Separador de libró

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La siguiente vez, fue unos tres meses después del inolvidable cumpleaños del peliplata, y está vez prácticamente el peliplata fue el culpable de aquella nueva colección random del Uchiha.

Kakashi nunca se permitió sentirse extraño al pasar tanto tiempo solo, intento ocupar ese tiempo para abastecer su mente en libros sin embargó, ahora que tenía amigos que les gustaba pasar tiempo con el, aunque él no hablaba mucho, hacia que su corazón se sintiera cálido y llenó.

Después de tener un día de nieve, los tres jóvenes shinobis fueron a la casa más cercana (la residencia Nohara), tiraron cobijas en el suelo y se sentaron a menrendiar enfrente de la chimenea de la castaña.

- Deberías invitarla a salir - dijo el Uchiha mordiendo su sandwich.

- No, como crees Óbito - se exaltó la castaña mirando con un rubor a su compañero - Anko parece una chica ruda y todo eso pero estoy segura de que se asustaría si solo llego y la invitó...

Óbito hizo una mueca, para luego buscar apoyo. El peliplata siguió comiendo, pasando su vista entre el libró que tapaba la parte inferior de su rostro y la discusión que tenían sus compañeros, intentando mantenerse en ambas.

- ¿Tu que dices Kashi? - pregunto el Uchiha con los brazos cruzados.

El ojigris alzó la mirada, vio a ambos niños y se alzó de hombros.

- Deberías invitarla a salir - contesto finalmente. Las mejillas de la castaña ardieron y el azabache sonrió victoriosamente.

- Pe-pero... ¿Y si me rechaza? - pregunto comenzando a jugar con su tenedor la ensalada que tenía en un topper en sus piernas.

- No lo hará - contesto el Pelinegro mientras negaba con la cabeza.

- y si, si - inmediatamente la castaña dijo con preocupación - ¿Que tal que me dice que no quiere salir conmigo?

- invitala a comer dangos, no se negara - hablo por segunda vez el peliplata.

- Exacto - respaldo el chico de los googles.

La niña hizo una mueca pensativo mientras volvía su vista a su ensalada. El peliplata, con una mano cerró su propio topper y volvió a subir su máscara, bajando después el libro que lo cubría, dejándolo a un lado cuando tomo su mochila para guardar su traste.

- wow ¿Que es esto? Kashi - pregunto con entusiasmo el Uchiha.

- uh - el peliplata volteó y miro lo que señalaba su amigó, dándose cuenta que era su libro sin embargo dedujo que no se refería a ese objeto en particular, si no al que sobre salía de el - Es mi separador - dijo tomando el libro, abrindolo en la parte en concretó, sacando la tira y entregandosela al Uchiha.

La castaña se inclinó hacia su compañero y miro la tira marrón en manos del azabache.

- ¿Para que la usas?

- uhm sirve para separar en donde te has quedado en tu lectura Óbito - explicó y el niño mayor sonrió al ver que moviendo ligeramente el artefacto una luz entre naranja y violeta se podía visualizar entre los trasos hechos a mano que tenía. - Esa era de mi bisabuelo, en sus tiempos libres el los hacia...

- ¿El segundo los fabricaba? - pregunto la castaña mirando a su compañero peliplata con los ojos abiertos de la sorpresa. Kakashi asintió, su vista se dirigió a la cara del niño quien seguía jugando con la tira, moviendola en todas direcciónes para ver los lindos colores que emitían.

Una leve sonrisa apareció debajo de la máscara del peliplata al ver el brillo en los ojos del mayor. Su mente vago en su habitación, más concretamente en el mueble a lado de su escritorio, en el penúltimo cajón de la hilera derecha, el cual se encontraba repleto de ellos, sin contar los que tenía en sus libros más frecuentados.

- Si te gusta mucho, puedes conservarlo Óbito - dijo ensachando más su sonrisa.

El mencionado alzo la mirada, encontrándose a su compañero peliplata sonriéndole como nunca lo había hecho. Sus ojos estaban cerrados con alegría y su sonrisa se podía ver através de la tela oscura que la cubría.

- ¿Hablas enserio? - Kakashi asintió casi inmediatamente sin quitar esa sonrisa.

- Como dije, mi bisabuelo las hacia, así que tengo muchas - sus ojos se abrieron y miro hacia la castaña - Rin si tú deseas también puedes obtener uno. Tengo uno de un cerezo que creo que te gustará - dijo y la niña sonrió con inmensa alegría.

- Si, por favor Kakashi - sus manos se juntaron mientras una risa feliz salió de sus labios.

Kakashi había pasado tanto tiempo con su mente en sus libros y nunca sintió la necesidad de tener personas con las cuales hablar que no sea su familia pero ahora, se sentía enormemente feliz de tener personas fuera de árbol geológico con la cual compartir sus cosas, con las cuales poder hablar y ser escuchado, sonreír y que le sonrían, se sentía completo sin saber que antes estaba incompleto.

Óbito miro una vez más el hermoso y colorido separador de colibrí con una sonrisa en sus labios.

Después de ese día, se podía ver a Uchiha Óbito corriendo de librería a librería, de tienda a tienda en busca de más separadores, todos diferentes entre si. Diferentes de colores, texturas e incluso con diferentes idiomas y culturas.

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