¿¡Dónde estás?!

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Uraraka se prepara en unos pocos minutos y al rato ya estamos en el coche de camino a Coralis, hace rato que no dice nada y simplemente esta mirando por la ventanilla sumergida en sus pensamientos.

Tras un rato de silencio decido hablar, pues creo que sé en que esta pensando, aunque me gustaría equivocarme y que en realidad no este pensando en hacer lo que creo que tiene pensado.

— Oi, ¿Qué piensas hacer hoy en las oficinas?

— ¿Eh? Ah, pues supongo que reunir información sobre otros trabajadores y datos internos de la empresa... — dice sin apartar la mirada de la ventanilla casi como si ya tuviera la respuesta pensada. Lo cual no hace mas que confirmar mis dudas.

— ¿Estás pensando en colarte en el último piso verdad? — Su cara de sorpresa me demuestra que he dado en el clavo.

— ¿Cómo lo sabes? — dice casi al instante, para después darse cuenta de lo que ha dicho y tratar de corregirlo, sin éxito. — Digo... ¿Por qué la pregunta?

— Fácil, cuando estábamos comiendo con el nerd el otro día lo llevabas prácticamente escrito en la frente. — Es entonces cuando deja de mirar a la ventanilla para dirigir su vista a mí.
— Escucha, no te voy a decir que no lo hagas porque no soy nadie para decirte que hacer pero, ten cuidado...

— Te lo prometo, no va a pasar nada, solo daré un pequeño vistazo y si me pillan diré que me he perdido o que no sabía que era una área restringida y saldré de allí. — Me dice con una sonrisa para después hablar de nuevo en lo que estamos en un semáforo en rojo. — Te quiero, Katsuki.

Aquello me pilla desprevenido, provocándome una amplia sonrisa y que los coches de atrás se quejen para que me mueva, pues el semáforo ya está en verde, así que pongo de nuevo el coche en marcha. — Yo también te quiero Ochako.

Tras nuestra conversación pasan unos minutos hasta que llegamos a las oficinas, me despido de Uraraka y me pongo en el sitio del otro día para vigilar las salidas.

Pasan los segundos, los minutos e incluso unas horas hasta que ocurre algo más o menos interesante. Se abre la puerta trasera del edificio y salen unos hombres de negro con unas cajas de madera precintadas hasta una furgoneta aparcada en la esquina de la misma cuadra para después simplemente desaparecer.

Al rato, en mi descanso, me llega un mensaje de Uraraka diciendo que todo va bien y que si puedo acercarme a su casa a recoger unos papeles que se ha olvidado allí, dado que no tengo nada mejor que hacer decido ir.

Cuando llego levanto una maceta de la entrada en la que me ha dicho que esta una llave de repuesto, entro y me pongo a buscar los papeles que me ha pedido Uraraka. Los encuentro sobre la mesa del comedor, una vez los guardo me dirijo hacia la salida del apartamento, sin embargo una caja que hay al lado de la puerta me llama la atención. Me acerco a esta y leo la etiqueta que hay en la parte superior, donde pone: "abrir urgentemente"

Me fijo en que hace unos días que llegó el paquete y aún no se ha abierto, seguramente Uraraka se olvidaría de él. No pone de donde viene, lo cual me da un mal presentimiento y a pesar de que no me corresponde a mí abrirlo, decido tomar unas tijeras de la cocina y abrirlo, me sabe mal, pero ya me disculparé con Uraraka luego.

Una vez abierto el paquete casi me alegro de haber sido yo el que lo ha hecho, pues en el interior de la caja hay unos cuantos recortes de periódicos en los que se habla del incendio del edificio de Coralis y de los otros casos en los que estuvo implicada acompañado de una nota: "La curiosidad mató al gato... No quieras ser tú la siguiente". Me hierve la sangre al leer esto, no pienso dejar que le hagan nada a mi cara redonda, por no hablar de que es una mujer fuerte.

Es entonces cuando me doy cuenta de que ahora mismo Uraraka estará en la boca del lobo, por lo que saco mi móvil más rápido de lo que creía y mientras llamo a Uraraka salgo del apartamento en dirección al coche.

No contesta, le dejo unos mensajes diciéndole que ni se le ocurra subir al último piso y mientras pienso en diferentes opciones opto por llamar al nerd de Deku, quien sí contesta.

— Eh... ¿Kacchan? — Responde bastante confundido.

— Déjate de saludos, ¿sabes dónde está Uraraka?

— Ehm... No, no la veo desde la pausa para comer, supongo que estará en su puesto, ¿pasó algo?

— Maldita sea, ve a ver sí está ahí lo antes posible, si no está.... — No llego a terminar la frase y conduzco más deprisa.

— Voy a ver... —  se escuchan unos pasos y vuelve a hablar — Eeh... No está, pero lo mismo ha ido al baño... ¿Le ha pasado algo?

— Joder, no esta en el baño, notifica a todos los héroes que veas por ahí, Uraraka está en el último piso y Coralis sabe que Uraraka ha estado investigandolos, te puedo asegurar que no les ha hecho demasiada gracia.

— Iré al baño para asegurarme. — A pesar de que le digo que no estará ahí, va igualmente. — "toc toc" ¿Estás ahí Uraraka? — como ya suponía nadie responde.

Ahora mismo lo único que quiero hacer es entrar a ese puto edificio y saber que Uraraka está bien, pero en el fondo sé que si hago eso esta jodida misión se irá a la mierda.

— No esta... — dice finalmente Deku a lo que solamente respondo con un suspiro que se lleva mi paciencia. — Voy a notificar a los héroes para empezar a buscarla, seguro que esta bien Kacchan, Uraraka es fuerte.

— Eso ya lo sé jodido nerd... — digo empezando a preocuparme demasiado y colgando el teléfono, a los pocos minutos todos los héroes infiltrados saben de la desaparición de Uraraka y comienzan a buscarla eso sí "disimuladamente".

Yo estoy cada vez más angustiado, no me dejan entrar a buscar y tampoco dejar de vigilar las malditas entradas, cuando a mí lo único que me interesa saber es dónde está Uraraka.

¡Hola!

Gracias por leer, espero que os haya gustado el capítulo, la verdad tenía ganas de escribir este capítulo y mi plan es no tardar demasiado en publicar el siguiente.

¡Nos leemos!

Nuestra dulce y explosiva historia [Kacchako] (en pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora