Nuestros rostros están demasiado cerca, sus grandes ojos avellanas me observan, ambos estamos sonrojados y ella se ve hermosa, por un momento me dan ganas de besarla.
En el momento en el que me doy cuenta de lo que estoy pensando trato de volver a la realidad y finalmente soy capaz de hablar, así que nos levantamos y poco tiempo después me voy.
Cuando escucho el sonido de la puerta cerrarse, sin saber por qué, como si mi cuerpo se moviera solo, me giro y veo la entrada a su apartamento y siento una pequeña decepción ¿Qué esperaba, verla allí? Tsk, tonterías.
Subo al coche y me voy a mi casa, cuando llego me tiro al sofá y enciendo la televisión, no tengo ganas de pensar en lo que ha pasado hoy, sin embargo cada maldito programa que hay me recuerda a ella.
Unos pocos minutos después de que apague la televisión llaman a la puerta, así que me levanto, primer error. Y voy a abrir la puerta, segundo error, sin siquiera molestarme en mirar por la mirilla, y tercer error. Ya que como si la vida le fuera en ello Kirishima entra a mi casa sin que casi me de tiempo a decir nada.
— ¿Dónde estabas? ¿Con quien estabas? ¿Con Uraraka? ¿Por qué me has pedido su número esta mañana? ¿Qué me estás ocultando? — Me dice entre muchas otras preguntas, que lo único que consiguen es enfadarme.
— No eres mi madre, no hace falta que te diga a donde y con quien voy.
— No soy tu madre, pero soy tú amigo. Así que vas a contarme que ha pasado. — Me dice yendo a mi cocina a por un vaso de agua y sentándose en mi sofá tranquilamente, es increíble como cambia tanto de actitud, hace apenas unos segundos estaba revoloteando por aquí sin parar de preguntar.
— Tsk, como sea. Sí, he visto a Uraraka, solo la salve de un edificio en llamas, la acompañe al hospital y esta mañana a su casa. Ya está. — Digo intentando dar los menos detalles posibles.
— ¡¿Qué?! ¿Uraraka está bien? ¿Que clase de amigo soy, si ni siquiera me entero cuando una amiga se ha hecho daño? Pero... ¿Por qué la acompañaste al hospital?
— Pues porque estaba herida. — En realidad ni yo mismo sé por qué decidí ir.
— Eso ya lo sé... — Dice con una expresión pensativa, para después sonreir y volver a hablar — ¿Entonces por qué no estabas antes en tu casa si solo la has acompañado a la suya? ¿Te has quedado con ella?
Mierda, no pensé que lo descubriría, ahora no me apetece nada hablar de esto... Pero creo que, en el fondo, muuuuy en el fondo, necesito decírselo a alguien... Y por desgracia solo tengo a Kirishima.
— La llevé a su casa y comí allí...
— ¿Uraraka cocinó para tí? — me mira expectante.
— No, yo cocine, ella solo me ayudo.
— Wow, el gran Bakugou Katsuki, no solo rescata y cuida de una chica, sino que también la lleva a su casa y le hace la comida! Estoy sorprendido y orgulloso — Dice con un brillo en sus ojos, hasta que de repente su expresión cambia y me sonríe con malicia. — Tú... Te has enamorado.
— ¿Pero qué mierda dices? ¡Déjate de tonterías! ¡Claro que no! — aquellas últimas palabras provocan una reacción en mí que no esperaba.
— Aaaw venga, no hace falta que disimules, te conozco desde hace mucho y nunca te había visto hacer algo así, Uraraka te gusta.
— Tsk, cállate de una vez. — Digo intentando ignorar lo que dice.
— En ese caso, deberías saber una cosa sobre Uraraka... Solo por si acaso... — Tras decir eso se calla, lo que provoca que instintivamente le mire intrigado. Y al verme, sonríe.
— Verás... Si no estas enamorado de ella te lo puedo decir, Uraraka y Midoriya... — Hace de nuevo otra pausa, que esta vez empieza a cabrearme y el hecho de que haya mencionado a Deku tampoco ayuda.
— ¡Dilo de una vez maldita sea! ¿¡Qué es lo qué pasó entre esos dos!? — Digo perdiendo la paciencia.
— Te pillé. Sientes algo por Uraraka.—
Mierda. Eso no me lo esperaba.— Vete Kirishima, ahora no estoy de humor. — Decido echarlo de mi casa antes de que no viva para contarlo.
— Como quieras tío. — suspira y se levanta del sofá en dirección a la salida — Pero creo que deberías aceptar tus sentimientos, sino puedes hacerte daño y no solo a tí, también a Uraraka. Si quieres hablar ya sabes dónde estoy. — Y antes de que pueda tirarme encima suyo o responderle tal y como vino, se va.
— Maldito Kirishima, deja de meterte en mi vida. — exclamo aún enfadado, de forma que una pequeña explosión se escapa de entre mis dedos acabando con una lámpara que hasta hace unos segundos, se encontraba perfectamente en su mesilla. Genial, ahora encima tengo que comprar una lámpara nueva.
El resto del día transcurre más o menos con normalidad, de no ser porque no puedo evitar darle vueltas a lo que me ha dicho Kirishima. ¿Dañar a la cara redonda? ¿Yo? Nunca haría algo así. Y además tampoco ha terminado de contarme lo del imbécil de Deku y ella... ¿Ellos dos qué?
Pensar en eso me recuerda a la pequeña "pelea" que tuvimos en su piso y en como lo defendió ¿Estarán saliendo? Aquella idea hace que me hierva la sangre y me den ganas de romper otra lámpara, sin embargo consigo controlarme y dejar que el resto de mis lámparas sigan intactas.
Tal vez... Sí que me gus-
Mis pensamientos son interrumpidos por el sonido de mi móvil y sin ni siquiera ver quien es contesto.
— ¿Qué pasa? — contesto bruscamente.
— ¿Bakugou? Soy Uraraka — Me dice una suave voz a través del teléfono casi con miedo.
— Sí, soy yo, ¿Pasa algo? — contesto normalmente.
— Sí, bueno no. Es que he estado hablando con Kirishima y me ha dicho algo sobre que tenía que hablar contigo o algo así. Y pensé que te pasaba algo... — Maldito Kirishima.
— A Kirishima le gusta gastar bromas y estaría aburrido, no pasa nada cara redonda. — le digo tratando de ocultar mis ganas de acabar con mi amigo.
— Oh, bueno en ese caso me alegro, solo estaba preocupada. Em... Buenas noches Kacchan — Me dice nerviosamente y cuelga antes de que argumente nada más. Curiosamente no me molesta tanto cuando ella me llama así...
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Nuestra dulce y explosiva historia [Kacchako] (en pausa)
Fanfiction[En pausa temporalmente] Uraraka Ochako y Bakugou Katsuki se reencuentran después de varios años, sin embargo no es de la forma que les habría gustado. Cuando Bakugou acaba salvando a Uraraka de un incendio sus vidas cambian por completo, provocando...