Daniel
12 de septiembre de 2014
-¿Estás bien, hermano? -giró la cabeza hacia mi mejor amigo Max.
-Esta mañana sucedió algo muy raro -le confieso a Max.
No dejaba de pensar en esos ojos azules.
-Tiene que ver con una chica... -me dice Max estudiando mi cara.
-¿Cómo lo sabes? -le pregunto es como si hubiera leído mi mente.
Max comienza a reír.
-Vale, desembucha -me dice luego de su ataque de risa.
-Aquí no -le digo mirando a nuestro alrededor.
Ambos estamos sentados en nuestra clase de Arquitectura III.
-Sí que te ha dado fuerte -me dice Max.
Estrecho los ojos y lo miró con enfado. Mi amigo nuevamente comienza a reír, pero se ve interrumpido por el saludo de nuestro profesor que entra por la puerta.
Estamos sentados en una de las mesas que hay en el exterior de la cafetería del campus.
-¿Quien es la susodicha? -me interroga Max.
-No lo sé, tío -le digo siendo sincero
-La primera chica en la que estás interesado y no sabes ni su nombre colega, das pena -me dice con una sonrisa el cabrón.
-Capullo, no se su nombre porque la conocí esta mañana. Le recogí su agenda que estaba tirada en el piso -le digo resumiendo lo que pasó esta mañana.
-Ahora eres un buen samaritano -me dice Max con burla en su voz.
-Siempre lo soy -le contesto con una sonrisa en los labios.
-Tiene que ser una belleza para que tengas esa cara de estúpido enamorado -me dice Max con burla.
-No sabes cuánto -le digo pensando en los preciosos ojos azules que no abandonan mi mente.
-Bueno, cambiando de tema. ¿Ya fuiste a la empresa de las prácticas? -me dice Max mientras lleva una manzana a su boca y da un bocado.
-Aún no, cuando salga de clase me pasare por alli -le digo mientras reviso mi teléfono para verificar la dirección de la empresa.
-Suerte hermano -me dice Max sincero.
El ya llevó su currículum pero a otra empresa y comienza las prácticas el lunes.
Luego de comer, nos vamos a nuestra siguiente y cuando me doy cuenta estoy en mi coche rumbo a la empresa.
Aparco el coche después de 20 minutos en un sitio cerca de la empresa.
Salgo del coche y caminó unos pasos, al levantar la mirada me encuentro con un edificio enorme y en la puerta figura el nombre de Construcciones hermanos Cerafino, S.L.
Empujo la puerta y veo una chica con gafas y coleta detrás de un gran escritorio. Está atendiendo una llamada telefónica, me acerco hasta la mesa de la chica, quien me indica con la mano que tiene libre que espere un minuto.
Al colgar la llamada, levanta la cabeza y me mira.
-¡Buenas tardes, Bienvenido a Construcciones hermanos Cerafino! ¿En qué le puedo ayudar? -me pregunta con amabilidad.
-Buenas tardes, mi nombre es David y vengo a traer mi currículum para el puesto en prácticas -le contestó entregándole el folio que contiene mis datos.
-Vale, déjamelo por aquí -me dice la chica guardando el currículum.
Le agradezco, y me dice que espere una llamada de recursos humanos.
Voy de camino a mi coche, cuando mi teléfono me avisa que me ha llegado un mensaje.
[Mamá]: Compra pan
[Yo]: Vale, mamá
[Mamá]: Gracias cariño
Estoy guardando el teléfono en mi bolsillo delantero cuando veo que una chica cruza la calle sin mirar, al momento un coche pasa muy deprisa.
Creo que la chica no se ha dado cuenta y el coche está a punto de atropellarla.
-¡Hey, cuidado! -le grito pero no me hace caso.
Salgo corriendo y alargó el brazo cogiendo por sorpresa a la chica.
Han estado a punto de atropellarla y no se ha dado ni cuenta.
-¿Estás bien? -le pregunto
Ella levanta la mirada y creo que en ese momento es consciente de que casi la atropellan.
-Gracias, me has salvado -me dice la chica en un susurro.
-¡Ana! ¡Ana! -alguien grita detrás de nosotros.
La chica se gira y corre hacia un hombre.
-Carlos, estoy bien. Este chico me ha salvado -le explica.
El hombre vuelve su mirada hacia mí con superioridad.
-Gracias por salvarla -me dice.
El hombre agarra a su hermana del brazo y ambos entran en el edificio de donde yo salí.
-Creo que no sabes a quien has salvado muchacho -me dice una señora que había presenciado todo.
-¿Debería? -le pregunto con sorpresa.
-Esa chica era Ana Cerafino, una de las creadoras de la empresa por la que saliste, y ese hombre trajeado era nada más ni menos el Señor Carlos el dueño de la empresa -me dice la señora como si los conociera.
-Oh, no lo sabía -le digo
-Ten cuidado, son personas peligrosas -me dice la señora al momento que cruza la calle.
No sé porque sus palabras provocan un aire por mi espalda, como si fuera una advertencia de peligro.
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¡Hola a tod@s! ¿Que tal estáis?
Ayer no pude subir el capitulo por problemas técnicos. Espero que os guste.
El próximo capitulo lo subiré el jueves.
¡Nos leemos pronto!
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El silencio de un secreto (+18)
RomanceNoah y Daniel son dos jóvenes que estudian en la misma universidad. El destino se empeña en juntar sus caminos provocando una fuerte atracción entre ellos, que poco a poco se convertirá en algo más. Sin embargo, no todo será fácil, porque situacion...