Desde el imperio Min, el gran rey del infierno, el gran juego entre la vida y la muerte, los tres reyes se alzarán ¿podrás luchar contra esto? ¿Descubrirás la verdad? ¿Dejaras salir tu verdadero ser?
cada 300 años la diosa Luna veía como astaroth, behemoth, paimon aquellas almas y espíritus renacian en carne sobre tres cachorros, esas almas eran parte de los 7 príncipes del infierno ellos eran las tres almas más impuras tanto así como el infierno mismo trayendo con si los peores demonios temidos, los tres cachorros serían destinados a ser alfas puros, estos alfas llevarían la sangre en sus manos, el sufrimiento del mundo, serían la justicia misma, la oscuridad que ellos desearan desatar y serían educados para ser igual a los de su alma en otras vidas, los tres más grandes en toda la jerarquía.
A diferencia de cada 300 años estos eran diferentes, uno de los cachorros fue protegido y resguardado, como un tesoro, no sabrían que ese cachorro iba ser su fin, pero agradecía que su hijo no sufriera como los otros dos pero le dolía en el alma saber lo que pasaría, ese pequeño era el que mas iba a sufrir.
dos cachorros fueron separados de sus padres por destino así lo decía la profesia, tuvieron una educación tan fuerte, donde ponían en resistencia su fuerza, donde sus cuerpos eran atravesados por varas calientes, donde partieron cada hueso como fuera posible, obligando los a matar a sangre fría, los ahogaban para que pudiera contenerse y obligar su cuerpo a cualquier condición, el soportar las torturas más viles, y eso sólo era el entrenamiento los castigos eran otra cosa.
la diosa lloraba por el sufrimiento de esos pequeños, por el sufrimiento de sus hijos, no es que ella deseara la muerte de la creación de miles de millones de lobos al contrario ella amaba su creación pero sus hijos sólo tenían un propósito y era el dolor, la destrucción, la masacre de todo a su paso, alfin y al cabo sus hijos nunca fueron igual a ella, eran la réplica de su padre.
Cuando él amor y la paz reinaban una omega del clan de las diosas y un principe del clan de los demonios se amaban como si la existencia misma fuera un regalo divino, como si nadie pudiera destruirla. el amor les brindó tres cachorros hermosos los cuales cuidaron con mucho amor. con el tiempo el rey supremo del clan de las diosas dejó en claro la posición de la diosa Luna en la jerarquía como la divinidad misma mientras el príncipe fue coronado como el rey del infierno y del clan de los demonios, más que un regalo fue un castigo por parte del rey demonio por haberse enamorado de una diosa.
El rey tuvo un cambio aterrador, el no respetaba la vida dañando así a su diosa, aun cuando el demostraba que no era su intención si no alguien que lo manejaba su mandamiento como el rey demonio era el que gobernaba sobre sus decisiones, la diosa comenzó a sentirse sola, el rey se fue alejando por su mandamiento, en su desespero de sentirse amada corrió a los brazos de Dionisio entregándose a él, sin saber que fue enviado por su padre con el único fin de que su hija por fin se separara del rey demonio.
El rey buscaba como liberarse de su cargo para poder estar con su diosa, aquella omega que conoció tan especial y la cual amaba más que nada, era consiente que se estaba alejando pero si quería dejar el infierno para ser alguien normal junto a su amada valía la pena, pero el fuerte dolor en su cuello y pecho lo tomó desprevenido, el no sentir a su omega lo hizo desesperarse del miedo de que algo le hubiera sucedido, ese mismo día que descubrió como liberarse del infierno se entero que su diosa, aquella mujer que amo tanto se entrego a otro.
El rey no controlo la ira, no pudo con el dolor en su pecho, quería que todo se acabará, se entregó por completo a su mandamiento a cambio de desaparecer sus sentimientos por esa diosa y la humanidad, lo único que tenía de humano era lo que sentía por sus hijos, lleno de ira y cólera empezó destruyendo todo a su paso, la diosa no tuvo oportunidad de explicarse y sólo en llanto pudo ver lo tan temido, el ya no tenía una pizca de humano, no podía hacer nada, su pecho dolía y se culpaba por lo que causó un momento de lujuria. entre el cielo y el infierno el impedimento de ella era realizar una acción sobre la tierra tal como parar al rey del infierno, solo pudo observar como su creación moría, como le rogaban piedad y como de su amado no quedaba nada.
El primer rey demonio dejó una maldición que el rey y sus hijos cumplirían, nada ni nadie la rompería, ese era el castigo para la diosa por la traición, por enamorar a un soberano del clan demoníaco. Sus hijos, sus tres cachorros con la edad de 13 años y con una edad mental de 27 años descubrieron sus mandamientos al igual que su posición en el infierno y en el cielo, vieron el dolor de su padre llenándose de un rencor descomunal hacia la humanidad desterrando así toda emoción. los tres tomaron la decisión de entregarse como los tres herederos, los tres primogénitos, los tres príncipes del infierno, dejando en claro su rencor hacia su madre y así mismo recitando la maldición con sangre, rencarnarian cada 300 años y matarían todo a su paso, harían sentir el dolor y desespero de matar lo más querido a su madre para hacerle sentir cada tanto el dolor que sintió su padre.
Cada 300 años el dolor de ver a sus hijos, de volver a ver a sus niños, de verlos matar a quienes amaba, de sufrir por su creación y por no poder hacer nada, aún si hiciera se sentía triste por volver a lastimar a sus hijos pero más triste es ver que los sentimientos de estos desaparecían conforme su presentación como alfa, cuando reconocían su pasado, quien diría que la diosa tuviera una carga tan enorme y tan cruel.
Aquellos cachorros al presentarse revelaban la marca del inframundo según su mandamiento, ellos eran los hijos de la oscuridad, y este año tendría que ver cómo volvería a ocurrir pero había algo diferente esta vez... Ya no quería que sus hijos encontrarán a sus parejas, no quería ver como sufrían y suplicaba aquellos pequeños omegas por un poco de piedad, porque sus hijos tuvieran al menos un sentimento.
Pero este año vendrá peor mi diosa, este año veras como tu amor afecto todo.
. . . . . . . . Aquel omega celestial y su descendencia serán motivos de guerra.
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