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-¿A qué te refieres con cuidar a un niño? ¿Qué estás tramando esta vez jisoo?- dijo Kim Seokjin desde la otra línea.

-Veras, necesito un pequeño favor, hay un mocoso que necesito quitar de mi camino y pienso que tú serías el apropiado para eso- dijo emocionada y con fingida dulzura en su voz.

-Cállate, sólo te he ayudado durante este tiempo porque te lo debía, pero no voy a ayudarte en otra de tus estupideces, ¡Entendiste!, ya tienes a papá para eso, bastante trabajo me costó alejarme de ustedes para que vengan y me arruinen la vida otra vez. Y ni siquiera sé cómo conseguiste mi número así que ¡déjame en paz maldita sea!

Jisoo se quedó paralizada, ya que no esperaba esa respuesta, su hermano casi siempre le cumplía cualquier cosa que se le atojara sin preguntar, tener una negativa le frustró más de lo que ya se encontraba, así que cambio su sorpresa a enojo.

-¡Pero mi matrimonio está en riesgo no puedes hacerme esto!- dijo enojada y con la cabeza a punto de explotar.

-Por favor, ambos sabemos que forzaste a Yoongi a casarse contigo, ¿no puedes dejar de joderle la vida a todos por una vez?- dijo Jin bastante cansado de hablar con su molesta hermana -Te lo diré una vez más, no me llames, no me busques, déjame en paz, no voy a ayudarte ¡¿entendiste?! Adiós.

Al oír como Jin cortaba la llamada Jisoo lanzó su teléfono contra la pared, con el rostro completamente rojo de irá mientras gritaba maldiciones.

Kim Jisoo, Kim Seokjin eran diferentes, Jin quería a su hermana, claro que sí, pero sabía bien que la codicia había empezado a consumirla casi por completo.

En el pasado había cometido errores de los que se arrepentía bastante, como el haber metió a un inocente en un matrimonio forzado. Si tan solo él no le hubiera sugerido a Jisoo que papá obligará a los Min a comprometer a Yoongi, su conciencia estaría limpia.

Resopló y entró al consultorio de su esposo, tenía que dejarle la comida antes de pasar a hacer unas diligencias al centro comercial.

-¡Hola amor!- habló el moreno al otro lado del escritorio con una sonrisa de hoyuelos.

- ¡Hola Nammie!, Vine a dejar tu comida amor.- respondió sonrojado.

-Tu siempre piensas en todo amor, te amo - hablo el doctor tomando de la cadera a su esposo para después besarle la nariz.

-Ya Jonnie, tengo que irme - estaba tan avergonzado en esos momentos. A pesar de los años Namjoon seguía poniéndolo mal.

-Bueno está bien, pero en casa no te salvas de mi príncipe- dijo dándole una suave vuelta, para terminar, dándole un beso en la mano.

- Está bien amor, tengo que irme pero no olvides que te amo mucho- dijo Jin abriendo la puerta y saliendo del consultorio.















Yoongi conducía tranquilo hacía el consultorio de su amigo, Taehyung había podido contactar con Namjoon, para agendar una cita de emergencia al día siguiente de su reencuentro, había pasado por Jimin y Taehyun a su departamento. El auto estaría en silencio, pero un pequeño niño cantaba una pegajosa canción infantil.

-¡Tomato!- gritó el pequeño, para después soltar una risita.

Jimin lo tenía en las piernas en el asiento del copiloto, sabían que estaba mal llevarlo en ese lugar, pero el niño había empezado a llorar en cuanto Jungkook lo tomo. Este y Taehyung habían insistido que querían acompañarlos y ellos no pudieron negarse.

Jimin rio y repartió besitos en las mejillas de su hijo, haciéndolo soltar carcajadas infantiles. Para Yoongi fue la segunda imagen más hermosa, iba justo después de haber apreciado a Jimin recién levantado hace mucho tiempo.

El reencuentro *Yoonmin*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora