Tatuajes

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¿Por qué estás aquí? - Fue lo más ingenioso que se me ocurrió en ese momento, estaba nerviosa.

Por dolor en la vesícula – dijo entre quejidos del dolor.

¿Te duele mucho? – Creo que fue la pregunta más estúpida que pude haberle hecho, “claro que le duele, de no ver sido así no estaría aquí” me dije en mis adentros.
Si, se supone que me pusieron medicamento para el dolor, pero no se me quita – dijo algo molesta, o bueno eso sentí yo.

Dile a la enfermera que te duele mucho, solo así te harán caso – dije sin más.

Llamo a la enfermera y le dijo que le dolía mucho, le pusieron un medicamento que la hizo dormir a los pocos minutos, por momentos me le quedaba viendo, es de esas chicas que roban tu atención sin siquiera intentar robarla; habían pasado unos diez minutos supongo cuando llego otra camilla, era una chava más pequeña que yo, le calculaba unos dieciséis años, seguía con mi teléfono ya que con la quería tener la charla estaba dormida, pero sentía la mirada de alguien la cual no la encontraba, hasta que voltee a mi izquierda y era la niña que acababa de llegar, lo cual no me quedo remedio de sonreírle y lo siguiente que hice fue preguntarle que tenía.

Tengo infección en las vías orinarías – dijo viéndome apenada.
¿Piedra en los riñones?, ¿Tomas mucha coca cola? – Tenia curiosidad de saber, he tenido infección en las vías orinarías unas tres veces por tener piedra en los riñones.
No tomo coca, hace 2 años que no tomo nada de sodas – dijo – pero dicen que tomar mucho pozol es malo, y que eso pudo afectarme.

En mi cabeza sonaba un: “Como el pozol puede causarte eso, esta mal esta niña, o sea la coca cola si, pero ¿el pozol?”, en ese momento mi pensamiento fue interrumpido por el enfermero que llego a decirle a Lara que tenia que ponerse la bata, así que se fue a cambiar y yo volví a concentrarme en mi teléfono, minutos después regreso, y lo que dijo a lo siguiente me dio mucha ternura.

Se me ve todo, me dijeron que me quitara todo, pero yo me deje hasta mi licra, no me cubre nada esta bata – su cara se veía apenada – no se como pueden estar con esto.

Creo que son políticas del hospital – dije.

Conversamos un buen rato, hablamos de muchas cosas, entre esas cosas esta el que tiene dieciocho años, que está casada y que tiene una nena de ocho meses; hablamos sobre tatuajes, de donde es, que se siente dar a luz, me pregunto si tenía novio lo cual se me hizo muy gracioso porque pensaba que se notaba a lejos mi lesbianismo, ya me estaba aburriendo así que decidí tomar de nuevo mi teléfono; minutos después escuche la voz que estaba esperando tanto que me hablara.

¿Entonces tienes tatuajes? – Dijo la chava de ojos bonitos.

Si, tengo ocho respondí, y ¿tu? ¿Es el único que tienes? – Señale a su muñeca.

No, tengo tres en total, uno en el hombro, otro en la espalda y este – Mostrándome el del hombro – y ¿tu?

Tengo tres en las costillas, dos en el abdomen, uno en el estómago, uno en el pecho y en la espalda – no quería que se acabara la plática así que tenía que preguntar algo más, así que lo mas ingenioso que se me ocurrió en ese momento fue – Y ¿Qué significan?

No sabía realmente si me seguía la platica por ser buena onda, o porque le llame la atención, hasta cierto punto me reía de la segunda opción, pero lo que fuera, no quería parar, por ciertonse me estaba oovidando su nombre, al momento que pasan revisando nuestros casos dicen nuestros nombres, Grecia, tendre muy grabado ese nombre por un buen rato, me reía en mis adentros, quien diría que mi día de mierda iba a mejorar despues de su llegada.

- Si llegaron hasta espero les guste, quisiera saber si les esta gustando, pueden comentarme, etc, es muy lindo que lo hicieran-

Una llegada inesperadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora