Capitulo 22

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Pov Jess

Despierto desorientada, sinceramente no he dejado de pensar en lo que mi madre me dijo. Presiento que hoy no será un gran día, no se porque demonios tengo que estar aguantando a mi madre cuando tengo mi propio departamento.

Puedo seguir invirtiendo mi dinero, como también ir a cobrar a las personas q viven en mi departamento. Nah ya debo dejar de quejarme tanto, soy millonaria.

15 minutos después

-Buenos días. –digo sin importancia-

-Tenemos que hablar. –suelta Frances-

-¿Hablar? –rio- Mira Frances, siento mucho lo de ayer, pero no estas para demostrar que eres mejor que yo. –le apunto- Aquí la única mejor soy yo, nadie más , solo por ser una...

-Callate... -se levanta y me enfrenta-

-El apellido Smith te queda demasiado grande. –admito-

Antes de que se comience otra guerra como la de ayer mi madre se interpone entre ambas.

-Ella no es el enemigo, Jess. –dice fría-

-No será el enemigo, pero no la soporto, no confio en ella. –digo sin más-

-JAJAJA... -suelta ironica- Según tu madre odia a Shanel, yo la odio el triple. –suelta sin pensar- Así que vete acostumbrándote a mi presencia, porque trabajo con tu madre.-

Ruedo mis ojos mientras mi madre vuelve a hablar.

-Tu hermana me llamo, tendrá su primera pelea mañana y quiere que estemos allí. –dice mirándome fijamente-

-Perfecto. Allí estaré. –digo sonriente-

-Yo también jefa. –suspiro y sin más salgo de allí-

En la tarde

-Hey, ¿todo bien? –toma asiento a mi lado-

-Si, ¿tu? –le miro-

-Tuve una discusión con papá, sobre saber que hacer ante una situación como la sucedida. –suspira- Para ser sinceros, estoy sumamente listo para cualquier cosa. –admite-

-Solo espero, que no suceda nada mañana. –susurro mientras este me abraza-

-Tranquila, estaremos al pendiente. –

-Si algo llega a sucederle a April Lee, juro por... -me detengo-

-Juras por? –me mira fijamente-

-Juro por mi bisabuelo que en paz descanse que si le sucede algo a mi hermana, la matare. –este abre sus ojos como platos-

-Si estuviera en tu lugar haría lo mismo. –dice bajo-

En la noche

Decidi ir a la fiesta de Amalia, Kian había decidido acompañarme y aquí andamos juntos los dos. Por primera vez en tanto tiempo hemos llegado juntos a una fiesta, como si fueramos parejas.

-Hola tortolitos. –suelta Antonella sonriente-

-De hecho... -Kian comienza a hablar, pero le detengo-

-¡Que comience la fiesta! –grita Maximus alto-

La musica estaba a un volumen bastante alto, la gente que se encontraban aquí eran completamente desconocidos, algo lo cuál no debía de extrañar en lo absoluto. Maximus toma a Kian y se lo lleva arrastras, mientras que Sophia e Antonella continúan bailando y tomando, observo a lo lejos a Amalia con su nueva pareja y sonrio.

Llego a la pequeña barra y tomo una cerveza, decido tomar asiento y solo observar el ambiente como cualquier otra persona normal, o eso pensé hasta que me sacaron de mis pensamientos estúpidos.

-Eres Ratoncita... ¿No es asi? –pregunta algo emocionada la chica mientras yo asiento dudosa- ¡Me puedes dar un autógrafo! –chilla emocionada mientras acepto y esta saca un bolígrafo de su bolsa y un papelito-

Definitivamente yo soy la chica más rara del universo o no se ni quien sea, todas las chicas andan con carteras grandes, maquillaje, etc mientras yo solo ando con una wallet de hombre con mi identificación y tarjetas de crédito.

2:00 a.m.

Me había pasado de la mano con las bebidas, se supone que estuviéramos en casa ya, pero el gran Kian no se donde diablos se ha metido. Bueno, no se donde diablos se metieron todos. Habían optado ni que por jugar a las escondidas, algo que la verdad ya no me estaba agradando para nada.

Continuo caminando a unos pasos torpes, pues la bebida ha logrado el peor efecto en mi. Comienzo a subir las escaleras lentamente mientras me sujeto de la baranda, por el amor de Dios alguno debe de aparecer, no todos pueden estar en el mismo lado escondido, ¿o si?

Termino de subir las escaleras y camino por el pasillo, observo la puerta de la habitación de Amalia abierta y sonrio como una niña pequeña encontrando su juguete.

Camino rápidamente y al entrar no habia nadie. Entrecierro mis ojos mientras observo el armario con la puerta entreabierta. Ahora si o si deben estar aquí. Al acercarme abro la puerta del armario, en cuanto miro están todos dormidos. ¿Es enserio?

Al oler note que todos andaban fumando hierba, increíble. No pueden dejar esa maldita mierda. Toso un poco y noto que Kian no se encuentra aquí.

Saco mi celular y comienzo a marcarle.

Llamada con Kian:

-¿Dónde diablos estas? –suelto enojada saliendo de la habitación-

-Lo siento, sube a la azotea y te cuento todo. –dice algo inquieto-

Fin de llamada

Comienzo a subir a la azotea, en cuanto lo hago observo a Kian con su ropa toda ensangrentada. Mi corazón comienza a acelerarse, algo salio mal, que diablos esta sucediendo aquí.

Me termino de acercar mientras observo a un chico tirado en el suelo, palido totalmente sin moverse. Llego hasta el chico y toco su cuello para ver si aun tiene signos vitales, pero no. Ya esta muerto en el suelo.

Paso mi mano por el cabello algo preocupada, le miro y este se encuentra en un estado de shock. Me acerco a el y le abrazo.

-Tranquilo, mírame. –lo tomo por su mejilla- Aquí no ocurrio nada. –susurro-

Este comienza a negar.

-El, el venia por ti. –dice tenso mientras cierra sus manos como puños- No iba a permitirlo. –suelta enojado-

Acaricio su mejilla mientras asiento.

-Vamos, tenemos que sacarlo de aquí en cuánto antes. –este se separa de mi mientras toma la navaja y la guarda en su bolsillo luego toma el cuerpo y sin mas me dirijo abajo-

3 horas después

Luego de lograr salir de la casa de Amalia, nos dirigimos a cualquier lugar, para poder dejar a nuestro amigo el fallecido. Kian no ha hablado en ningún momento algo lo cual me preocupa, el siempre esta hablando o tirando algun comentario fuera de lugar.

El consumo de alcohol habia desaparecido de mi en cuanto toda esta mierda sucedió. Casi muero hoy y Kian me salvo antes de que sucediera algo, tengo que agradecérselo de alguna manera u otra.

La Hija De La Boxeadora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora