Siento como mi cabeza da vueltas y el aire vuelve a llegar a mis pulmones, es entonces cuando escucho un murmullo extrañamente familiar y abro lentamente los ojos quedando bastante sorprendida.
Bakugou Katsuki.
Bakugou está al lado mío, pero... ¿Qué hace el aquí? ¡¿Y como he llegado yo aquí?!. Lo miro algo confundida.
— ¿B-bakugou? — Logro decir. Muy bien Uraraka, no ves a Bakugou desde hace años y lo único que dices es su nombre.
— Tsk, sí soy yo. — Me dice mientras por unos instantes nuestras miradas coinciden, provocando que el aparte la mirada algo ¿sonrojado? No creo... ¿O sí?
Trato de incorporarme para sentarme en la camilla sin embargo siento un dolor terrible al mover mi pierna, consiguiendo que suelte un pequeño grito acompañado de una molesta expresión.
— Maldita sea cara redonda estate quieta o te harás más daño... — Dice Bakugou con una pequeña y casi imperceptible expresión de preocupación.
— Pero... ¿Cómo he salido del edificio? Espera... ¿¡Están todos bien no?! — pregunto alterada al recordar todo lo que había sucedido un tiempo atrás.
— Tsk, deberías preocuparte por tí misma al menos por una vez. Llegué poco después de que tú salvarás a todos y tuve que rescatarte de dentro del edificio... De todas formas todos los demás están bien. — Al escuchar aquello suelto un suspiro de alivio, al menos no ha habido más problemas.
— ¿Por cierto dónde estamos? — Digo intrigada al observar mi alrededor.
— Una ambulancia, ¿Qué no escuchas el sonido? — Justo cuando dice eso me percato del ruido particular de las ambulancias que hasta ahora no había notado.
Justo antes de que pueda volver a hablar, la ambulancia se detiene y se abren las puertas de la parte trasera permitiéndome observar a unos médicos vestidos de blanco y la entrada del hospital.
— ¿Uravity? — Me llama uno de los médicos al verme despierta — Me alegra que se haya despertado, por suerte no paso demasiado tiempo en el incendio, así que seguramente pueda irse a casa pronto. — Dicho eso me ayudan a bajar de la ambulancia y a pesar de que no me hace mucha gracia, pues no me gusta ser una carga para nadie, me llevan en una silla de ruedas hasta una de las habitaciones del hospital.
— En serio, no es necesario, puedo andar por mi cuenta. — Trato de convencer a los médicos.
— Déjalo cara redonda, hace un rato no podías ni levantarte sin quejarte de dolor. — Dice Bakugou quien no se ha separado desde que bajamos de la ambulancia.
¿Por qué sigue aquí? No me molesta su compañía, de hecho me agrada mucho más de lo que habría imaginado, pero aún así es bastante tarde...
Llegamos a la habitación y a pesar de que Bakugou lo intenta no lo dejan entrar hasta que me hayan hecho una revisión. Ver cómo Bakugou se pelea con la enfermera me provoca una pequeña risa que hace que Bakugou me dediqué una mirada asesina, lo cual me da más risa. Así que después de unos minutos (que a mi me parecen horas) terminan de comprobar todo y la enfermera me deja en la habitación.
Afortunadamente solo he sufrido alguna que otra quemadura y bueno mi pierna derecha tiene alguna que otra quemadura más grave, lo cual explica el porqué me dolía moverla, así que simplemente me han curado las heridas y vendado parte de la pierna. Lo cual significa que puedo salir de este hospital mañana por la mañana, ya que quieren que me quede esta noche (al menos lo que queda de ella) para asegurarse de que todo vaya bien. Sigo pensando mientras miro la pared de la habitación cuando la puerta se abre y veo a Bakugou entrar en la habitación.
— Hola, veo que estas mejor cara redonda — Dice entrando y sentándose en una silla cercana a la cama en la que me encuentro.
— Sí... Mañana por la mañana salgo de aquí... — Es entonces cuando me doy cuenta de que no le he dado las gracias por ayudarme. — Por cierto Bakugou... — Al nombrarlo nuestras miradas coinciden de nuevo y las palabras se escapan de mi mente durante unos instantes.
— Gracias.... Gracias por salvarme del incendio... Debería a ver preparado mejor la salida, así que si no llega a ser por tí... Probablemente no estaría aquí ahora, eres mi héroe. — Le dije dedicándole una sincera sonrisa.
— Tsk, maldita sea Uraraka, déjate de tonterías, solo he hecho mi trabajo... — Me dice apresuradamente levantándose de la silla para mirar por la ventana, sin embargo esta vez estoy segura: estaba sonrojado.
Al ver su reacción lo único que puedo soltar es una risa, causando que Bakugou me mire desconcertado y empiece a gritarme algo cabreado, lo cual me daba más risa aún. Es curioso, cuando estudiábamos en la UA Bakugou siempre me dió algo de miedo, sin embargo ahora siento de todo menos miedo.
Después de un rato dejo de reír y Bakugou suelta un gruñido para después dirigirse hacia la salida.
— Mañana vendré a verte antes de que te vayas... Supongo que alguien tendrá que llevarte a tu casa. Hasta mañana cara redonda. — Y antes de que me de tiempo a comprender y responder a lo que ha dicho, sale de la habitación dejándome sola de nuevo y provocándome una extraña sensación de vacío...
Un momento... ¿¡Acaba de decir que vendrá mañana?! ¿¡Y a mi casa?! No parece el mismo Bakugou de hace años, aunque luce exactamente igual, aunque ahora tiene un cuerpo mejor definido y su pelo se ve increíble, y además también me gusta como se ve su-
Me detengo en el momento en el que me doy cuenta de lo que estoy diciendo provocando que sienta algo de calor en mis mejillas. Será mejor que descanse un rato.Me acomodo en la cama para intentar dormir un rato y antes de que me de cuenta el cansancio me ha ganado y me quedo profundamente dormida. No sin antes pensar en todo lo que había sucedido, principalmente en Bakugou... ¿Qué había sido de su vida desde que dejaron la UA?
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Nuestra dulce y explosiva historia [Kacchako] (en pausa)
Fanfiction[En pausa temporalmente] Uraraka Ochako y Bakugou Katsuki se reencuentran después de varios años, sin embargo no es de la forma que les habría gustado. Cuando Bakugou acaba salvando a Uraraka de un incendio sus vidas cambian por completo, provocando...