25.- Corazones desbocados

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Un sol radiante iluminaba a Tierra Caliente, pero dentro de la Hacienda Montenegro las nubes negras comenzaban a acechar presagiando el inicio de una tormenta de pasiones

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Un sol radiante iluminaba a Tierra Caliente, pero dentro de la Hacienda Montenegro las nubes negras comenzaban a acechar presagiando el inicio de una tormenta de pasiones.

Rafael cuestionaba a Francoise, quien había roto su compromiso de matrimonio un día anterior.

R: ayer me dijiste que te sientes "enamorado" de otro hombre... quiero que me digas el nombre de esa persona...

F: ¿qué? para que quieres saberlo...

R: eso no te incumbe... lo que quiero que me digas en este momento es quién es el hombre que me está robando tu amor...

El francés le dio la espalda a Rafael y dijo: no tiene caso que te diga su nombre, no lo conoces

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El francés le dio la espalda a Rafael y dijo: no tiene caso que te diga su nombre, no lo conoces... él no vive acá...

El musculoso rubio giró bruscamente a Francoise y mirándolo a los ojos vociferó: no mientas, hace sólo unas semanas tenías dudas de tus sentimientos, pero nunca mencionaste a "otro hombre"... si ahora lo mencionas es porque acabas de conocerlo... te exijo que me digas el nombre de ese tipo...

F: suéltame Rafael... me estás lastimando...

El ojiverde apretó aún más los brazos del ojiazul: no te voy a soltar hasta que me digas el nombre de ese desgraciado... dímelo ahora mismo...

F: me haces daño Rafael, suéltame...

En ese momento, Gabriel entró a la habitación del francés.

G: ¿qué está pasando aquí?... Rafael ¿qué haces? suelta a Francoise...

R: no te metas en esto mamá... es un asunto entre Francoise y yo...

Gabriel se interpuso entre los jóvenes y obligó a su hijo para soltar al ojiazul.

G: por Dios Rafael, ¿qué te pasa?... yo no te eduqué así...

Los Montenegro (Tierra de Pasiones 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora