Capitulo 28

65 5 0
                                    

Pov Jess

Como habia despertado temprano, lo primero que habia decidido hacer fue bañarme, relajarme y simplemente olvidarme de todo por unos minutos. Se supone que entrenara, pero no quise. Tal vez hoy valla a casa de los abuelos, me despeje la mente y le cuente sobre mi relación con Kian, ya que son los únicos que no saben nada.

Ahora mismo me encontraba en el hospital, mamá y papá estaban en la habitación de April Lee, algo lo cuál me dejaba totalmente tranquila.

Continuo con mis ojos cerrados descansando un poco.

-Hey.. –alzo mi rostro topándome con mi madre- Hija... -muerdo mis labios-

-¿Ella se ecuentra bien? –pregunto con rapidez-

-Quiere verte. –acaricia mi hombro-

-Yo... Lo siento, mamá siento mucho haber hecho todo lo que hice hacen años atrás, por ser tan rebelde, yo... -me interrumpe-

-Tranquila, todos pasamos por esa época. Solo que ahora más que nunca debemos estar unidas... Por tu hermana. –dice cariñosamente-

Sonrio un poco. Nadie ha hablado del tema, nadie ha mencionada que fui yo quien mato a Angelica, ¿Acaso debo de hacerlo? Solo para no sentirme tan mal. Odio sentirme asi, se supone que estuviera viajando para mis peleas de boxeo, pero no, aquí me encuentro en un bando el cuál cada uno de nosotros tenemos que pertencer obligatoriamente, aunque digan que no.

-Ire a la casa, quiero bañarme. Regresare pronto ¿Si? –besa mi frente-

-Okay. –susurro-

30 minutos después

Bueno, papá habia ido a comer en la cafetería asi que luego de un rato decidi entrar a la habitación de mi hermana, esta se encontraba totalmente dormida. Asi que decidi tomar asiento a su lado y observarle.

April Lee siempre ha seguido mis pasos. Ella es como un cachorro perdido, siempre me ha seguido para todo incluso... Recuerdo la primera vez que vio mi primera pelea en high school y al momento esta se enredo con la hermana de la chica con la cuál yo peleaba.

Cuando llegamos a casa ese dia, recuerdo que nuestros padres nos castigaron, nos quitaron lo más que nos encantaba nuestros guantes para boxear, nuestros zapatos, incluso no nos dejaban entrar al gimansio. Teniamos que entrenar afuera de la casa. Creanme lo odie como nunca.

Sujeto la mano de mi hermana mientras comienzo acariciarla. No se por cuanto tiempo tendrá que estar aquí, pero se que tengo que cuidar de ella, aunque solo tenga 18 años es mi deber como hermana.

-Hola... -dice con dificultad-

-Shh, no hables. –digo cariñosamente-

-No estas bien. –dice acomodándose en un quejido-

Llevo mi mano a su mejilla y le acaricio. Se a lo que se refiere, no quiero que se sienta culpable, eso es lo menos que quiero en verdad.

-Salvaste mi vida, eres mi angel guardian. –dice sonriente- No me importa lo que hayas hecho. –sale una pequeña lagrima-

-Solo quiero hacer lo correcto. –digo dolida-

-No debes de pertencer aquí. –dice bajo- Sigue tu sueño. –me sonríe-

-Hare lo posible. –susurro-

Horas después

He llegado a casa de los abuelos estos hacen meses no hablaban con mi madre. Todos nos habíamos alejados de tal manera que no habíamos pensado en nuestra relación con ellos. Al entrar puedo observar a la abuela y esta me sonríe y me abraza.

-Tanto tiempo. –besa mi mejilla-

-Oh alguien se digno en aparecer. –susurra mi abuelo- Mira Jess, si vienes a convencernos de que trabajemos con tu madre no lo haremos. –enarco mi ceja-

-Solo vine a verlos y a decirles otras cosas. –admito apenada-

-Bueno... -suelta mi abuela-

Estos se dirigen hacia el despacho mientras yo decido seguirles sin decir mas ninguna palabra. Si al parecer mi abuelo y madre estaban enojados... Otra vez. Estamos igual o peor que mi relación mia con mi padre.

Este cada vez me habla menos. Según el quiere mi bien, pero yo no puedo estar bien si estamos siendo perseguidos por una mujer la cual quiere venganza a cuenta de mi madre. Alguien oculta algo, y si continúan asi... No podremos detener nada.

A lo mejor la historia tiene que volver a repetirse. A lo mejor solo tenemos que esperar a que esto acabe de alguna forma u otra.

Tomo asiento frente a ellos mientas sonríen.

-A ver, ¿Cómo esta tu hermana? –pregunta mi abuela preocupada-

-Mejorando, temo que todos nos iremos a otros países. –mi abuelo me mira algo pensativo-

-¿Estan seguro de eso? –dice algo dudosa-

-Es lo mejor, mi hermana se vendrá con nosotros. –digo sin decir a quienes me refiero-

-Te refieres a tu madre e padre y tu. –dice el abuelo-

-Me refiero a ellos más a Marjorie e Kian. –este enarca una ceja-

-Kian e yo decidimos tener un relación, he estado por decirles, pero con todo lo sucedido la verdad no he tenido el tiempo. –admito- Nos iremos a otros países todos, para ver si esto se calma por un tiempo.

La abuela desgraciadamente no dice nada. El abuelo se levanta y le observo servirse un vaso de whisky. Algo lo cual me preocupa, el no suele hacer eso almenos que este enojado o preocupado por algo.

Bajo mi rostro sin decir nada creo que es lo mejor que puedo hacer ahora mismo.

-Tu madre no se cansa de sus ideas insignificantes. –suelta sin rodeos-

Claro, el piensa que fue su idea si supiera que la idea fue de mi padre tal vez no pensaría igual.

-Joshua.... –dice mi abuela-

-Fijate, tu madre ha roto todas las reglas. Lo único que ha elegido bien es haberse casado con Matt, porque cuando le dije que no perteneciera al grupo de la CIA no quiso hacerme caso. Nunca lo ha hecho, siempre ha roto cada regla, antes y después ella nunca cambiara y eso es lo mismo que ocurrirá contigo si no te pones tus pantalones. –suelta el abuelo serio-

-No le digas estas cosas a la niña. –dice abuela ya un poco preocupada-

-Al diablo con todo, ¿Crees que yo querria eso para mi hija? –dice enojado- Jess, elige bien, tienes un gran futuro por delante. –dice algo tenso-

-¡Estoy tratando de hacer lo correcto! –le digo totalmente enojada-

-¡Tienes nuestro maldito tatuajes, eso no es lo correcto! –se frente a mi lo cual yo hago lo mismo-

Estabamos frente a frente solo faltaba un centímetro más y podríamos chocar.

-¿Crees que tuve alguna opción? –le cuestiono-

-¡Si! –grita- Tienes mas opciones que tu misma madre. – ¡Lo único que siempre ha hecho es escapar de su maldito pasado! –observo que la abuela trata de alejarlo, pero no se lo permito-

-¡Yo no quiero escapar! –suelto enojada-

-Pero, tu madre.. ¡Si! Nunca ha podido superar su violación. –suelta enojado mientras se queda un silencio sepulcrar en la habitación-

¿Violacion? Eso tiene que ser una mentira. Mamá nunca nos conto sobre eso, ¿Acaso es por eso que nos protege tanto?

No debi haber venido aquí, supuse que esto pasaría. Mi mente ha vuelto a bloquearse de tal manera que no puedo pensar en nada. Siento como la abuela me toma por mi brazo para sacarme del despacho, pero me zafo de su agarre. Salgo del despacho mientras me dirijo hacia mi auto.

La Hija De La Boxeadora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora