cejas se alzaron para segundos más tarde inclinarse sobre su cuerpo llenándole los costados de cosquillas. El pelirrojo comenzó a retorcerse incapaz de aguantar las carcajadas que escapaban de su garganta, moviendo los brazos en un intento por tomarle las manos y detenerlo.

— ¡Para, para! — se quejó jadeante una vez consiguió atraparlas, respirando intensamente.

Se mantuvo recostado sobre él, apoyado con los codos para no aplastarlo con su peso, sin poder evitar quedarse mirándolo con una sonrisa, resiguiendo con las pupilas cada uno de los trazos que formaban su delicada piel, cada mota pigmentada que la adornaba como si fuera el cielo nocturno. Sus ojos volvieron a encontrarse, brillantes y cristalinos. Eran incapaces de ocultar la sonrisa que se les formaba en la cara, esa complicidad que únicamente ellos compartían.

Acercó su nariz con cuidado, sin querer asustarlo por el acortamiento de distancia, sin embargo a Félix no le daba ningún miedo. Ya no.

Elevó ligeramente la cabeza hasta que ambas se encontraron y las frotó cerrando los ojos, sonriendo con una dulzura que enterneció por completo al moreno y cuya respuesta fue unir sus labios en un cálido beso. Uno de esos lentos que les envolvía el estómago en agradables cosquilleos.

Habían pasado varios días desde el concierto y las cosas entre ellos no hacían más que mejorar. No es que hubieran hablado del tema, tampoco lo formalizaron, pero notaba a Changbin diferente. Más cercano, más cariñoso y, sobretodo, más sincero con sus sentimientos. Tal vez no usara las palabras pero le bastaba una simple mirada para comprender qué le susurraba su corazón.

— Debería volver... Hoy entro a trabajar pronto...— susurró el mayor contra su boca, sin elevar los párpados, simplemente perdiéndose unos segundos más en la sensación de cercanía.

— Hmm... No quiero...— balbuceó arrugando la nariz y abultando ligeramente sus labios.

Entonces el moreno se percató de cómo sus brazos lo rodeaban con fuerza sin permitir que se escapara, y hundía el rostro en su cuello frotándolo con suavidad.

— Félix, me haces cosquillas.— Una risa le atravesó la garganta y terminó por recostar la cabeza en su hombro y dejarse caer en peso muerto aplastando al pelirrojo.

— ¡Oye, que pesas! — Su voz emergía con muy poca cantidad de aire debido a la presión de su cuerpo, pero aún así lo pegó más contra él deslizando los dedos por encima de su camiseta.

— Venga, en serio, que si no me va a caer bronca.

— Vale, vale.

Finalmente se levantó sin borrar la sonrisa de su cara, poniéndose las zapatillas y preparando la mochila.