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Min Yoongi no era indiferente al raro comportamiento de su esposa, esta no solía molestar todo el día como antes, no llamaba y se presentaba en su estudio de sorpresa, por eso cuando Kim Seokjin lo llamó para hablar de su hermana no dudo ni por un minuto en presentarse.

- Ella estaba saboteando el tratamiento del niño- esa frase fue la primera que Seokjin dijo antes de comenzar a relatar todo lo que estaba ocurriendo.

Loca, esa mujer estaba loca y él estaba tan furioso, la maldita trataba de dañar a su hijo, a un ser inocente, eso no se lo permitiría. Porque podía arruinarle la vida por completo a él, pero no a su hijo, ni a Jimin, las dos personas que realmente le importaban. Se había levantado de la silla cabreado en cuanto Seokjin había dicho eso, pero se logró tranquilizar cuando le aseguro que todo estaba resuelto eso y le explicó el plan. Tenía que hacerse el que no sabía nada o Jisoo podría hacer algo peor. No le gustaba, quería ir a reclamarle, a hacerla desistir en su idea de hacerle daño a las personas que amaba, pero Jin tenía razón, debían ser precavidos, decírselo a Jimin no era una opción, su pobre rubio estaba todo el día cansado, como para alterarlo. Yoongi tomaría cartas en el asunto y haría lo que no hizo por su hijo en todos esos años. Esa era su misión.

Ambos se quedaron en completo silencio después de escuchar el plan, miraron sus copas casi vacías con aire ausente.

El fin de Jisoo y su padre estaba muy cerca, si las cosas seguían como hasta ahora, todo saldría bien. Eso era lo que pensaba Jin mirando a la nada.

Yoongi estaba perdido en sus pensamientos. Esa mujer estaba completamente loca. ¿Querer dañar a un inocente niño? eso jamás se lo imagino. sí, es una chica caprichosa pero no pensaba que podría llegar a tanto, y lo peor es que ese no era el único de sus problemas, por otra parte, estaba Taemin, el muy hijo de puta se apareció el día anterior en su oficina interrumpiendolo en una llamada importante para decirle que lo separaría de Jimin.

No quería alejarse de él otra vez, y menos cuando tenía un hijo, esos últimos días había tenido una racha de mala suerte, primero salía Jisoo que quería dañar a su hijo, después Taemin amenazándolo y de último su padre, este quería que lo acompañará a Tokio para ver unos negocios a lo que él se había negado, sin embargo, su padre estaba insistiendo colmando su paciencia. No comprendía como su padre podría dejar a su madre, esta estaba muy enferma y se encontraba hospitalizada. Con nostalgia recordaba las palabras que esta le había dicho cuando perdió a Jimin.

"Búscalo hasta que lo encuentres, a ver hijo, ¿Qué te dije sobre no perder al amor de tu vida? mírate, déjame serte sincera. Pareces un Zombie. Yo no quiero verte así, ve y busca a ese chico lindo que te robó el corazón. Sabes que te apoyaré."

Las palabras de su madre resonaban en su cabeza, aún y después de haberse despedido de SeokJin, movió entre sus manos la bebida que tenía. Hace mucho que no tenía algún problema, pero desde la aparición de Jimin y su hijo, estos comenzaron a aparecer, y claro que sabía que ellos no tenían la culpa, pero últimamente todo era tan abrumador que había querido ser libre y estar entre esas cuatro paredes de su estudio, con un estante de papeles o esas entrevistas con sus fans. Tomó de la bebida soju sintiendo arder su garganta, se levantó y agarro su teléfono.

-Kyung, necesito que me comuniques con Park Jimin - dijo y dejo el teléfono. Tomo su maletín y salió.

Necesitaba verlo, ver esas mejillas rojas y sus ojos cerrandos al sonreír, quería besar esos labios rojos sabor a fresa que hace años le habían dejado, quería verlo entre sus brazos, llegó a la recepción y vio a su secretaria.

-Oh, sí, dijo que estaba ocupado para atender la llamada, pero me dijo que estaba en su departamento, esta es la dirección, tome.- le sonrió y se lo entrego. Min asintió y salió del edificio acercándose a su Ferrari, tan rápido como entro en este, emprendió camino a la dirección indicada.

Sólo lo quería a él, estar con él y con su hijo, hacer un futuro lleno de felicidad, tal vez tener más hijos con quienes jugar en el jardín de su casa. Estacionó el auto, suspiro y salió. Era un lugar de condominios bonito, subió al departamento que estaba en la segunda planta y tocó el timbre tres veces, la puerta fue abierta a la cuarta vez dejando, ver a un sexy rubio en una bata de baño que dejaba a la vista su torso lechoso y su cabello húmedo bajando por la garganta hasta dividirse entre sus bíceps poco marcados.

Jimin al verlo un colorcarmesí cubrió sus mejillas-Yo-Yoongi hyung

El reencuentro *Yoonmin*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora