Capítulo 11.

2.4K 330 170
                                    

El aire aquí arriba se sentía más frío y denso, YeonJun caminaba a paso lento, teniendo un punto fijo.

Solo quiso burlarse de la persona que no cuidaba de este viejo edificio porque cualquiera podría entrar y poder subir para...

Dejó caer su mochila a un lado, y de nuevo el pensamiento que le venía acorralando desde que bajó del auto no le dejaba en paz.

Una voz dentro de él le reprimia que de nuevo estaba huyendo de sus problemas, la voz de su padre resonó en su cabeza diciéndole que era un maldito cobarde, la ira llegó a él y lágrimas de desesperación quisieron salir, sin embargo, YeonJun no derramó ninguna.

Sacó su celular, y con intranquilidad marcó un número en especial. Al segundo tono él contestó: —¿Qué es lo que quieres? Déjame en paz, ya te he olvidado, haz lo mismo.

YeonJun ignoro sus palabras.

—Ya no puedo, Kai, simplemente ya no puedo —fue consiente de su voz quebrada y antes de que Kai escuchara un sollozo salir de sus labios, colgó.

El día de la nada, comenzó a teñirse de gris, mientras que YeonJun se acercaba a la orilla de la azotea.

La cocina era inundada por un delicioso aroma a comida siendo cocinada.

El padre de Kai estaba de día libre y decidió hacer la comida para su hijo y él, hasta que...

—Papá, necesito tu ayuda, por favor —Kai entró a la cocina totalmente angustiado.

El señor se giro y noto el semblante totalmente preocupado de Kai, en su mano su celular temblaba, él temblaba, de inmediato supo que algo no andaba bien.

Podía notar la expresión casi de terror de su pequeño.

Tomó el trapo de la cocina, limpiando sus manos y apagó la estufa, saliendo de la cocina junto a Kai.

Huening Kai se revolvía el cabello con exasperación, sentía los ojos llorosos, su mente era un total y maldito caos. Cada minutos se secaba sus palmas sudorosas en su pantalón. Su padre a su lado, conducía lo más rápido que un oficial de policía podía llegar a hacer, mientras por la radio hablaba a sus colegas.

—Maldición, ¿no tienes idea en donde podría estar? —su padre dijo sin apartar la vista del camino.

El sonido de los demás autos comenzaba a hostigar a nuestro querido amigo pelinegro.

—No, yo... No sé, joder —Kai soltó—. Creo que escuché carriles... Como si fuera el tren, no lo sé.

—Kai —su padre soltó alto y firme, Kai detuvo sus movimientos nerviosos para prestar atención al hombre a su lado—. Concéntrate. Nervioso y exasperado no nos sirves de ayuda para encontrarlo.

Joder que su padre tenía toda la razón del mundo.

Estaba perdiendo la cabeza y llevando por la borda su cordura, lo menos que necesitaba era entrar en una crisis.

Ya había recurrido a todos sus amigos cuando escucho las palabras de YeonJun cuando éste le llamó.

Por un lado de la ciudad, SooBin hacia de las suyas, junto con una YeJi un poco angustiada.

Bon Bon Chocolat ➸ YeonKai Donde viven las historias. Descúbrelo ahora