Me levanto del suelo observando como Deku y Kirishima huyen prácticamente de mi departamento dejándome a solas con Uraraka, quien no dice absolutamente nada, simplemente se queda mirandolos salir por la puerta.
Finalmente me acerco a ella y extiendo mi mano hacia la suya para llamar su atención, sin embargo me toma por sorpesa que la retire inmediatamente girando su cuerpo alteradamente mientras me mira. Me parte el alma ver esa mirada, distingo miedo. No dura mucho pero aún así me da tiempo a notarlo.
– Bakugou... – Exclama Uraraka al darse cuenta de su reacción acercándose a mí.
– Uraraka. – La interrumpo, sé que cuanto antes lo diga mejor. – Lo siento. Debí decirte la verdad en lugar de apartarte, pero es lo que estoy acostumbrado a hacer, mis problemas son míos y normalmente no me gusta involucrar a los demás. – Le digo envolviéndola entre mis brazos con una suavidad que me sorprende hasta a mí.
Uraraka tarda un par de segundos en corresponder al abrazo, casi como si estuviera procesando lo que acaba de decir, para mi sorpresa tras corresponder durante unos segundos a mí abrazo mueve sus brazos y empieza a golpear mi pecho. – ¡Idiota! ¿No ves que ese problema también me afectaba a mí? Es que no parecías tú, me ha asustado verte así... ni siquiera reaccionabas, pensaba... yo creí... que tú... – Escucho como su voz se quiebra y reparo en su mirada, tiene los ojos brillosos y una lágrima traicionera resbala por su mejilla mientras sigue golpeando mi pecho.
Es entonces cuando me doy cuenta que al haber ignorado a Uraraka durante todo este tiempo y ocultandole todo he hecho todo lo contrario de lo que quería hacer: evitar que sufriera. Mis ojos observan su rostro y me percato de la herida en su labio inferior... Definitivamente, solo le he causado más daño.
Sujeto sus muñecas con mi manos suavemente deteniendola. – Ochako. Mírame por favor. – le pido liberando sus manos al notar que ya ha dejado de intentar seguir "pegándome" – Sé que no ha sido la mejor forma y créeme que me habría gustado hacerlo de otra manera, pero no sabía cómo. Y sí, soy un jodido idiota. – Al escucharme decir eso último, levanta su mirada. – Siento haberte hecho daño. – Digo levantando mi mano para acariciar su rostro pasando por la herida de su labio.
Uraraka pasa sus brazos alrededor de mi cuello y me mira con determinación. – Te perdono. Con una condición, a partir de ahora no quiero que me vuelvas a excluir de tus problemas. Yo siempre te cuento los míos y me ayudas, quiero ayudarte yo a ti también.
– Me parece justo. – sonríe y le doy un pequeño beso en la comisura de sus labios
– Perfecto.... y.... yo siento haberte pateado el trasero mientras estabas bajo el control de Shinsou. – Dice con una sonrisa victoriosa.
– Ya he visto que sí que sabes como defenderte eh? Por que tengo buena resistencia, pero podrías haberme dejado estéril cara redonda. – Le digo con una media sonrisa, provocando un rubor en sus mejillas. Pero me devuelve la mirada.
– Te lo merecías. – Suelta con una pequeña sonrisa. – Si me hubieras dicho lo que ocurría desde un principio, no estaríamos así. – Y razón no le falta, podría haber evitado todo esto y las cosas habrían sido más fáciles, pero como soy un testarudo de cojones no fue así.
– Aunque ahora que te tengo aquí no me parece tan mal... – Le digo mientras mis brazos siguen aferrados a su cintura y mis ojos admiran su rostro.
– Katsuki... – Me mira percatándose de mis intenciones, pero me corresponde cuando me acerco a besarla nuevamente esta vez con más intensidad.
...
Me desperté a la mañana siguiente con Uraraka entre mis brazos, aún dormida. Me dedico a mirarla mientras recuerdo una de las cosas que le dije anoche.
Ambos quedamos tumbados sobre la cama cerca uno del otro, la respiración de Uraraka volvía a la normalidad volviéndose más tranquila, al igual que la mía. Nos quedamos sumergidos en un tranquilo silencio. Por mi cabeza pasaron los últimos acontecimientos y entonces me decidí ha hacerle la pregunta que ya llevaba un tiempo queriendo hacerle.
– Ah, por cierto cara de ángel, ¿quieres venirte a vivir conmigo? – Le dije mientras miraba el techo y acaraciaba su pelo con una de mis manos mientras que con la otra la acerqué a mí.
– ¿Eh? – Me dijo desconcertada, para luego esbozar una pequeña sonrisa. – ¿Tenías que sacar el tema ahora? ¿En serio? – Le devolví la sonrisa divertido
– Era parte de mi estrategia. – Comento guiñándole un ojo provocando una risa por su parte.
– Eres incorregible Katsuki....
– Después de esto, ¿me llamas incorregible?
– Sí, solo a tí se te ocurre evitarme y cargar con todo tú solo en lugar de contarme.
– Golpe bajo, pensaba que ya lo habíamos hablado. Además, no me refería a eso...
– Ya lo sé. – me dijo sonriendo mientras negaba con su cabeza para luego acomodarse nuevamente.
– Buenas noches Uraraka.
– Buenas noches... Ah y... sí. – la miré confundido. – Sí que quiero vivir contigo. – No pude evitar sonreír como idiota mientras que ambos nos quedábamos dormidos.
Me levanté de la cama dejando a Uraraka durmiendo y me puse unos pantalones de camino a la cocina, mientras me decidía por qué preparar para el desayuno. Finalmente me decidí por unas tortitas, aunque no eran de mis favoritas, sabía que a Uraraka le encantaban. Y a pesar de haberlo hablado ayer aún sentía que debía compensarla por todo lo que había ocurrido con Shinsou.
Una vez manos a la obra preparé las tortitas y algo de café, uno solo y otro con leche y azúcar para Uraraka. Con tanto azúcar que toma algún día le dará diabetes...
Me concentré en mi tarea y finalmente terminé las tortitas. Cuando justo como si de un reloj se tratase, Uraraka apareció por la puerta con una de mis camisetas. Tuve que conterme para no lanzarla de nuevo a la habitación y no salir en un buen rato, pero no lo hice (aunque ganas no me faltaron)
– Buenos días... – Dijo en un bostezo acercándose a la encimera y sentándose en un taburete. – Que bien huele...
– Buenos días, son tortitas, ¿quieres? – Pareció despertar del todo en ese momento para mirarme ilusionada.
– ¡Sí!
Desayunamos tranquilamente tal y como lo habríamos hecho unos cuantos días atrás.
– Por cierto, tengo que recoger unas cosas del piso, o lo que ha quedado de él... Bueno, más bien tengo que ir para ver lo que pudieron rescatar. ¿Quieres acompañarme?
– ¿Ah? ¿Al final no fuiste con Mina? Supngo que sí, podemos ir. También tienes que traer lo que vayas a necesitar para vivir aquí a partir de ahora.
– hmmm cierto... Podemos ir también luego entonces...
– ¿Cómo que "cierto"? A poco ya se te había olvidado...
– ¿Qué? ¡No! ¡Claro que no! Es solo que me había olvidado del resto de mis cosas... – Dice evitando mi mirada. – Además, ayer estaba medio dormida cuando lo preguntaste....
– Así que sí se te había olvidado... – Respondo acercándome a ella. – Tendré que recordarte que a partir de ahora me verás cada mañana cara de ángel...
Y sin mucho más que decir ambos nos perdemos en la habitación sin haber recogido la cocina, pero puede esperar.
Holaa!!!
👉👈 Llegó la desaparecida...
Primero, en el próximo capítulo sí tendran escenas suculentas detalladas 7u7
En segundo luegar, espero que hayáis pasado un buen verano y siento la tardanza pero anduve de vacaciones, deprimida, luego con bloqueo escritor y lector y para rematar con pereza, peeeeero ya he vuelto :D
Espero que estéis bien y que os haya gustado este capítulo.Nos leemos pronto!!!
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Nuestra dulce y explosiva historia [Kacchako] (en pausa)
Fanfic[En pausa temporalmente] Uraraka Ochako y Bakugou Katsuki se reencuentran después de varios años, sin embargo no es de la forma que les habría gustado. Cuando Bakugou acaba salvando a Uraraka de un incendio sus vidas cambian por completo, provocando...