Capítulo 9.

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YeonJun sabía a la perfección que debía de aclarar lo que comenzaba a sentir antes de que todo se volviera un caos. O más bien, antes de que él se volviera un caos.

Pero ante todo, sabía que lo primero que debía de hacer era tratar de hablar con Kai.

Joder, que sabía que la había cagado en serio, pero, fue consiente de todas aquellas miradas que le dirigían.

Paso más de una noche tratando de entender lo que comenzaba a sentir... Y más por él. Era algo loco cuando él mismo vivía una vida totalmente relajada, mientras le presentaba a sus papás las parejas que tenía. ¿Desde cuando que comenzó a sentir alguna clase de atracción por Kai? No lo sabía, pero ese sentimiento comenzaba a asfixiarle el alma, pero sin embargo, le gustaba.

Sacudió su cabeza cuando fue consiente de que estaba con su mamá en la isla de la cocina, ella acariciandole el cabello dulcemente.

Llevó a su boca un dulcecillo de fresa que había desenvuelto hace unos segundos.

—Trataré de confiar en ti. Sabes que nunca hemos soportado las mentiras, hijo —dijo su madre, mientras dejaba a un lado el jugo que bebía.

YeonJun solo pudo ser capaz de forzar una sonrisa. Todo esto le oprimía el pecho.

—Anda, ya regresale sus cosas, ¿qué lograremos prohibiendoselas? —su mamá le había dicho al sujeto al que llamaba padre.

Él le regalo una extraña mirada de advertencia, cuando lo vio desaparecer escaleras arriba, mientras sostenía un juego de llaves, llaves que YeonJun conocía perfectamente.

Después de menos de siete minutos, su padre bajó con todos sus aparatos electrónicos y los dejó de mala gana en la isla, a excepción de su celular.

—¿Has estado utilizando tu celular? —pregunto él.

YeonJun le sostuvo la mirada, tratando de no ser descubierto. ¿Su padre había urgado en su celular? ¿Cómo?

—Solo quería llamarle a Arin. Me enteré que vino hoy por la mañana y no la dejaste pasar —se excusó.

Su madre; a su lado se retiro con una mueca, lo que pasaba por su cabeza era que no debía de meterse en los problemas de su esposo e hijo y mejor encargarse de la comida. Las palabras de Arin seguían rondando su mente.

—Oh, ¿seguro? —YeonJun aprecio como su padre comenzaba a pasar la mirada por su celular de manera cautelosa—. Kai, Kai, Kai, Kai, Kai con un corazón, ah sí, ¿desde cuando Arin cambio de nombre?

—Y-yo

Su llamado padre, solo tomó su mano con fuerza y dejó su celular en ella.

Podía notar lo furioso que estaba su padre por las venas que comenzaban a hacerse notorias en su frente y cuello. Se espero lo peor.

—Toma todo de vuelta, ya puedes salir, ver a quien quieras —las palabras dichas por su padre eran escupidas por odio. YeonJun no soporto y salió de la cocina, escuchando cada vez más lejos los gritos de su padre—. ¡Haz lo que quieras! ¡Pero ya no tienes derecho de dirigirnos la palabra! Te ignoraremos.

YeonJun cerró la puerta de su habitación de un portazo, harto de escuchar los reproches de su padre. Hizo tronar el dulce en su boca con odio.

—¿A dónde vas?

—Iré por el jugo.

YeonJun escucho la voz de su madre detrás suyo, vio su comida sin ser tocada una vez más, dejando por fin los palillos a un lado. Entonces su mamá entró a la cocina, en busca del mencionado jugo.

Bon Bon Chocolat ➸ YeonKai Donde viven las historias. Descúbrelo ahora