Capítulo 9.

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La semana transcurrió más rápido de lo esperado. Ya era sábado y el grupo de amigos estaba disperso por la biblioteca de casa de Hyunjin sumidos en su investigación. Alrededor de la mesa principal se encontraban sentados Changbin, Hyunjin y Chris, que se dedicaban a copiar e identificar cada uno de los símbolos y compararlos con los que iban apareciendo en los ejemplares. Han se encargaba de los dibujos y referencias de aquel extraño tomo que el rubio se topó la anterior vez que visitaron la casa.

Por otro lado Félix y Jeongin habían preferido quedarse en los sillones, con un par de pergaminos y tomo para continuar la investigación por su cuenta junto a Seungmin, que optó por dedicarse a leer los libros para tener mayor información y resolver las dudas de sus compañeros. Era mejor así, alejados del grupito y, especialmente, del dueño de la casa. Al menor no le apetecía verlo en absoluto, de hecho en ocasiones se arrepentía de haberle dicho a sus amigos que no pasaba nada, que simplemente iría y lo ignoraría. Quizá debió ceder en una de esas veces que Félix trató de hacerle entender que no importaba si no quería acompañarlos.

— ¿Has encontrado algo? — preguntó Jeongin recostándose en el sillón frustrado.

— Nada de nada, esto es muy difícil —se quejó el pelirrojo estirándose un poco.

— Que poca paciencia tenéis.— El delegado rodó los ojos y les dedicó una rápida mirada acompañada de una sonrisa volviendo a sumergirse en su lectura.

La silla de Chris se movió y en apenas unos segundos estaba delante del pequeño grupito, parecía cansado de indagar en los dichosos papeles, pero a la vez podía atisbarse esa ilusión brillándole en los ojos.

— Hyunjin ha propuesto pedir pizzas para cenar, ¿os apetece o preferís otra cosa?

No pareció haber problema para ninguno de los tres.

— Cuatro quesos por fa —suplicó Félix con un puchero, tirando de la chaqueta del mayor sacándole una risa.

— Y con piña —agregó Jeongin.

— ¿La pizza con piña? ¿En serio?

— Claro que es en serio. Está riquísima.

Ambos se enzarzaron en una discusión sobre por qué añadir fruta a una pizza caliente era una terrible opción o la mejor de las decisiones. Seungmin se tapó los oídos suspirando y tratando de concentrarse y Chris no hacía más que reír.

— Ya veo que algunos estáis trabajando mucho.— Han se asomó por encima del hombro del rubio agarrándose a sus extremos.

— Hannie, díselo tú, ¿a que la pizza con piña está rica?

— ¿Y por qué no una tarta de pizza? Hacéis varios pisos y todos contentos. Quise probarlo el otro día pero Minho no me dejó.

La conversación terminó ahí, ante la mirada de aversión de los dos más pequeños, una explosión de carcajadas por parte del rubio y la expresión desconcertada de Han.

De nuevo volvieron a sus quehaceres, esforzándose para que la quedada no hubiera sido en vano. Encontraron irrefutables similitudes entre los dibujos de los manuscritos y los de aquel extraño libro de ficción, también pudieron dividir gran parte de los símbolos y hallar cierta dinámica entre estos.

Pero sin duda alguna el gran hallazgo de la tarde fue por parte del grupo pequeño, ya que tras estar comparando los pergaminos que tenían con los libros que Seungmin se había tragado empezaron a se toparon de bruces con la esencia de la caligrafía. Y es que aunque está fuera recargada y más rígida y lineal que la original seguía siendo árabe, no todo su contenido pero sí múltiples frases o palabras intercaladas. No solo en sus manuscritos, también en los del resto, pero había pasado completamente desapercibido.

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