Desde el imperio Min, el gran rey del infierno, el gran juego entre la vida y la muerte, los tres reyes se alzarán ¿podrás luchar contra esto? ¿Descubrirás la verdad? ¿Dejaras salir tu verdadero ser?
-Jungkook tardaste mucho, tuvimos que traerte- pase mi mano suavemente por la cabellera que tanto añoraba, que tanto extrañaba.
-A que me extrañabas, ¿ya no es divertido cazar almas sin mi? - sus ojos brillaron con maldad y gracia esbozando una pequeña sonrisa.
-No te creas mucho, con Yoongi no es divertido- una Sonora carcajada resonó por toda la cafetería atrayendo miradas de nuevo.
-Quieren diversión, esta noche se las dare par de idiotas- sonrió un pálido con sorna mostrando sus encías rosadas.
-Bien desde que no nos hagas ensuciar nos mucho no tengo problema hermanito- el castaño posó sus brazos en los hombros del rubio regalando le una sonrisa.
-Claro, pero esta vez duerme en tu cuarto jungkook a veces no me dejas ni respirar- frunci mi ceño, las ultimas dos noches se colaba a mi cama ocupando la mayor parte de esta, sin contar cuando se encarama encima mio o me apretá con sus piernas.
-No va pasar hoseoki, yo duermo donde tu duermes así seguirá siendo- un color rojo irradio en los iris de este, su lobo estába hablando por el.
-Te pertenezco cachorro, calma - asintió más para si mismo que para mí, su sentido de pertenecía con las personas es hostigante pero con tantos años me acostumbre plenamente a él.
-¿Por qué hoseok es tuyo y yo no? - miramos rápidamente su intento de escena tierna, si no conociéramos al demonio tras esa hermosa cara diría que es un angelito.
-Los cuatro son mios, solo míos y no los pienso compartir con nadie- mi mirada conecto inmediatamente con la de yoongi, el aura de jungkook estaba aumentado y eso solo significaba que habla en serio, en un intento de calmarlo le respondimos que si.
Nos quedamos en un sepulcral silencio, jaebum fue por órdenes de yoongi de seguir a jimin para saber que podía recaudar a su favor, mi mente dibagaba en hace unas noches donde tuve un encuentro con taehyung y pienso repetirlo pero no borraré nada esta vez, quiero que recuerde absolutamente todo.
-¿Te alejaras de taehyung y jimin? - sus dedos golpeaban la mesa, los minutos pasaban lentamente, nuestras miradas recayeron en el menor.
-Debo alejarme de taehyung el aun esta confundido y aun que jaebum no lo acepte esta vez si pasaras tu celo con el así que por un tiempo si, pero de jimin no puedo y los dos lo saben... Bueno hasta que pasen las cosas debo mantenerme cerca de el, facilitarme las cosas como en las otras veces- frunció su ceño mirando la mesa como si fuera la cosa más interesante del mundo.
-Darhio va volver hoseok, tienes que hablar con jimin de él- la gruesa voz del rubio resonó.
-Darhio murió, aun que intentamos que esta vez viviera fue muy poco lo que duró como mi hermano mayor, el murió antes de que jimin naciera-- soltó con molestia.
-Jaebum dijo que ya se encargo, faltan unas cosas y ya-el enojo era palpable
-Asi que nuestro hermano por fin vuelve- la mirada llena de ilusión de nochu me dio cierta ternura cosa que solo el producía.
-Nos reuniremos por fin- recordé los tiempos donde éramos los cuatro... Bueno cinco con jae pero cuando éramos los cuatro no había nadie que nos separara.
Desde las miles de bromas realizada por los cuatro donde aprovechabamos que Yoongi y Darhio eran gemelos para una que otra travesura, éramos muy pequeños para lo que nos venía, la inocencia se nos fue arrebatada, otros mundos fueron abiertos para nosotros, solo nos tenemos nosotros, nuestro mandamientos y el poder del inframundo.
-Cuando vuelva Darhio deberíamos hacer una sangrienta- los dos asentimientos ante la idea del menor.
Me levante de la mesa dejando a mis hermanos los vería más tarde en la otra clase, necesitaba fumar un cigarrillo y el mejor lugar para fumar era la azotea, subí las escaleras del edificio, aun no entiendo la división de la jerarquía, cuando Astaroth reinaba no existía una jerarquía el trato era igual para todos por ser omega no te hacía menos, tampoco por serlo reducía los castigos o condenas.
Abri la puerta de la azotea recibiendo de golpe la brisa y el fresco olor a tierra, saque un cigarrillo prendiendo lo, di una calada grande sintiendo el sabor amargo, retuve un momento el humo para por fin expulsarlo, hasta que un carraspeo acompañado de un leve aroma sono sacándome de mis pensamientos.
Solté una pequeña sonrisa ante el ser enfrente mío- Hola taehyung- un leve sonrojo apareció en sus mejillas y nariz llenando de ternura el rostro del menor.
-Hola hyun- su voz sono como un suave susurro, como si perdiera el aliento, algo dentro mío quería girarse encima dle menor y sacar toda prenda existente.
-¿Qué haces acá pequeño? - le mire interrogante, su mirada viajaba por todo mi cuerpo igual que cuando le adelante el celo.
-Minnie se fue a hablar con taemin y quería aprovechar para estar solo- su mirada bajo, sus manos jugaban con una manilla como si tuviera nervios.
-Taehyung, ¿mañana podrías ir a mi casa? - sus ojos se abrieron por completo, la verdad de pronto las cosas para el iabn rápido pero el tiempo es corto.
-Hyun, yo... Yo... no sé si deba- di una última calada a mi cigarrillo para apagarlo, algo hastiado por estos comportamientos mundanos que adquirió, antes fanfarróneria como hace milenios, cuando se paseaba desvergonzada mente desnudo, restregando la marca que en un pasado realice en su hermoso cuerpo, que diferencia la que había ahora.
-Te daré mi número, si quieres ir me avisas, si no puedes hablame- su mirada se iluminó de momento, pequeño no imaginas lo que te espera.
Me entrego su celular, tenía un forro de un pollito algo raro para la edad que tenía, guarde mi numero para entregarle el celular, le mire un largo tiempo decidiendo si debía o no acercarme, el timbre sono sacándome de mis pensamientos. Las clases empezarían otra vez, estaba apuntó de salir de la azotea no sin antes mirar de nuevo al pequeño ante mi, tan hermoso, tan perfecto, me despedí para salir rápido con una idea en mente por si el llegaba a negar mi salida, tenía que adelantar las cosas si bien mi celo llegara en unas semanas y por primera vez en décadas quería volver a pasar mi celo con mi verdadero omega, la necesidad me carcome.
