5. pensar en chicos

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—No puedo seguir como si nada hubiera pasado, ¿Me entiendes? Ahora que ya sabes todo eso es difícil para mi verte a la cara y lidiar con este rechazo, supongo que también lo es para ti pues soy tu amigo desde hace mucho y no esperabas esto; entonces, sólo por mi propio bien tomé la decisión de alejarme un poco de ti, ya sabes, para tratar de superar todo esto y así. —DongMin movía sus manos cuando explicaba sus razones. JungKook le miraba expectante y  temeroso, asintió nuevamente.

—Si eso es lo que quieres, bien, voy a respetar esto y ya luego veremos. Pero por favor promete que cuando estés listo volveremos a hablar. —Pidió mirando sus ojos con esperanza, cuando él dijo que si se abrazaron por un momento a falta de palabras, susurrando un "adiós" silencioso.

—Sabes que tienes mi apoyo para todo. Incluso con tu conquista. —Susurró esto ya resignado. Luego DongMin ya estaba desapareciendo por el pasillo, antes de no verse más alzo su puño al aire y con su mejor y más bonita sonrisa dijo: —¡Vamos Gguk!

El gesto fue devuelto por el chico. Justo ahora estaba pasando una vergüenza que era opacada por el dolor de ser alejado de su mejor amigo.

Segundos después, JeonGguk estaba ya caminando hasta llegar a su aula. Las clases ni siquiera comenzaban aún por lo que solamente se sentó a esperar que la campana suene. El lugar se encontraba vacío entonces los suspiros que salían de sus delgados labios podían escucharse a la perfección.

Por otro lado, la madre de TaeHyung lo traía en auto hasta la escuela en un silencio sepulcral. Muy raro.

Era la misma situación desde ayer en la cena, pues, durante se alimentaban únicamente él y su padre intercambiaron pocas palabras mientras que su madre se encontraba en total silencio con una mirada imperturbable, justo como ahora.

El auto se detuvo cuando el semáforo marco rojo, Kim pequeño aprovecho la oportunidad para hablar.

—Mamá. —Sin importar si salía ofendido o lastimado, él siempre querría hablar con su madre. La noche de ayer su cabeza no paró de darle vueltas al asunto; él siempre entusiasta, sin embargo sus pensamientos finalmente llegaban al mismo lugar: su madre odiándolo y no queriendo verlo jamás. TaeHyung regreso a llamar pues su progenitora lo ignoró.

—¿Qué sucede? —Ni siquiera despegó la vista del frente.

—¿Podemos hablar?

—Ahora no.

—Pero-

—No TaeHyung, ahora no. Y mira, quédate callado que sólo logras distraerme. —Añadió por último. Y TaeHyung entristece aún más, sin entender por completo la actitud de su madre, se dispone a mirar por la ventana el ya tan conocido camino cuando el semáforo ya esta verde.

Mientras tanto, su madre estaba preocupada por su bebé. No importaba si él estuviera enamorado de un chico o una chica, al final seguían siendo personas con sentimientos y mientras su hijo siguiera feliz y saludable no había problema alguno en sus preferencias, además de la simple razón que ella tenía su vida hecha sin ningún derecho a vivir u opinar sobre otras. Pero había un pequeño problema: aún existían personas que no pensaban así, que sólo por el simple hecho de tener gustos diferentes a los suyos podían hacerte la vida difícil y eso le aterraba, pues lo último que ella quería para su hijo era que éste sufriera.

Sentía pavor al imaginar si alguien llegase a dañar a su gran bebé y eso le comía la cabeza.

Luego de cinco minutos más conduciendo, por fin llegaron al colegio.

Tae se sorprendió cuando escucho a su madre desearle suerte como cualquier otro día, gracias a eso sonrió un poquito, despidiéndose de ella con la mano. Admiro la entrada con algo de terror, tomo las correas en su mochila y con decisión entro. Por un momento dejo de pensar en su madre, y se permitió ocuparse de su vida escolar.

Mucha gente lo saludaba al pasar, sin embargo él sólo sonreía apenado ya que no le gustaban todas esas miradas sobre él, ni siquiera se creía interesante como para llamar la atención, mucho menos gracioso, quizás algo galán pero siempre estaban chicos más lindos que un simple Kim.

Después de su paseo por la alfombra roja, llegó a su debida aula justo antes del toque. Ya estando dentro sacó sus libros y algunas plumas para tomar notas.

Algo que resultó imposible cuando a la mitad de la clase sentía sus párpados caer, al mismo tiempo que las palabras de su profesora de matemática sonaban mejor que una canción de cuna. Poco a poco iba quedando dormido en su banca, hasta que un suave golpe en sus costillas derechas lo despertaron. Oh, su compañero de banca estaba esperando por él.

—Terminó la clase, genio. —Alguien estaba de mal humor. Ese alguien tomo sus cosas y salió de salón, al igual que todos sus demás compañeros.

TaeHyung hizo lo mismo, tomando camino hasta el salón de su próxima clase. Si así estaba la primera hora de la jornada escolar no quería ni imaginar como estaría al terminar el día.

Matemática, Lenguaje, Historia y Ciencias fueron sus primeras clases. Y ahora arrastraba su cuerpo adormilado hasta la biblioteca ya que nadie la visitaba y podía dormir las siguientes horas sin que ningún ser humano le moleste. Sí, planeaba saltarse las clases en ese lugar. Incluso en el descanso deseaba quedarse ahí dentro.

Aunque la idea de no ver a JungKook le inquietaba poco, pero sabia que incluso verlo le haría sentir mal, no era que lo culpase o algo similar pero su sola presencia lo alteraba en el buen sentido y por el momento lo único que era bueno para él era la tranquilidad.

Entonces la biblioteca se encontraba ya no tan sola durante el receso, mientras que JungKook salía de su clase de Inglés junto a SeokJin, ambos abrumados por la sensación de ese alguien que les hacía falta. Ese alguien de nombre DongMin.

—SeokJin... lo extraño. —Alargó la última vocal mientras sacaba lloriqueos. Mientras tanto, el nombrado estaba pensativo. Por su vida, por la de JungKook, por DongMin.

—Lo que no entiendo es... ¿Cómo alguien puede pensar en el bienestar de alguien antes que el suyo? Yo no lo haría, es decir, obviamente jamás estaría en su lugar porque es claro que hasta mi mejor amigo se enamoraría de mi pero... no me creo capaz de soltar a alguien así como así. Pero, ah. —Suspiro cansado. —DongMin es tan bueno, no es para nada egoísta. Necesito alguien así.

—Cállate ya, no me hagas sentir culpable.

—Pero estoy diciendo la verdad. Si yo fuera TaeHyung sabría captar esta indirecta, ay que estoy diciendo, nunca sería TaeHyung, es obvio que soy edición limitada. A propósito, ¿Qué harás con él? Ahora que DongMin salió de la carrera podrás quizá llegar a tu meta, no sé, inténtalo.

—SeokJin, SeokJin, estoy pasando por una situación triste; no puedo sólo hacer como si no pasara nada y tomarlo a la ligera, o sea, no puedo solo pensar en chicos y cosas tontas, mi mejor amigo me ha dejado, ¿Entiendes eso?

—Voy a fingir que ya sabía que Dong era tu mejor amigo y te recordaré que él también es un chico. Entonces... ¡al pensar en él, estás pensando el chicos! JungKookie tonto.

—Ya cállate. Sólo cállate.

Bitter & Sweet¦ Tk Ff. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora