Desde el imperio Min, el gran rey del infierno, el gran juego entre la vida y la muerte, los tres reyes se alzarán ¿podrás luchar contra esto? ¿Descubrirás la verdad? ¿Dejaras salir tu verdadero ser?
El dolor paró trayendo me a la realidad, me pare alejando delicadamente las manos de taehyung para regular bien mi respiración dejando salir un fuerte suspiro de cansancio, aquel cansancio que siento que me esta consumiendo desde hace unos días por la carga que estoy sintiendo, el dolor que estoy teniendo sin sentido, tendré que ir a un medico a sacarme unos exámenes para descartar alguna enfermadad.
-¿Qué pasó bebé? - su preocupación era palpable,su rostro también lo mostraba.
Pero algo en mi interior quería dejar todo y correr tras el omega que salió hace unos momentos, sentía la necesidad de estar con ese omega, de hablar con él, una extraña sensación recorrió mi cuerpo al pensar sobre la apariencia del omega y la de las imágenes recientes que tuve al escuchar su nombre, tal vez solo era mi imaginación pero sentía que había algo más, que debía buscar más a fondo sobre ello.
- Me dolía el pecho porque no me has dado un besito- dije con un puchero por cierto sentimiento, algo en mi interior me apretaba al punto de querer llorar sin un motivo, sabía que estaba relacionado a ese omega, quería por un momento disipar ese sentimiento.
Una pequeña sonrisa apareció en los labios ajenos para juntarlos con los míos en un pequeño beso, el se sentía bien, me hace sentir bien, lastimosamente las muestra de afectos entre omegas estaba muy mal visto por lo tanto tae y yo nos limitabamos a simples roces de manos pero en momentos como este aprovechaba, agarre mis cosas y las de tae lo más rápido que pude para entrelazar nuestras manos y salir corriendo al campus antes de que la señorita Oh se le esfume el buen genio y nos mande el demonio como de costumbre.
Con taehyung todo era sonrisas, casi podía olvidarme de todo en absoluto a excepción de una persona que no dejaba de rondar en mi mente, las imágenes que aparecieron por razones extrañas se me hacían familiares, como si ya las hubiera visto o vivido. El timbre sono sacandonos de la charla amena con un chico nuevo que conocimos hace unos minutos en el trabajo grupal para retirarnos hacia la cafetería.
Pequeños cuchicheos resonaban por los pasillos, esta era la única hora donde todos los rangos de la escuela se podían reunir, era lo único que compartíamos sin prejuicios, una mano se entrelazo sin miedo con la mia, la mire un poco con gracia por la diferencia de tamaños para luego mirar esos hermosos labios que me sonreían, seguimos el rumbo a la tienda donde compramos mas que comida saludable dulces, nos sentamos en la mesa de siempre esperando que una sonrisa de conejo se sentará para hablar de nuestros días y posiblemente que nos de uan explicación de su repentina desaparecíon.
Seguí hablando con tae hasta que un calor erizo mi piel, unos fuertes brazos me rodearon con una fuerza y confianza que creí no tener, el aroma tan familiar me hizo pararme para devolver el abrazo, el calor en mi pecho se extendió por todo mi ser, extraña muchísimo esto, me separe un poco para mirar aquellas facciones que me aprendí de rapidez en mi memoria, acerque con cierta cautela mi cara esperando cualquier reacción mala o buena que en ningún momento dio lugar, con valentía di un suave beso en una mejilla, embelesado por la terza piel, sonreí en grande.
- hola mochi- En otra persona ese apodo o tono de voz me tendría en alerta por la hostilidad pero con el todo puede ser la excepción.
-hola hobi hyun- restregue mi mejilla en su pecho llenándome lo mejor posible de su rico edor, aquel que sólo él poseía, sintiendo la diferencia de temperaturas el tenía su piel levemente fría, la mía por su parte está tibia.
- ¿Quieres salir mañana? - asentí frenéticamente, para volver a abrazar el torso fuerte de este.
-Hyun no ha saludado a mi novio- me solté del torso de este para mirar a taehyung quien evadia mi mirada.
- Hola taehyung - la mirada que hobi hyun tenía sobre tae era muy diferente a la que me daba a mi, era mucho más profunda como sin con ella quisiera decirle todo y a la vez nada, Tae alzó la vista para mirarme y mirarle de la misma forma e intensidad descolocandome un poco, este no era un comportamiento normal de taehyung quien en otra ocasión saltará riendo y saludando con entusiasmo.
-Hola hoseok hyun- por una extraña razón quería decirle a taehyung que levantará la cara, que por más alfa que fuera mi hyun el no tenía porque agachar la cabeza, todos somos iguales por lo tanto el no tiene que bajar la cabeza a ningún rango.
-Bien, te dejo mochi- Una última mirada fue lanzada a taehyung para enfocarse en mi, mi mirada se devolvió a él con cierta tristeza, lo abrace una última vez sintiendo ganas de llorar, traté de calmarme el es mi hyun lo veré cuando quiera me dije a mi mismo.
Asentí levemente me acerque un poco a tae agarrando su mano, nos sonreímos mutuamente hasta que un par de olores ingresaron a la cafetería, nuestra mirada viajo hasta donde se encontraba hyun, por primera vez desde que el llegó le veo sonreír, una hermosa sonrisa que no era para mí... Era para dos alfas que acabaron de sentarse en la misma mesa que el, sentí un leve apretón de manos, mire a tae quien tenía su ceño fruncido hacia la mesa.
Jungkook en ningún momento se giro a vernos o si quiera saludar cuando entró, el siguio derecho sentando se con hyun y con min, la presencia de este me hizo sentir un calor en el vientre, un gruñido se escucho a mi lado alterando un poco a mi omega aún no presentado, mire curioso a taehyung quien gruñia hacia una persona que no ha dejado de pasear por mis pensamientos, im jaebum quien entró con una actitud desafiante llamando la atención de varios alfas y omegas, la mirada de muchos incluyendonos recayeron en una mesa donde yacía la miradas de varias omegas.
Frunci mi ceño con cierta desconfianza, puede que sea amigo de uno de ellos y si no fuera por que todos le hablaban, le mimaban, lo trataban muy bonito seguiría pensando que son amigos corrientes, un cierto pitido hizo presencia aumentando cada segundo hasta que cuatro pares de ojos me miraron directamente, todo se volvió negro.
. . . . . . . . . . . . . . . El verdadero mal viste de cordero. . . . . . . . . . El segundo arco fue abierto. . . . . . . . . . .
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