Tears of blood <<yoonmin >>

12

Corria entre lágrimas, el miedo era palpable mi cuerpo dolía, mi sangre, mi sudor y lágrimas se mezclaban tortuosamente, el sonido retumba en mis odios tan fuerte que siento que mi cabeza palpita, mi respiración es agitada, mi garganta duele, ellos están muertos, ellos provocaron este dolor, provocaron este desastre, hace un momento estaba dirigiéndome a mi casa en menos de un segundo todo estaba destruido.

La gente a mi alrededor se arrastraba, muchos con heridas muy graves otros en la agonía de la muerte, desde cachorros hasta ancianos, el calor de la tierra incrementaba, el cielo estaba teñido de rojo, los cuervos volaban por los cielos, la Diosa miraba todo, tenía miedo, me sentía mareado, no puedo correr de esto a donde voy es el mismo panorama, el chillido de algunos lobos me desespera, tengo que salvarlo, el lleva el legado que puede salvar el mundo, no otra vez, cambié el rumbo a la de la  anterior vez, lloraba con miedo de no poder cambiar el destino.

Una sombra me pisaba los talones, corrí más rápido con desesperación, por favor que no estés muerto, mi respiración escasea, aquel hombre de delicada figura estaba parado mirando todo detenidamente, mi corazón dolió, dejalos, su mirada se fijo en mi, esas facciones que conocí a la perfección, ese cabello largo, lágrimas de corrían por su cara, sentí el rencor que emanava nuestro lobo, el me siente, sus ojos negros con símbolos rojos relucientes, su boca se movía sin soltar palabras, todo se volvió en cámara lenta, el cielo comenzó a oscurecer, mi pecho sintió el colapso aproximado, mi siento desfallecer, sus labios pararon, un ensordecedor grito soltó, la tierra está temblando, no aguante mi equilibrio, mi pecho subía frenéticamente, entre las grietas surgieron gritos oscuros, mezclándose con gritos iracundos, entre ellos aparecieron tres seres, aquellos seres alados, esos bellos rostros, mi amado entre ellos, los hermanos de él , el rey del verdadero inframundo desatado eventualmente cuando estuvo en su letargo sueño, recuperando su liderazgo, las sonrisas macabras.

Los tres recitaban a voz alta una canción macabra, el cielo soltaba relámpagos rojos, del cielo brotaron gotas de sangre, los seres alados propagaron sus mandamientos, sus ojos negros y las venas negras  que pasaban por su cuerpo marcando el poder maligno, sus alas se movian con parsimonia, su mirada se fijo en mi, amado mío, mi sufrimiento, un camino de un líquido negro empezó a descender debajo de sus ojos  del bello rostro, los tres miraron al cielo, vociferaron algo que nunca entendí, la Tierra se estremeció con más fuerza, del segundo rostro de bajo de sus ojos   empezó a brotar sangre, la lluvia sangrienta empeoró, del tercer rostro de aquel rey empezaron a brotar en su ojo caminos de sangre y en su otro ojo un camino de aquel líquido negro, de su boca comenzaron a salir caminos de sangre, las gritos de auxilio me despertaron, la lluvia era sangre caliente todo se esta repitiendo, comencé a llorar de desesperación, me pare mirando a esos seres, el rey era la viva imagen del mal.

Salí corriendo llamando la atención de los tres, mire de re ojo mientras seguía mi camino lo mas rápido que podía, tenía que encontrarlos, tenemos que romper por fin esto antes de que realicen la formación, el menor de los tres se alineó en su formación abriendo sus brazos, el olor a azufre se volvió insoportable, el líquido negro que salía  de su boca, el cuerpo curvado  mirando al cielo casi inerte temblabando mientras se escuchaba una voz gutural, sus alas lo mantenían en esa posición, corrí con más fuerza, estoy cerca, el viento se volvió violento, mire de nuevo, el segundo alado se alzó en su formación, la sangre brotó de su boca a cántaros, su mirada y cuerpo curvado estaban dirigidas hacia el cielo, sus brazos tendidos, su voz se unió a la del otro ser, mi piel se encrispo de la fuerza de esta, la voceses se escuchaban tan claro y tan cerca que era como si me lo gritara en el oído, unos cuantos pasos, solo unos más, la lluvia sangrienta se hizo más espesa, se me heló la sangre, ya era tarde.

Mire de nuevo la escena, no era la primera y no es la última, aquel que tiene mi alma se posicionó debajo de los seres alados, su cabello largo estaba mojado de aquella sangre, en su rostro surgieron signos De los tres reyes, de los tres sufrimientos, estamos en cadena, surge rey, surge demonio, surge señor, la sangre fue esparcida, la sed necesita ser saciada.

Aquel posicionado en el suelo en la mitad de los seres alados miró al cielo, mis piernas no dan más, caí de golpe lastimando mis rodillas, los recuerdos llegaron tortuosamente, los dos seres alados y el del suelo empezaron a recitar en latín Sanguis effusus est ultimus hominis ingemesce sanguinum descendit pluvia rex ante gratiam et apparebit maledictionem renascentur nullum animal renascentur maledictionem erit tres tradent potestate essent, eorum  ille oriri, erit permanere ad caedem nihil erit prohibere eum: sanguis pro laborando

Un trueno retumbó fuertemente, el tercer ser alado, aquel con la corona, empezó a ascender lentamente, ya no quiero ver nunca más esto era una pesadilla, como de un cuento, el cuerpo del ser alado se posicionó en la mitad formando un triangulo junto a los reyes, su ojo derecho cambió como aquella vez, rojo en total, inclino su cuerpo, se entregó, los dos de abajo parecían marionetas, seguían los movimientos con la cabeza, todo sonido fue nulo, bajo lentamente hasta quedar a la par de los dos reyes, sus cuerpos se incorporaron lentamente, sus cabezas quedaron mirando al suelo, por inercia mire, el chico abajo de ellos sacó una navaja, sentí el ardor en mi piel, el chico quito su prenda superior, la navaja realizó un recorrido fuerte, el líquido negro brotaba de esos trazos del pecho, cada trazo lo sentí en mi piel, sentí el desespero, terminó, con desespero retire mi camisa, tenía en carne viva aquellos símbolos mientras la sangre brotaba de ellas, mire con miedo enfrente mío.

Ya esta las tres cabezas se alzaron de golpe, sus miradas conectaron con la mía, las sonrisas, la sangre, aquellos líquidos, abrieron su boca, todo era negro.

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       Tu eres la clave

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