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Jimin poco a poco trataba de calmarse mientras pensaba en qué hacer a partir de ese momento, mientras que yoongi trataba de controlarse porque explotar de nuevo sólo empeoraría las cosas, en cuanto ambos se calmaron Jimin comenzó a hablar.

-Por favor Yoongi, te lo ruego ayuda a mi niño... olvídate de mí y de lo que pasó, él es inocente, no se merece sufrir por mis errores- dijo mientras sostenía su mano con fuerza y con los ojos llenos de lágrimas.

Yoongi lo pensó y a pesar del enojo él sabía que tenía que ayudar a su hijo, pase lo que pase además... probablemente está sería su única oportunidad de conocerlo, aunque no sabía que iba a pasar una vez que su padre y Jisoo se enteraran, fue entonces que surgió un gran miedo en él, ya que, esos dos harían hasta lo imposible para apartar a su hijo y a Jimin de él, incluso podrían herirlos, desechó aquellos pensamientos, ya tendría tiempo para preocuparse por ello, por ahora trataría de tomar las cosas con calma para ayudar a Jimin.

-Jimin, no te preocupes todo va a salir bien, voy a ayudarte, así que tranquilo

-¿En serio?- Jimin no podía creer que realmente lo ayudaría así de fácil, pensó que tal vez tendría que rogarle por un par de días más hasta que aceptará.-Pero...¡¿Qué hay de tu esposa?! ¡¿Y tú gira?! ¿Qué vas a hacer?

-No te preocupes yo me encargo de eso, hablaré con mi jefe para convencerlo de posponer la gira y de Jisoo yo me encargo, pero Jimin, antes que nada, quiero conocer al niño.

-E...esta bien... te llevaré con él, pero Yoongi tratarlo con cuidado, se amable con él por favor, esto es nuevo para él también, entiéndelo.

-Sí, lo comprendo-asintió sin dejar de mirar a Jimin, le gustaba la forma tan protectora con la que hablaba de su hijo.

-Entonces vamos-suspiro.













Kim Jisoo era caracterizada en los estudios de fotografía como una malcriada, ególatra, pero apresar de que a todos llegaba hartar nadie podía decir nada. Su padre era una figura importante en el país y hacer llorar a su preciada hija, era la peor cosa que le pudiera pasar a un ciudadano promedio. Por eso Jisoo no dudo en marcar de inmediato el teléfono de su padre cada que tenía un problema, como ese día, porque no permitiría que alguien como ese estúpido chico y su bastardo, se atravesaran en el camino.

-Hola princesa, ¿Qué pasa?- había contestado de inmediato el magnate.

-¡Papá!, tengo un problema, hay un estúpido chico ex novio de Yoongi que se atraviesa en mi camino, lo peor de todo es que tiene un engendro enfermo, tienes que hacer algo papí- terminó de hablar con un puchero.

-¡Cómo es posible que la familia Min nos haya escondido esto!, No te preocupes princesa, papá va arreglar todo y tú vas a tener a tu amado esposo- hablo el hombre lleno de ira.

Jisoo no espero otra respuesta, colgó el teléfono y camino con elegancia a los ascensores, tenía que investigar dónde se encontraba el bastardo de Yoongi. Su padre le ayudaría sí, pero qué mejor que hacerlo con sus propias manos. Nadie le veía la cara de estúpida a Kim Jisoo nadie.

















En otra parte de la ciudad un peliazul y un pelinegro se encontraban sentados en una mesa de una cafetería cercana a la empresa, no habían probado bocado después de que la mesera dejara lo ordenado.

Taehyung no se iba a mentir, tener enfrente al que fue el amor de su juventud era difícil, pero no diferente. Su corazón seguía latiendo tan rápido como cuando era joven y Jungkook no pensaba diferente.

- ¿Así que estuviste todo este tiempo a lado de Jimin?- hablo cansado del silencio.

- Si, tenía que hacerlo, no dejaría a mi mejor amigo solo, lo siento Tae por todo lo que te hice pasar- contesto con sinceridad.

Los pensamientos de Taehyung empezaron a revolverse y mientras volteaba la mirada al pequeño niño que comía un pequeño pastel, era ten dulce y tierno que sonrió, al cabo de unos segundos respondió.

-Ya no importa Jungkook-dijo con un suspiro.

-Me importa a mi Tae, lo que tú pienses siempre me importará- dijo Jungkook, extendiendo su mano a través de la mesa, para poder tomar la del peliazul sentado frente a él.

-Ya no es asunto tuyo, nunca lo ha sido- susurro, teniendo la esperanza de que Jungkook no lo escuchara, pero fue en vano, porque el pelinegro siempre tuvo buen oído.

-Comprendo que estés enojado Tae, pero entiende mis motivos, Jimin es mi amigo, no tenía nadie que lo apoyara, por lo que tuve que tomar una decisión, por más difícil que fuera.

Jungkook esperaba una respuesta de parte de Taehyung, pero este nunca respondió, la situación era más que incomoda, por lo que tomo su taza de café y le dio un gran sorbo, tratando de distraerse, el silencio sólo fue roto por una infantil voz.

-Tío Kook- dijo Taehyun sentándose en el rezago de su tío, acercando su boca al oído del azabache preguntó- ¿El príncipe azul está enojado con nosotros? ¿Le molesta que esté enfermo?- pregunta que por supuesto fue escuchado por el de cabellos azules.

Jungkook no sabía si reír o llorar por la pregunta hecha, sabía que era la inocencia del pequeño era la que hablaba. -Pequeño Tae, nunca nadie podría enojarse contigo, él está enojado con tu tío Kook, así que para que yo lo pueda poner feliz ¿Por qué no vas a los juego a distraerte?- y acto seguido dejo un beso en la punta de su nariz.

Taehyung tenía sentimientos encontrados, tenía muchísimas ganas de llorar, pero de la misma manera se encontraba muy enojado, no pudo evitar que una sonrisa se instalara en su rostro por las preguntas de su pequeño sobrino, porque sí, ahora se había proclamado como tío y a pesar de que el momento por el que pasaba el pequeño era un trago amargo, él estaba feliz de tenerlo ahí en ese momento, sus pensamientos fueron interrumpidos por unas pequeñas manitas que tomaron las suyas.

-Por favor príncipe de pelo azul, no se enoje con mi Kookie, a veces igual me quita mis juguetes, pero siempre pide disculpas y me regala helado de chocolate, perdónelo.- dicho esto el pequeño Taehyun le regaló la sonrisa incompleta más hermosa que haya visto, se dio la media vuelta y se marchó a los juegos.

Cuando alzó la vista para mirar a Jungkook, ya no pudo evitar que las emociones contenidas se le desbordaran, dejando así escapar la primera lágrima. -Te odio Jungkook- dijo con voz rota- Te odio pero no por los motivos por los que crees, entiendo que hayas querido apoyar a Jimin, créeme que lo hago, pero ¿Qué hay de mí?, es que ¿No pensaron como me sentiría?, éramos los tres Jungkook, siempre los tres contra la vida, y un día ustedes decidieron que ya no me necesitaban y se fueron dejándome de lado, ¿Tienes idea de cómo me sentí?, ¡Me abandonaste!, los dos lo hicieron, y me dolió mucho más de tu parte, porque sabias de los sentimientos que tenía hacia ti, apenas acabábamos de darnos cuenta y tenía la ilusión de que me llevaras a una primera cita, que me dieras mi primer beso, pero nada de eso sucedió- en este punto Taehyung ya había elevado la voz y las personas de alrededor los miraban fijamente- Te amaba Jungkook, los hubiese apoyado, pero simplemente decidieron que no era digno de saber la verdad.

Jungkook no sabía que decir, entendía al peliazul, él mismo se odiaba porabandonarlo, pero si querían que Yoongi no se enterara de su inminentepaternidad, no podía quedarse cerca. Así que levantándose de la silla donde seencontraba sentado, se acercó a Taehyung y lo levantó para así envolverlo en unabrazo que ambos anhelaron desde el primer momento en que se reencontraron. Taelloraba amargamente y Kook sólo se dedicaba a pasar sus manos por su sedosocabello azul, tratando de calmarlo y trasmitirle paz.

El reencuentro *Yoonmin*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora