Ice Age.

Parte 15

JungKook estaba sumamente cabreado en ese momento, no lo podía evitar para cuando al llegar al cuarto, en primer lugar, por que la llave del cuarto de BIC no dio las tres vueltas que debía de haber dado, y en segundo lugar, al abrirla pensando que podía pasar cualquier cosa ya, se encontró con el idiota de Jimin allí mismo, abrazando a su muñeca de porcelana, y es que tuvo que contar hasta diez por lo menos para poder relajarse y no darle el golpe a el que estaba en su mismo grupo por estar tocando cosas que realmente no debía de tocar, no debía ni siquiera de mirarlo.

Realmente nadie debía de tocar a esa persona que estaba descansando en brazos de un ser como el de mejillas regordetas, según Jung. Por ellos no le faltó segundos para tirar de esa persona, viendo como al poco tiempo se despertaba muy asustado, haciendo que el menor de BTS dejara salir una risita para acercarse a su pequeña muñeca de porcelana, aquella que seguía durmiendo de esa manera tan cómoda.

—Lárgate.— JungKook habló con asco, molesto ante eso al miembro de su grupo, Jimin al momento salía corriendo de allí, haciendo que una pequeña risita saliera de Kook antes de sentarse en la cama con cuidado, acariciando el pelo de SeungMin con cuidado, como si se fuera a romper...él haría que se rompiera más rápido. Agarró con fuerza el pelo del chico, tirándolo hacia arriba del golpe, dejando que la voz del chico saliera en un gemido lastimero y abriera esos hermosos ojos que tenía, aun que siempre pensaba que se vería más lindos llenos de lágrimas.—Que zorra que eres, dejando que Jimin te tocara...¿debería de enseñarte que nadie más debería de hacerlo más que yo?—

Sus miradas se conectaron en ese momento, el mayor de ambos pudo jurar escuchar como el corazón del menor latía con fuerza contra su caja torácica, aquello le dio una mezcla de sensaciones bastante contradictorias como podían llegar a ser el placer y la pena, pero es que, ¿para que mentir? Amaba esas sensaciones juntas, por que eso solo le daba más excitación, el rostro de SeungMin conseguía darle sensación de placer con solo verlo, era tan cruel.

—Me sentía solo que tú no estabas...—

—¿Y no duras ni un poco sin yo estar aquí? ¿debería de resultarme lindo o demostrarte que ha sido una estupidez? Dime...¿qué harías tú...?— Aquella mano del mayor acarició con cuidado su rostro, haciendo que momentaneamente y casi sin quererlo sus ojos se hubieran cerrado y un pequeño suspiro salió de sus labios sin desearlo. SeungMin pensaba que todo esto estaba realmente mal, que su cabeza tal vez comenzaba a fallar por que le estaba comenzando a gustar cuando le acariciaba de esa manera, le gustaba cuando JungKook lo miraba.

—Por favor...yo solo...JungKook...quiero ver a mi grupo, más que sea poder mandarles un mensaje al menos, por favor, necesito saber que ellos estarán bien, seguramente estén preocupados por mi, déjame decirles que estoy bien...a un que no lo esté.— Intentó evadir el tema para que así no contestarle, por que sabía que cualquier de las dos cosas terminarían mal y su cuerpo dolía demasiado como para que viniera él ahora a molestarlo de esa manera.

A decir verdad eso hizo que JungKook se olvidara de completamente todo, mirando en silencio al chico que estaba acostado en la cama mirándole con atención, con esa mirada que hizo ahora que su corazón se calentara en el sentido de tierno, aquello le había resultado la cosa más adorable del mundo que solo pudo dejar salir un pequeño suspiro, diciéndole que viniera a donde estaba él. SeungMin no dudó para nada, sentándose en el regazo del mayor para poder mirarse a los ojos, en aquel cuarto se pudo notar una extraña atmósfera que casi y solo casi se podía decir que había algún tipo de amor inclusive.

—Está bien, te dejaré poder hablar con ellos solo unas horas y por mensajes, no quiero que te sientas presionado por nada ni esas cosas, esto tampoco es como un secuestro o algo así— Claramente eso era una mentira, si eso no era un secuestro pues no se sabía que era, pero aun así, no le gustaba mucho ese nombre, "secuestrador" según él le quedaba muy feo, por lo que prefería decir más bien como...¿persona que guardaba con amor la persona que le gustaba? Tal vez.

—¿En serio puedo hacer eso?— Habló con emoción en ese momento sin poder evitarlo el menor, sonriendo, viendo como Kook parecía contagiarse de su sonrisa y terminaba sonriéndole también, sonrisa que por ninguna razón aparente, hizo que un sonrojo apareciera en sus mejillas, pero no pudo decir nada de estas cuando de repente sintió aquellos belfos sobre los suyos, haciendo que sus ojos se cerraran y disfrutara de ese beso...hasta sentir como mordía con fuerza su labio inferior hasta hacerlo sangrar, pero no le importó, sabía que eso le gustaba a JungKook...podía pasarlo por alto...