El incendio

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Veía la televisión desde mi cómodo sofá con una fresca cerveza en la mano, para ser un viernes por la noche, había sido demasiado tranquilo, a pesar de que era mi día libre.

Me había pasado la mayor parte de la mañana ejercitando mi cuerpo y luego la dedique a escuchar al pesado de Kirishima, esa parte podría haberla saltado, pero supongo que es lo que los amigos hacen.

Por desgracia para mí, canté victoria demasiado pronto, el ruido del teléfono me sacó de mi noche libre, obligándome a volver al trabajo. Contesté de mala gana.

— ¿Se puede saber qué pasa? No son horas de llamar, más vale que sea importante. — Dije algo cabreado, aunque al fin y al cabo el trabajo es trabajo y supongo que realmente no puedes estar seguro de que vas a tener un día libre, sobre todo si trabajas como un héroe.

— ¡Bakugou! ¡Deja de holgazanear y ven aquí rápido!. Tenemos una emergencia y necesitamos refuerzos. — La voz a través del teléfono se escuchaba algo alterada, así que suspiré y con un simple: "ya voy" me puse en camino hacia la ubicación acordada.

Parecía ser que había habido una fuga o dios sabe qué y ahora un edificio entero estaba en llamas. El camino se hace más largo de lo que creía así que no puedo evitar soltar alguna que otra maldición. Odio llegar tarde a estás cosas, ya que para cuando llego ya no hay gran cosa que hacer o ya está todo solucionado y he ido para nada. Afortunadamente, para cuando llego, todavía se requiere mi ayuda, al fin y al cabo, algún día seré el número uno.

Desde unas calles más atrás se veía la gran cantidad de humo que desprendía el edificio, sin embargo desde aquí, es todavía mayor, al igual que el calor que desprende.

La verdad no sé si seré muy útil para este caso, la estructura se ve bastante debilitada y con mi quirk no creo que sea de mucha ayuda, de todas formas como no veo ningún otro héroe por la zona, tendré que pensar en alguna estrategia.

Nada más llegar me acerco para informarme de la situación, cuando se giran para verme casi puedo ver una expresión de alivio en sus rostros, pero esa expresión dura poco ya que de pronto empiezan a decirme un montón de cosas a la vez, lo cual me cabrea, ¿que clase de profesionalidad es esta?

— ¡Callaos ya maldita sea! — De repente, para mi sorpresa, todos se callan. — Vamos a ver, ¿en que parte del edificio están los civiles que quedan? — Pregunto rapidamente.

— Em... Ese no es el problema, ya están todos a salvo... — Se atreve a hablar un oficial, pero... Si ya están todos a salvo... ¿¡Que narices hago yo aquí?!

— Ya han sido rescatados, lo que ha pasado es que la heroína que lo ha hecho se ha quedado dentro y no encontramos manera de sacarla... — Me dice con una pequeña expresión de ¿miedo?

— Tsk, esta bien, ¿por dónde está? — Dicho esto, me ponen al tanto de todo y en unos instantes diviso un hueco que parece estable, al menos lo suficiente como para entrar y salir en unos pocos minutos.

Preparo mis manos y libero una explosión lo suficientemente grande como para hacerme sitio y pasar, una vez hecho aquello, me dirijo corriendo hacia el interior del edificio. Y es entonces, cuando por un momento, me congelo.

Uraraka.

De todas los héroes que esperaba poder encontrarme tenía que ser ella. A pesar de que estaba tirada en el suelo, inconsciente, con un montón de cenizas negras y alguna que otra quemadura. Esas mejillas y el traje, me hace reconocerla al instante.

—Tsk, maldita sea cara redonda, ¿Cómo es que no has podido salir por tu cuenta? — Pues años atrás ya había demostrado ser una digna rival, con bastante potencial.

Pero allí estaba, a punto de ser rescatada por el increíble Bakugou Katsuki. Tras esos pequeños segundos en los que vuelvo a tomar el control de mi cuerpo, recojo a Uraraka del suelo y la tomo entre mis brazos. Me resulta bastante ligera, pero probablemente sea por mi maravilloso y trabajado cuerpo.

Voy hacia la salida corriendo con ella en brazos y en el momento en el que me ven salir del edificio escucho varios aplausos y suspiros de alivio al vernos. Varios médicos llegan y se llevan a Uraraka hacía una ambulancia.

Se supone que debería estar feliz por haber completado el rescate, pero... Estoy preocupado. No sé por qué, no debería ser para tanto, solo es esa estúpida cara redonda, amiga del inútil de Deku.
...

Por más veces que intente decirme que no es para tanto, no consigo sacármela de la cabeza, así que en un abrir y cerrar de ojos esquivo a algunos reporteros que había por la zona y subo rapidamente a la ambulancia.

Me pone de mal humor no saber porqué estoy haciendo esto, pero creo que me habría cabreado más si no estuviera aquí, así que miro la hora y me limito a sentarme cerca de dónde Uraraka se encuentra acostada.

Es entonces cuando mis ojos se vuelven hacia ella y puedo observar como su pelo sigue estando por encima de sus hombros, aunque ahora es más largo que cuando estudiábamos en la UA. Su rostro tampoco a cambiado demasiado al igual que su traje, respecto a su cuerpo tiene una figura bastante marcada, se ve muy bie- ¿¡PERO QUÉ ESTOY DICIENDO?!

Sacudo mi cabeza con la idea de sacar esos pensamientos de mi cabeza, sin embargo ahora me encuentro pensando en la UA. Solo mantengo el contacto con Kirishima, de los demás no he sabido gran cosa. Sin darme cuenta mi mirada vuelve hasta Uraraka, provocando que me cuestione qué ha sido de su vida.

— Tsk... Vaya mierda... — Sin darme cuenta lo digo en voz alta, pero no le doy demasiada importancia y desvío mi mirada, hasta que algo llama mi atención.

— ¿B-bakugou? — Una dulce voz me hace mirar de nuevo hacia la camilla y encontrarme con unos grandes ojos avellana.

Nuestra dulce y explosiva historia [Kacchako] (en pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora