Kai salió de la habitación y un dulzón aroma le invadió.
Cuando entró a la cocina, su padre le esperaba con el desayuno listo.
Kai sonrió un poco travieso.
—Buenos días —dijo Kai, tomando asiento.
—Días. Come tu desayuno.
—Oh... Papá, debiste haber notado que...
—Olvídalo. No pasa nada. Pero... ¿Ustedes...?
Las mejillas de Kai ardieron demasiado y color carmín se instaló en ellas.
Demasiado tierno.
Inmediatamente Kai negó con una sonrisilla, tratando de evitar la curiosa mirada de su padre. Un cuarentón que se convirtió en el mejor padre, Kai lo consideraba así.
—¿Sabes? Supe que algún día este día llegaría. Hablo de que debía de hablar contigo hacerca de... Esto. No es algo raro, de hecho, mi compañero imparte pláticas y es bueno oírlas. Me ayudó. De hecho, ya tenía en mente como empezar —dijo el mayor.
Kai sonrió.
—Honestamente pensé que sería con una chica... Pero eso ahora no importa.
Kai volvió a sonreír.
—Y si ese fuera el caso... —Kai comentó—, ¿qué me habrías dicho?
—Supongo que te comentaría sobre mi primera vez, pero creo que no es necesario. El punto es que... Es normal tener miedo, ya sabes, pero ten por seguro que será mágico si ambos sienten el mismo sentimiento, si ambos sienten el amor mutuo.
—Creo que esto también se considera como discurso —dijo Kai, logrando hacer reír a su padre.
—Sí, yo también lo creo.
Y al instante, un individuo más hizo acto de aparición.
YeonJun entró a la cocina saludando a ambos, Kai le dirigió una sonrisa.
Tierno fue lo que rondó la mente de YeonJun.
—Buenos días, YeonJun, puedes servirte lo que quieras —mencionó el padre de Kai, solo tomando de su taza de café cargada.
—Gracias, señor... —YeonJun sonó dudoso.
—Oh, no te preocupes, puedes llamarme JongMo —sonrió.
YeonJun tomó una tostada, tomando lugar a un lado de Kai, cuando una duda pasó por su mente.
—Emm, JongMo..., ¿llamará a mis padres? Oh, no, no, ¿llamó a mis padres? —YeonJun dudó.
El mayor de los tres asintió.
—Ya hable. De hecho, hablé con tu madre, mencionó que vendrá.
En ese momento, el timbre interrumpió el cómodo momento. YeonJun sintió tensarse.
—Debe de ser ella.
Se paró de la mesa, caminando hacia el teléfono de casa que colgaba cerca de la puerta, al instante escuchó una voz gruesa, la cual no era dueña de la persona con la que habló por la noche.
—Soy el padre de YeonJun, dígale que estoy afuera y que salga. Lo esperare para irnos —fue lo que sonó al otro lado de la línea.
—¿Antes podemos hablar? —comentó.
Luego de eso, colgó la línea y salió, dejando a ambos jóvenes con la duda.
YeonJun sintió la preocupación abordar todo su cuerpo pero la cálida mano de Kai tomó la suya y le dio una de esas sonrisas que le volvían loco.
Cuando el JongMo salió y se encontró con el padre de YeonJun, el señor Choi, se le vio con un semblante controlador y enfadado.
Lo bueno que él tenía experiencia y a parte de eso, era policía, sino accedía, podía usar la fuerza y el poder que conservaba por ser parte de un rango muy alto.
—¿En dónde está YeonJun? —fue la primera pregunta que lanzó.
—Antes… ¿Podemos hablar un momento?
—¿Para qué? No le veo la razón, ahora, ¿en dónde está mi hijo?
—¿Le comentó su esposa lo que estuvo a punto de hacer ayer por la tarde?
—Ella lo hizo. Y sobre eso, estoy agradecido y ahora, ¿en dónde está YeonJun?
—Escuche... Creo que lo correcto sería que hablasen con él... No es bueno que alguien de veinte años piense en hacer eso a una edad tan corta, es alguien que tiene mucho por vivir —comentó.
—Eso lo arreglaremos con YeonJun en casa, siendo consiente de todo, usted no es nadie para que me diga como puedo educar a mi hijo.
Y ahí murió la conversación cuando ambos varones vieron salir a YeonJun y a Kai, que venía detrás de él con un muy notable semblante preocupado.
—¿Seguro que estarás bien? —habló Kai, mostrando unos ojos preocupados.
YeonJun estuvo a punto de caer, pero sin embargo, emitió una risa y sonrió hacia el más alto con dulzura.
La manera en la que ambos se miraban, aquello que sólo bastaba con una sola mirada en donde se podían decir un sin fin de cosas que las palabras simplemente no podían, las acciones eran las encargadas de demostrar los sentimientos de ambos.
Y eso fue capaz de reconocer el padre de Kai, que sólo sonrió por ambos.
Ambos chicos que sólo querían ser ellos mismos, sin ser criticados y amarse, porque al final de todo, amor era amor y ellos dos, Kai y YeonJun, eran una clara muestra de ello.
Lástima que para todos no era así, el señor Choi prefirió mantener la mirada fuera de aquella muestra de afecto que le había brindado YeonJun a Kai.
—Estoy bien, estaré bien porque el único problema que me preocupaba lo resolví y sé que tú estarás conmigo —comentó YeonJun, acariciando con dulzura la mejilla del contrario.
Kai asintió, las palabras llenas de seguridad de YeonJun le habían hecho confiar y soltar la mano de YeonJun, quién con una sonrisa, se alejó de él rumbo a los dos mayores a unos cuantos metros.
YeonJun, decidido y sin decir nada, entró al auto de la persona que se decía llamar padre, sin mirar atrás.
El señor Choi, con un gesto algo raro que le dirigió al padre de Kai, siguió el camino de su hijo rumbo al auto y éste a los pocos segundos arrancó.
Kai siguió con la vista el auto negro y elegante que se alejaba cada vez más por la calle.
Su rostro aún mostraba preocupación, pero la mano en su hombro y la sonrisa reconfortante de su padre le hizo saber que todo iba a estar bien.
Él debía creer y confiar en que lo estaría.
¿Verdad?
— —
Mil disculpas por tardarme tanto en actualizar, las clases me tenían mal y esta semana empezaré con exámenes y dije que era ahora o nunca para actualizar.
El capítulo había quedado incompleto desde hace mucho, y ahora por fin me di un poco de tiempo para terminarlo y actualizar.
Perdón por la demora, gracias por seguir leyendo y... Estamos a pasos del final.
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Bon Bon Chocolat ➸ YeonKai
Fanfic«Tus labios son como mi caramelo favorito, imposible dejar de consumirlos»